Millones de iraquíes votan hoy en el primer referéndum constitucional de su historia a pesar de la amenaza terrorista. Esta constitución ha sido redactada por y para los iraquíes, y será la base de un país libre, pacífico y democrático. Es el proyecto de un Irak federal con separación de poderes.
El poder ejecutivo tendrá las mismas atribuciones que el nuestro y habrá una Corte Suprema con importantes poderes, única con derecho a interpretar la ley iraquí. Existirán gobiernos regionales, pero no tendrán las mismas atribuciones que el poder central, garante de la unidad de Irak. El proyecto delega sabiamente a la próxima asamblea algunas decisiones, lo que debería llevar a los sunitas a participar en las elecciones venideras. La nueva ley electoral dará mayor peso a los sunitas al darles un número fijo de representantes cualquiera que sea su participación. Los árabes sunitas comprenden estos esfuerzos y reaccionan comprometiéndose más.
Si el resultado del referéndum fuera negativo, la Asamblea electa en diciembre redactaría un nuevo proyecto. Después de todo, nuestra propia constitución ha tenido igualmente numerosas enmiendas.

Fuente
Washington Post (Estados Unidos)

«Iraq’s Democratic Determination», por Stephen Hadley, Washington Post, 15 de octubre de 2005.