La retirada es un paso importante en la buena dirección, pero es timorata. Se le debe apoyar, pero decir claramente que no resolverá nada: es sólo la primera página de un libro que tiene numerosos capítulos algunos de los cuales serán mortales. Tras esa retirada, se verá que los escenarios mencionadas por Moshe Yaalon (jefe del Estado Mayor que dimitió) y Avi Dichter (ex jefe del Shin Beth) van a realizarse. Espero que Abu Mazen sabrá destruir la infraestructura terrorista. Sin embargo, es posible que Hamas adquiera más poder durante los próximos meses. El terrorismo puede renacer en Judea Samaria, en Gaza. Sharon es reconocido por haber encontrado una solución que está en contradicción con lo que viene diciendo desde hace decenas de años. Los palestinos van a considerar esa retirada como una victoria. Van a decir que Sharon ha capitulado y que Abu Mazen va a tratar de obtener nuevas concesiones y aislar a Sharon. Debemos terminar el Muro en unos meses, en favor de la seguridad nacional. Luego debemos evacuar las colonias al este del mismo. Al mismo tiempo habrá que llevar a cabo una guerra sin cuartel contra el terrorismo de ambos lados, sin cerrar la puerta a la reanudación del proceso político.
Hace tres años era posible construir el Muro con apoyo y financiamiento norteamericanos. Hubiéramos sido capaces de mantener Ariel y Maaleh Adumim así como otras posiciones importantes en el interior del Muro. Habríamos economizado 35 mil millones de shekels (6 300 millones de euros) y preservado numerosas vidas. Los ciudadanos no saben que el 60% de la barrera no se ha acabado aún, y que los terroristas pueden infiltrarse. Debemos terminar esa construcción, incluso al precio de un conflicto con los europeos e incluso con los Estados Unidos. Israel es el país más fuerte en un perímetro de 1 500 km a la redonda y estoy convencido de que puede convertirse en una de las naciones más poderosas del planeta. Si obtenemos fronteras definidas, liberaremos una enorme energía que hasta ahora ha permanecido bloqueada. El problema fundamental es el siguiente: no hay ninguna oportunidad de poder establecer fronteras al este del Muro. Sharon no tiene el valor de ir y decírselo a los habitantes de esas colonias, y, por ende, corre el riesgo de perder también los mayores territorios (en Judea Samaria). Es un buen táctico, pero no tiene estrategia.
Tras la retirada, Sharon va a dirigirse a la derecha y decir que hay que preservar la Judea Samaria de la izquierda que quiere abandonarlo todo. Puede modificar la opinión israelí, pero no la de los palestinos. Habrá una tercera Intifada. Compañías enteras van a tener que proteger colonias cada vez más pequeñas, las madres van a preguntar por qué sus hijos deben morir. Un día, Sharon comprenderá lo que hubiera debido comprender. Cientos de personas van a morir y se gastarán miles para que en definitiva estemos obligados a volver a un trazado que es peor al que aún era posible.
«Es wird eine dritte Intifada geben», por Ehud Barak, Die Welt, 20 de mayo de 2005. Texto adaptado a partir de una entrevista.
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