¡Qué sorpresa! [1] Los franceses quieren nuestro dinero y nosotros queremos que sus vacas dejen de absorber tan masivamente el presupuesto europeo. No se trata de nada nuevo. Hace 30 años que queremos una reforma de la Política Agrícola Común (PAC). Es una política ofensivamente proteccionista a pesar de que no sea tan agresiva para los países del Tercer Mundo como lo es la estadounidense o la japonesa.
Infelizmente, a falta de un adecuado compromiso diplomático, la PAC proseguirá. Para Gran Bretaña se ha vuelto urgente desarrollar sus redes de amistad en las capitales europeas. Ello no significa que sea en Bruselas donde se tomen las decisiones. Además, hacer declaraciones en Londres, en inglés, y esperar que las demás capitales las tomen en cuenta es algo ilusorio.
Debemos tener una clase política capaz de hacerse oír en Europa. También es preciso que las ONG, los sindicatos y las iglesias de Gran Bretaña presenten sus argumentos a sus homólogos en Europa. Por último, tenemos que impedir que en nuestro país los euroescépticos amos de la prensa sigan dictando nuestra política europea.
«We need to start talking to Europeans», por Denis MacShane, The Independent, 14 de junio de 2005.
[1] En francés en el texto
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