Presidente Toledo y negociadores del TLC: no se trata de proteger por proteger; no tendría sentido. Se trata de promover el cultivo competitivo de los productos sensibles (maíz amarillo duro, trigo y algodón, además de la industria láctea) y crecer las extensiones con tecnología, de modo de sustituir importaciones, rompiendo en el camino algunos oligopolios que no dejan que el Perú avance. El verdadero objetivo de un TLC, es mejorar la balanza comercial y ello no sólo se logra incrementando las exportaciones, sino fundamentalmente –en países con las condiciones excepcionales que tiene el Perú para ello- bajando las importaciones a la vez que se produce en el país de manera competitiva, generando trabajo sostenible para los peruanos.
Presidente Toledo: para ello ha promulgado usted el 21 de julio del 2004, una ley sin precedentes en la historia del Perú: la Ley Marco para el Desarrollo Económico del Sector Rural 28298, que extraños intereses han evitado desde hace ya más de un año que se reglamente y se ponga en práctica. Con la aplicación de esa ley de corte esencialmente moderno, capitalista y liberal (en el buen sentido del término), la protección a la que usted alude, tendrá sentido por un tiempo limitado, pues entonces durante el periodo de protección, se podrán extender hasta 100,000 hectáreas de maíz, 120,000 hectáreas de trigo y por lo menos 50,000 sino 100,000 hectáreas de algodón; con ello en un plazo de 2 a máximo 5 años, usted habrá propiciado (será responsable), por la generación de 800,000 puestos de trabajo directo, sostenibles (tal vez más de 1.5 millones puestos de trabajo cuando se incluye los indirectos); incrementará el PBI entre $700 a cerca de $900 millones; mejorará la balanza comercial entre $400 o cerca de $600 millones tan sólo por esos tres productos para el mercado interno y los pondrá a precios competitivos, pudiendo entonces retirarle la protección sin problema alguno, con posibilidad de proyectarse a la exportación con lo que el PBI y la balanza comercial mejorarán aún más.
No debe usted seguir protegiendo la ineficiencia y el delincuencial manejo de algunas de las cooperativas azucareras, sobre favoreciendo, de paso, a los eficientes que están haciendo pingües beneficios con esta protección; deje establecido el camino para la promoción en cambio, de las plantaciones de caña de azúcar para etanol. Tampoco debe proteger el arroz de la Costa (pasos iniciales ya se están dando en este sentido), sí promover y favorecer su producción en la Selva.
Pregunte a su ministro Ferrero –responsable negociador del TLC- si los productos agrícolas bandera de exportación propuestos para el TLC, pueden mejorar más que lo indicado la balanza comercial en tan corto plazo; espero que le conteste con información certera, no con la información equivocada que presentó al Congreso el 22 de marzo último, cuando afirmó que en el Perú hay sembradas 100,000 hectáreas de trigo y que se necesitan 1 millón para abastecer la industria farinácea e incrementar el rendimiento en 1,142% lo que resulta inviable (en el Perú, señor presidente, se puede sacar la misma productividad que en el sur de los EEUU); o, como cuando dijo en la misma presentación, que la demanda por maíz se atiende el 80% con producción interna y el 20% con importación; que el maíz ocupa menos mano de obra que el espárrago (en proporción 6/370); que la palta (5/296), que la mandarina (7/443), que la uva (4/250), que el mango (7/300), etc ...; se ve que el ministro Ferrero no ha salido al campo ni de picnic.
Si esa es su intención señor presidente, entonces pase el Reglamento de la Ley 28298 que ya tenía listo el anterior premier y que hoy puede encontrar resistencia en el actual y en su ministro de Economía que con argumentos insostenibles, se han opuesto a esta ley en su momento antes de promulgarse y hoy a su reglamento, pues intereses poderosos hoy vigentes en el país, no se sienten cómodos con la prospectiva de desarrollo del sector rural, pues las importaciones definitivamente disminuiría, se haría un proceso real y efectivo de Rescate Financiero Agrario (no como los sucesivos de los últimos años, que sólo han rescatado los balances de los bancos y consolidado el camino para que estos se apropien a precio de regalo, de las tierras productivas del país); con esta ley en vigor, se promoverá la inversión extranjera asociativa en el agro y el Perú cambiará y sin duda exportará más y mejor.
Si usted toma la decisión de sacar adelante ese reglamento a pesar de su premier y de su ministro de Economía, tal como lo ha presentado el grupo de expertos que lo ha trabajado desde el Congreso con el auspicio del mismo USAID, que también apoyó la elaboración de la ley el año pasado, entonces presidente, habrá cambiado el curso de la historia en el desarrollo del país con bienestar extendido en el sector rural y habrá dejado las vías para la generación de empleo masivo en el agro, con modernidad y con base a la capitalización de sus activos productivos; y por supuesto surgirán nuevos productos exportables con mercados asegurados, que hoy ni siquiera mencionan en el marco del TLC.
No deje pasar el tren de la historia positiva del Perú; ya dio usted un gran paso con la ley, dé el paso que falta con su reglamento. Queda en sus manos presidente Toledo.
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