Cuatro de los ocho candidatos a las elecciones presidenciales iraníes son miembros del cuerpo de los Guardias de la Revolución. No obstante, el ayatolá Rafsandjani, el favorito en las elecciones, nunca ha formado parte de él. Es un conservador que se adapta a las tendencias del momento.
Los Guardias de la Revolución fueron creados en mayo de 1979 debido a que los religiosos sospechaban que el Ejército iraní seguía siendo partidario del antiguo régimen y a que muchos de sus oficiales habían sido formados por los Estados Unidos. Esas fuerzas tenían en motivación y coraje lo que les faltaba en estrategia y sentido táctico. De ahí que las pérdidas fuesen numerosas durante la guerra contra Irak. Pero ese sacrificio los puso por las nubes junto a las fuerzas armadas iraníes y a la vez les facilitó vínculos informales con el clero. Hoy en día Irán posee dos ejércitos, las fuerzas armadas convencionales encargadas de proteger el territorio y los Guardias de la Revolución, encargados de proteger los logros de ésta.
En diversas ocasiones los Guardias han amenazado al gobierno civil con tomar el poder en sus manos si los dirigentes políticos no reprimen las manifestaciones. No obstante, desde 2003 han adoptado una estrategia más sofisticada que consiste en asumir la dirección política del país mediante la Coalición para el Desarrollo Islámico de Irán. Actualmente, 90 diputados iraníes han integrado los Guardias de la Revolución, al igual que la mitad de los candidatos a las elecciones presidenciales. Los militares no son necesariamente buenos dirigentes políticos, pero los guardias han borrado siempre la diferencia entre lo civil y lo militar.
Un presidente iraní vinculado a esta organización es algo preocupante, ya que es una agrupación que mantiene vínculos con todos los grupos armados chiítas de la región, desde el Líbano hasta Irak, y desea ardientemente poseer la bomba. En tales condiciones, Rafsandjani se presenta como una solución más conveniente, aunque es conocido por sus actividades represivas y sus intenciones de armar a Irán.
Para Irán, no hay buenas soluciones a corto plazo.

Fuente
Daily Star (Líbano)

«The reverberating impact of the Revolucionary Guards», por Abbas William Samii, Daily Star, 17 de junio 2005.