Al cabo de un mes, la derrota del referendo constitucional fue celebrada según la más pura tradición gala. Cuando el primer ministro, Dominique de Villepin, invitó a todos los partidos políticos representados en el Parlamento Europeo a su residencia, Matignon, la presencia del Frente Nacional suscitó la polémica y se olvidó hablar de Europa. Sin embargo, no faltan temas que debatir.
Las semanas siguientes al referendo estuvieron repletas de amenazas: el «no» holandés, el fracaso de la Cumbre Europea de Bruselas, la estruendosa ruptura entre Jacques Chirac y Tony Blair, el cuestionamiento de la Política Agrícola Común (PAC), impugnada por los británicos (pero también por los brasileños y por un buen número de países emergentes del Tercer Mundo), la disputa sobre el presupuesto, las perspectivas financieras y la «bonificación» a ser otorgada a Gran Bretaña, etc. De seguir así, la querella, inevitablemente, se transformará en crisis de confianza en las instituciones monetarias y en el Banco Central Europeo, afectando el euro. En esa situación, las únicas noticias alentadoras son las que nos llegan de las tecnologías de punta y de nuestros industriales: el Airbus A380, Galileo, ITER (importante proyecto al que pude contribuir como enviado del gobierno y que permitirá aceptar el desafío planteado por el drenaje de los recursos energéticos).
La tecnología es sin duda la mejor manera que tiene nuestro país para lograr un redespegue. Una manera de cualquier modo más noble y eficaz que la consistente en criticar con virulencia al enemigo tradicional: los ingleses. Sobre todo cuando Tony Blair, convertido con bastante rapidez en objeto de todos nuestros resentimientos, asume este 1° de julio la presidencia de la Unión Europea. Sobre todo cuando los próximos seis meses serán decisivos porque, o Europa se mantiene detenida, en el atolladero al cual nosotros mismos tan brillantemente la hemos llevado (pues, que yo sepa, el Sr. Blair no tuvo nada que ver con el fracaso del referendo constitucional en nuestro país); o porque despegará de nuevo, para lo cual, empero, necesitamos mucho la ayuda del Primer Ministro británico.
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.
«La meilleure manière de rebondir», por Pierre Lellouche, Le Figaro, 30 de junio de 2005.
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