La recuperación de tierras para los campesinos de Venezuela, impulsada por el gobierno revolucionario es la noticia que recorre el continente y despierta las simpatías de los colectivos populares y la furia de los poderes económicos aliados de la Casa Blanca.
La prensa latinoamericana (escrita y audiovisual) califica de "expropiación de propiedad privada" el combate contra el latifundio, que en si mismo se constituye en una de la formas de dominación de nuestros pueblos. No obstante esta mentira de los grandes medios es repetida por el continente, los movimientos populares traducen a la inversa el intento mediático y saben que una reivindicación está detrás, en marcha.
El 12 de marzo de este año el Ministerio de Interior y Justicia inició una serie de procedimientos que culminaron en la confiscación de 11 fincas en ubicadas en los estados Apure y Táchira, en las cercanías de la frontera con Colombia, presuntamente adquiridas en una operación de lavado de dineros procedentes del narcotráfico.
Esta acción del gobierno bolivariano debe considerarse como un paso significativo en el proceso de recuperación de tierras. Y una demostración del trabajo que desarrollan actualmente nuestros organismos de seguridad. Al tiempo que una bofetada al intento de los medios venezolanos de crear una matriz de opinión desfavorable al gobierno, a raíz de la suspensión del programa de cooperación con la DEA. Matriz que fue coronada con la "ambigua" descertificación de la política antidroga venezolana por parte del Departamento de Estado en septiembre.
Estas recuperaciones de fincas deben verse como un ejemplo del rescate de la plena soberanía. Las 11 fincas pasan a ser parte del capital productivo disponible para la producción de alimentos y también son parte de la recuperación paulatina pero decidida del poder del Estado venezolano sobre sus acciones políticas en distintas materias.
Alimentación para todos
¿Pero de qué hablamos cuando decimos Soberanía Alimentaria? La soberanía alimentaria, amigos míos, garantiza dos elementos estratégicos para cualquier nación: ALIMENTO A LOS MÁS POBRES e INDEPENDENCIA NACIONAL. La seguridad y la soberanía alimentaria son dos conceptos complementarios.
Dice el profesor Luis Bonilla Molina, "Sin soberanía alimentaria un pueblo es esclavo. Cuando una nación se vuelve dependiente de otra para alimentar a su pueblo, esa nación es controlada también en el terreno económico, político e ideológico".
La revolución garantiza al pueblo alimentación y atención a los menos favorecidos, para ellos se cuenta con Casas de Alimentación, Mercados Populares y Mega-mercados, que ayudan a cumplir con el objetivo de garantizar alimentos a bajos costos y subsidiados para los más pobres, y alimentos gratis para los que no tienen nada.
Además, Venezuela cuenta con una reserva estratégica de alimentos, que no teníamos antes. Frente a cualquier emergencia, antes dependíamos de los barcos que nos traían alimentos, ya no nos podrán extorsionar con un bloqueo o cualquier otra amenaza.
Recuperación de los Silos
Los medios de comunicación privados de Venezuela iniciaron una campaña para atemorizar a la población, con mentiras burdas como que: "Aquel que tenga dos casas, le quitarán una, el que tenga tres vehículos, le quitarán dos y el que tenga dos mujeres, Chávez le quitará la segunda…"
Lo que se plantea es la preeminencia de un criterio de producción sobre la propiedad privada, no la negación de ésta. Estas acciones son una acción enmarcada dentro de la propuesta de un "Socialismo Bolivariano y Cristiano para el siglo XXI".
Chávez lo ha dicho citando a Simón Bolívar, socialismo es darle al pueblo venezolano "la mayor suma de felicidad posible".
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