41.000 millones de euros de ingresos anuales perciben las mega corporaciones españolas en América Latina, cifra equivalente al 5.6 por ciento del PIB español. Demasiado en juego como para que los principios prevalezcan sobre los intereses
La política exterior también se privatiza
En qué se fundan las relaciones España - Colombia? ¿Qué motiva la visita del presidente Uribe a España? David Llistar, coordinador del Observatorio de la Deuda en la Globalización en Barcelona (www.observatorideute.org), días antes de la visita presidencial, al regresar de un viaje a Colombia, ofreció una esclarecedora entrevista sobre las relaciones España–Colombia.
«Lo que más me ha impresionado –señaló- ha sido la atmósfera de terror. No es fácil contemplar un país con un trato humano tan cálido y asombrosa belleza natural, tan militarizado y con la gente tan amedrentada. Subleva conocer las dificultades extremas con las que tienen que moverse los ambientalistas y los defensores de derechos humanos para realizar su labor y palpar de cerca una realidad tenebrosa en el norte de Colombia».
«En Colombia, más del 56% del sector energético está en manos de multinacionales españolas: Unión FENOSA cubre la Costa Atlántica, y en Bogotá funciona Endesa. Electro Caribe, Electro Norte, Engesa, pertenecen a estas empresas españolas. La expansión de las empresas de energía y agua –Aguas de Barcelona- en América Latina en los noventa se hace de mano de los Bancos: SCH y BBVA». Estos facilitan los mecanismos financieros que les permiten aprovechar la oleada privatizadora que discurre en medio de la corrupción».
«En la primera mitad de los noventa se privatizaron los monopolios públicos españoles beneficiando a gente muy cercana a los dos partidos: Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Partido Popular (PP). Privatización y Corrupción avanzaron y avanzan unidas con una burguesía de tradición muy rentista. Repsol, por ejemplo, es una petrolera de un país sin petróleo, una empresa enana que se come a un gigante como YPF en Argentina a precios increíblemente bajos. Una Comisión investigadora independiente precisó que el precio de venta de YPF fue un 10 por ciento de su valor real en el mercado. Eso sólo lo puedes lograr, como sucedió en toda América Latina, con el FMI forzando las privatizaciones, y una corrupción sin limites».
«El Grupo Prisa, al que pertenecen, entre otros, el diario El País, en España, y Caracol y Editorial Santillana en Colombia, es un acérrimo defensor de las inversiones españolas en América Latina. Prisa tiene una gran afinidad ideológica y comparte una misma visión sobre la importancia decisiva de América Latina en su crecimiento y competitividad, con las otras multinacionales españolas (más del 27.4 % de sus ingresos, en promedio, proceden de la región). Además, Repsol, Telefónica, las multinacionales energéticas y financieras, son grandes anunciantes en las empresas de comunicación del Grupo Prisa.
Con lo expuesto por David Llistar es posible observar los intereses que condicionan las decisiones del gobierno español en política exterior y los maridajes que mantienen a la mayor parte de la población española desinformada sobre lo que realmente está aconteciendo en América Latina.
No es improbable que la mayor parte de la población española, de enterarse de esta situación, rechace el destino de sus impuestos en política exterior, esté al servicio de estos mastodontes corporativos sin importar que -como en el caso de Colombia-, el apoyo oficial a la “Política de Seguridad Democrática” signifique muerte, persecución y sufrimiento para la población civil, y para la población española signifique -como señala el Times-, mayores flujos de tráfico de cocaína y mayor presión migratoria por la violencia resultante de la capitulación con las mafias.
¿Oportunidad para quién?
Con la consigna, «Colombia: Una oportunidad», el presidente Uribe presentó el país ante los inversionistas españoles y europeos. No es extraño el interés de los capitalistas de esta parte del mundo por Colombia: en los últimos años han logrado inmensas ganancias a través de jugosas privatizaciones y de una reglamentación laxa y benevolente en lo salarial, impuestos y otras prevendas.
La pregunta que se deriva la exposición de la promoción es, ¿por qué Colombia no es una oportunidad para sus habitantes? ¿Por qué miles de sus hijos (de todas las edades y de ambos sexos) están obligados a emigrar buscando mejor suerte en otras latitudes? Suerte que no es tan positiva para decenas de niños y jóvenes que terminan condenados a servir en las plazas de turismo sexual que la globalización corporativa les establece, o desempeñando oficios que los «nacionales» no aceptan, bien por su calidad o por su remuneración.
No se puede olvidar que el sesenta por ciento de la prostitución en España proviene de América Latina y dentro de ella la mayoría es de Ecuador y de Colombia. ¿Por qué en Colombia no ha habido una oportunidad para ellas?
Promotores de los bienes colombianos y comparadores extranjeros no reparan en estos hechos. Pero tampoco en la evidencia de que desplazando comunidades para fundir nuevas represas, tender nuevos corredores energéticos o similares. Es imposible acceder a la paz si día a día se construyen las condiciones para la confrontación. Si privilegian la competencia por sobre la cooperación, la fuerza sobre la justicia, la mentira y la argucia sobre la verdad.
Españoles: ‘Confíen e inviertan’ en Colombia
Así tituló El País (1) un artículo sobre la visita del presidente Uribe a esta nación. Estas declaraciones, llevan a pensar que el presidente se halla comprometido con los proyectos de “inversión” de la multinacional Unión FENOSA, entre los que se cuenta el proyecto DROES. El gobernador del Cauca, Juan José Chaux Mosquera, es otro defensor de este proyecto, en el Concejo Comunitario de Popayán manifestó sin ningùn rubor: “quienes se oponen al Proyecto DROES se oponen al desarrollo de la región”. Parece desconocer o ignorar la situación que atraviesan comunidades de La Salvajina debido a la intervención tanto del Estado colombiano por acción y omisión, y de la multinacional FENOSA. Otro aliado que agencia el proyecto DROES en las comunidades es Afroamérica. Esta organización, ha trabajado de la mano con la multinacional para implementar la metodología de lo que sería el proceso de consulta, la formulación y participación de las comunidades en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), ignorando a las autoridades indígenas y a los representantes de base de las comunidades negras agrupadas en el Comité Interétnico.
Unión FENOSA revivió el proyecto para desviar el río Ovejas al embalse La Salvajina (DROES) y ha conseguido que el Ministerio del Medio Ambiente, a través del auto 1223, autorice actualizar el EIA y, posteriormente, protocolarizar la consulta a las comunidades involucradas en el proyecto, como lo indica el decreto 1320. Sin embargo, la multinacional ha violado el debido proceso establecido en el decreto, pues las comunidades han constituido un comité interétnico para que participe en el EIA. Unión FENOSA desconoce este comité, incumple acuerdos establecidos previamente, incursiona e influye en las comunidades con engaños para que finalmente se inclinen a favor del proyecto. Uno de los mayores problemas que afecta a las poblaciones de la zona del embalse es la imposibilidad de transportarse por el bajo nivel del agua debido a la sobreexplotación de la represa. FENOSA sugiere, entre las comunidades, que la solución es aumentar el nivel del embalse a través del desvío del río Ovejas.
En un documento la Unión FENOSA asegura que: la Empresa de Energía del Pacífico S.A. (EPSA), cuenta con contratos de compra de energía a largo plazo a otros productores2 , evidencia su interés particular en ampliar el embalse para incrementar la producción de energía y garantizar de esta manera, la continuidad de la explotación, ganar mayor terreno en el campo de la producción, distribución y comercialización de energía, hasta consolidarse en la región como uno de los monopolios en este campo: principio y fin de toda empresa capitalista.
¿Qué es Unión FENOSA?
La Unión FENOSA es una empresa que fuera de España está presente en doce países, fundamentalmente en Iberoamérica. Se encarga de la generación, distribución y comercialización de energía en México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Panamá y Colombia. Para el año 2004, obtuvo un beneficio neto de 397,5 millones de euros, de los cuales Colombia aportó un total de 63,5 millones de euros”3 , que representan el 16 por ciento del total de ganancias en ese año.
En Colombia, Unión FENOSA animó las privatizaciones del sector eléctrico. En el año 2000 se apropió de manera simultánea de las empresas de la costa Atlántica: Electrocosta y Electricaribe, con más de 1,6 millones de clientes y produjo en 2004 más de seis mil millones de kWh4 . En el caso del sur occidente, sucedió lo mismo con EPSA. Cuenta con uno de los embalses más grandes del país para la producción de energía y controla el recurso hídrico del pacífico vallecaucano. Con cerca de 411 mil clientes en el departamento del Valle del Cauca produjo en el 2004 más de 1,5 millones de kWh5 . Esta gran demanda de servicio determina la necesidad de ampliar la explotación de recursos hídricos.
La Salvajina: oro y pobreza6
El Estado inició la construcción del embalse La Salvajina en 1984. Se encuentra ubicada en el norte del departamento del Cauca, comprende los municipios de Suárez, Morales y Buenos Aires, poblados ancestralmente por mayorías negras y comunidades indígenas, con una extensión de 36 kilómetros y una profundidad máxima de 130 metros. Ahí se ubicaban un sinnúmero de veredas, que por la construcción se vieron obligadas a desplazarse forzosamente hacia las partes altas de las montañas o hacia los cinturones de miseria de Cali.
Entre los impactos generados por la puesta en marcha de la represa, se destacan7 :
Sociales y económicos: La pérdida de las fuentes de trabajo que garantizaban la sostenibilidad de las comunidades negras e indígenas en los territorios inundados. Resultaron afectadas la minería (oro), pesca, extracción artesanal de materiales de construcción para sus viviendas y comercialización, cultivos de pan coger en las tierras más fértiles. Esto implicó un descenso del ingreso económico familiar, pasando de la pobreza a la miseria.
Culturales: La fragmentación del tejido social entre las veredas. El desmembramiento familiar debido a las condiciones de miseria obligaron al desplazamiento intrafamiliar, esta pérdida progresiva del conocimiento histórico referido a sus prácticas mineras, agrícolas y pesqueras, del mismo modo con la extracción de material de construcción del río. La resignificación del río Cauca: pasó de ser la fuente del desarrollo integral de las veredas a un ser muerto que no cobra mayor sentido en el imaginario colectivo.
Ambientales: El aumento de la temperatura promedio en la zona del embalse y la erosión de las riveras de la represa por la alta concentración de agua, implicó la pérdida de especies bióticas y abióticas propias del ecosistema natural del río y de su rivera.
En 1986 las comunidades generaron un proceso de lucha que buscaba mitigar los estragos causados por el megaproyecto. Debido a la contundencia de movilizaciones y acciones de hecho que se adelantaron, el gobierno firmó un documento de compromisos. Diecinueve años después, dicho acuerdo no ha sido cumplido.
Según las normas internacionales ratificadas por el Estado colombiano (Ley 21 de 1991), y más específicamente el Acuerdo 169 de la Organización Internacional del Trabajo, siempre que se pretenda desarrollar acciones que estén relacionadas con comunidades tribales (negras o indígenas para nuestro caso), éstas deben ser consultadas para su ejecución.8 Una vez conocidos los impactos que ocasionaría la implementación de un proyecto en sus territorios, las comunidades emitirían un concepto de aprobación o no de la acción planteada.
El proyecto DROES fue presentado por EPSA en 1997. La conclusión del EIA, en el que participaron las comunidades fue contundente: 18 de los 21 impactos hallados del proyecto repercutirían negativamente sobre la vida de estas comunidades.9 . En razón a esto, EPSA prefirió archivar el proyecto antes que protocolarizar la Consulta.
No olvidar
Los alcaldes y los concejos municipales del àrea de influencia del proyecto (Suárez, Morales y Buenos Aires), deben actuar en defensa de las decisiones que tomen las comunidades sobre la base de un proceso que se ajusta a la ley. Es necesario entender que la defensa del territorio y la autodeterminación del pueblo, corresponde a una lucha continua. Queda a las comunidades vulneradas en sus derechos, decidirse por acciones públicas que hagan respetar sus autoridades y líderes. Avanzar con la realización de un proceso de consulta y un EIA que se ajuste a lo establecido en la ley y al derecho propio. Denunciar a Unión FENOSA y a Afroamérica y solicitar la solidaridad de todos los pueblos del mundo, que se pronuncien ante las actuaciones de las empresas trasnacionales que, como la Unión FENOSA, continúan el saqueo de nuestros recursos naturales y vulneran nuestra soberanía. No es posible admitir que sea la historia que ya vivieron las comunidades que habitaban la rivera del río Cauca, hoy embalse La Salvajina, la que sea repetida por las que habitan la rivera del río Ovejas. A todos nos queda prohibido olvidar.
1 11 de julio de 2005
2 Informe Anual, 2004, p. 118
3 Ibidid, p. 54
4 Ibidid, p. 118
5 Ibidid
6 Nombre de un libro que relata en detalle lo ocurrido en el territorio de la La Salvajina.
7 Ver Privatización y Derechos Humanos, Sector Eléctrico en el Sur Occidente Colombiano. Campaña Prohibido Olvidar, Cali, 2004.
8 Artículo 5º del decreto 1320 de 1998
9 Ver La Dignidad sin Precio, documento elaborado por el Proceso de Comunidades Negras Nacional (PCN), abril de 2005
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