¿No podrían ponerse históricamente de acuerdo ya, esta misma semana, para que, no importa quién sea finalmente el elegido (a), entregue al otro (a), el cargo de Premier, con un gabinete mixto por el primer año (o mínimo por 6 a 9 meses), para acometer juntos el Presupuesto 2017, que será clave para el futuro del Perú (p.e. para que no vuelva a ocurrir lo que estamos presenciando hoy, con los niños puneños que sufren con las heladas)?
¡Este es el momento!, cuando se está computando el último 5% de las actas de votación y el JNE deberá re-examinar y decidir sobre 1900 actas impugnadas y cuando vemos que sale un reporte de la ONPE y el ritmo indica que Keiko puede alcanzar a PPK; sale el siguiente y el ritmo indica que no podrá ser; si este el momento de mostrar la talla de ambos candidatos frente a un resultado, donde el 50% de la población la tiene clara y el otro 50% disperso en sus perspectivas y convicciones, se une contra la otra mitad de la población.
O nos ponemos ya, ambos bandos sufriendo el uno de la celebración anticipada al grito de ¡fraude! y el otro de la decepción a la expectativa, en la misma orilla, o nos mantendremos uno en una orilla y el otro en la del frente, con un río turbulento, muy difícil de cruzar, donde sólo habrá un perdedor: el Perú.
Ambas opciones en disputa de la presidencia hoy, son de corte liberal; el uno más conservador que la otra, pero ambos liberales. ¿Es que no hay la necesaria madurez política y peruana para ponerse de acuerdo en puntos que son obvios y que requieren de su integración al Presupuesto de la República, que se debe aprobar a fin de agosto, tan sólo un mes después de que asuma el nuevo presidente?
Allá por 1959, Manuel Prado Ugarteche tenía en Pedro Beltrán Espantoso –periodista, economista y empresario agrario- un antagonista que parecía irreconciliable y, sabiamente, decidió llamarlo como Premier de su gobierno. Don Pedro tuvo una gestión memorable y orientó al país hacia una economía de tipo liberal.
¿No pueden hacer un esfuerzo de peruanos para ponernos a todos en la misma orilla, aunque de pronto una minoría quiera quedarse donde está? ¿Qué es más importante, los ocasionales compromisos políticos que todos sabemos están pegados con babas, o el Perú?
¿Es tan difícil mostrar grandeza y sabiduría en este momento tan trascendental, pensando en lo único que un mandatario de la nación, debe pensar: el bienestar de todos los peruanos?
¡Este es el momento!
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter