Unos 748 caficultores de 124 municipios del país, aplicando diferentes metódicas participativas en 5 talleres
organizados en distintas e igual número de regiones produjeron aproximadamente 236
propuestas de trabajo para el sector café.
En los talleres de Tovar, Mérida; El Blanquito, Lara; San Felipe, Yaracuy surgieron diversas ideas, propuestas y acciones. En algunos casos se repetían, entre otros se complementaban, siendo en su mayoría válidas para las regiones y estados específicos, acercándonos en definir políticas públicas para el sector cafetalero.
Se evaluaron los calendarios productivos del café de varias regiones, entendiendo las diferencias productivas y culturales que existen entre las distintas zonas agroecológicas cafetaleras. Por ejemplo se reconocieron, las diferencias que existen entre los calendarios productivos de café para la sierra de Falcón y los de Aroa en Yaracuy, lo que ha de incidir en los ciclos de financiamientos y otorgamiento de los créditos para la renovación, mantenimiento y creación de viveros en distintas épocas del año.
El cuarto taller se realizó en la 41 Brigada de Blindados del Fuerte Paramacay y Guarnición Militar de Valencia. Acá, se logró debatir con profundidad las nuevas estructuras de las organizaciones sociales del productor de café y su familia, la organización social de la producción de café y la organización social de la comercialización del café. Se insiste que dichas organizaciones deben fluir, avanzar y consolidarse para cambiar progresiva y radicalmente las distorsiones existentes en las actuales estructuras de comercialización del rubro.
Estas desviaciones benefician principalmente a los agrogestores e intermediarios, sosteniendo la típica concentración de la transformación del café entre ellos y la industria. Hoy día el 85% de la transformación del café se lo reparten Café Madrid y Fama de América, en menoscabo de la parálisis o semi-parálisis de 62 torrefactoras a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Los productores de café han entendido que no tiene sentido crear otro Banco Campesino o Cafetalero si se mantienen las estructuras administrativas y crediticias, proclives a mantener los vicios de corrupción e ineficiente gerencia.
Los caficultores exigen enérgicamente cambios en las estructuras financieras y administrativas caducas y decadentes.
Proponen que las transformaciones por venir deben estar ancladas a los postulados de la economía social y solidaria esbozada en el preámbulo y en 34 artículos de nuestra constitución bolivariana.
Los cafeteros llegan ha valorar los preceptos de la economía social en la autogestión, en la propiedad colectiva de los medios de producción, en el trabajo asociado, en la redistribución de las ganancias de la producción o aplicación social del excedente y en los grados de autonomía de la organización. Implica, el derecho a dirigir y decidir en proporción al trabajo colectivo aportado.
Dichos principios, en nuestro proceso revolucionario, cada día se afianzan y avanzan, en parte, como sustentos de las bases ideológicas y políticas de las nuevas estructuras sociales que han de nacer de las juntas comunales y parroquiales cafetaleras para llegar a conformar los centros municipales de desarrollo endógeno del café.
La estructura social y productiva propuesta y debatida en el último taller efectuado en San Antonio de Capayacuar los días 29 y 30 de Julio proponen que deben velar por el cumplimiento de las siguientes competencias, más demandadas:
– Descentralización y desconcentración de todas las actividades del café.
– Incorporar todas las misiones bolivarianas en la atención de las familias cafetaleras.
– En la formación integral de la familia cafetalera impulsar el Programa «Centro Educativo Integral Comunitario» (CEICO) en los municipios.
– Para fortalecer la resistencia cultural cafetalera es indispensable establecer viveros familiares y comunitarios con semillas propias de las zonas cafetaleras. Crear redes de germoplasma comunitario, bajo un programa de formación y asistencia técnica donde se encuentren al frente los productores de café.
– Impulsar aceleradamente la producción agroeoecológica del café, estableciendo ordenanzas o normas sobre las bondades agroecológicas del rubro café y los términos en que el municipio norme algunos incentivos, como: productor de agua, biodiversidad, recuperación de suelos e implantador de la economía social. En el área de la investigación y desarrollo para la producción agroecológica del café se han propuesto 16 líneas de investigación a ser adoptadas por los INIA regionales.
– Modificar la Ley de Mercadeo Agrícola.
– Conformación de redes sociales y comercialización que incluya: censos locales; presupuestos participativos; planificación local y la contraloría social. Los productores de café exigen su participación en todo el proceso de comercialización.
– Conformar los centros de acopio municipal e integral la distribución del café hacia la red de Mercal.
– Los bienes del sector cafetero deben pasar a los centros municipales de desarrollo endógeno del café.
– Mayor participación de los productores en la Junta Nacional del Café.
Los sustanciosos e inéditos logros obtenidos en los formativos debates generados por los productores de café, han de cumplir con el objetivo reciproco propuesto por ellos y que fueron aceptados por el Sr. Presidente Chavez quien no vaciló en aceptar la propuesta de realizar estos talleres y debates no sólo para avanzar en la definición de políticas públicas para el sector, también en el sentido de caminar con pasos firmes hacia una constituyente cafetalera.
Estamos seguros, se ha de fortalecer con el accionar y la consolidación de las tantas propuestas ofertadas en las distintas regiones y con el mantenimiento del debate participativo por y para la transformación progresiva y radical de las actividades productivas y sociales de las aproximadamente 52000 familias de caficultores, quienes, mantienen vivas sus esperanzas en avanzar hacia la merecida mejoría de sus condiciones de vida.
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