«Las promesas de la constitución iraquí»

El proceso constitucional iniciado en Irak es portador de esperanza para los iraquíes, pues se trata del primer texto cuya redacción ha sido supervisada por una asamblea electa, y cualquiera que sea el resultado del referéndum, lo importante es este debate democrático.
Los esfuerzos de la Asamblea en la fase anterior al referéndum fueron coronados por el éxito. La creación de un Comité de Redacción más amplio que la Asamblea para paliar la falta de participación de una componente étnica y confesional en Irak permitió sobrellevar el problema. Ello permitió que cada grupo en Irak se apropiara del proceso, un elemento importante. Al final, los electores iraquíes decidirán si desean ser gobernados según esta constitución en un futuro previsible. Podemos esperar una mayor participación que en enero.
Otro elemento importante, la Asamblea Nacional ha respetado las exigencias de la constitución provisional, lo que muchos observadores no habían previsto. La Ley de Transición establece un programa riguroso para la Asamblea a fin de llevar a cabo una primera versión de la Constitución y en lo fundamental la Asamblea ha respetado sus límites. Una legislatura iraquí ha comprendido que estaba obligada por principios constitucionales y por la autoridad de la ley.
La mayor parte de los dirigentes políticos iraquíes debería igualmente no modificar este texto antes de cierto tiempo para dar mayor peso a la Constitución. Está claro que el tipo de gobierno que se implante en Irak deberá ser institucional y no personal. La administración norteamericana ha tenido toda la razón al resistirse a la tentación de confiar las riendas de Irak a un caudillo, como algunos querían.