Mientras que israelíes y palestinos se preparan para reunirse a fines de mes, el desafío más urgente que enfrentan los Estados Unidos es ayudar a ambas partes a manejar a los que rechazan la retirada de Gaza y la integración de los islamistas en el proceso político. Hace dos años, cuando el proceso de Oslo comenzó a desmoronarse, la creencia general era que los palestinos debían hacer todo lo posible por enfrentarse a Hamas, pero que Israel debía evitar la confrontación con los colonos. Actualmente, la OLP ha iniciado un proceso para compartir el poder con Hamas mientras que Tel Aviv dice «no» a los colonos y evacua a miles de ellos.
Sin Hamas, una gran parte de la población palestina quedaría inactiva, lo que afectaría la legitimidad de las instituciones palestinas. Israel, por su parte, ya no puede tratar con melindres a una población que se opone a la solución de los dos Estados construyendo colonias. Los Estados Unidos deben apoyar a la Autoridad Palestina y a Israel en este sentido. No obstante, si Hamas reanuda los atentados, la AP e Israel deberán ripostar. El apoyo de Washington fortalecerá a Ariel Sharon frente a los colonos, pero el Primer Ministro israelí debe dejar de apoyar la colonización en Cisjordania. Washington debe adoptar una política económica y de seguridad para promover el cese de los asentamientos.
Estamos cerca de la solución de los dos Estados, y no debemos dejar pasar esa oportunidad.
«To consolidate the truce, the U.S. must dialogue with Hamas», por Scott Lasensky, Daily Star, 28 de junio de 2005.
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