Después de Irak, Siria. Nadie imaginaba que la sólida dictadura de Hafez El Assad daría pruebas de una brutalidad e impotencia tales. Contrariamente a su sucesor, el fundador del régimen sirio sabía mezclar una brutalidad poco común con una cobertura diplomática irrefutable.
Sin embargo, hoy, a la lista de los adversarios tradicionales de Damasco –Israel y la Autoridad Palestina– se suma un conjunto de nuevos adversarios: Turquía, muy vinculada al ex primer ministro libanés, Arabia Saudita por las mismas razones, Irak, donde los chiítas combaten la insurrección apoyada por Damasco y Jordania, que combate a su vez a los yihadistas iraquíes y a los extremistas palestinos que se pasean por las calles de Damasco. Durante un tiempo, pudo esperar sacar partido de la victoria de Ahmadineyad en Irán, pero Teherán quiere acabar con los yihadistas iraquíes, lo que permitiría un dominio chiíta en el país. Washington, París, Riad y Moscú habían apostado por una estabilización del Líbano con el consentimiento sirio, pero hoy se sienten engañados por Damasco y no acudirán en ayuda de un régimen acorralado. Moscú había reiniciado las entregas de armas a Siria hace algunos meses pero Damasco no es su aliado priorizado. Para Rusia, es necesario ante todo aliarse a Egipto e Irán en la región sin dejar de mantener buenas relaciones con Israel y Estados Unidos.
Sin embargo, lo que más amenaza al actual régimen sirio es el partido tecnocrático y reformista que se ha instalado poco a poco en Damasco bajo la lamentable e ineficaz protección de Bachar Assad. Este partido apoyaba principalmente la total normalización de las relaciones diplomáticas, por consiguiente la retirada del Líbano, el cierre de las bases de la yihad iraquí y el abandono progresivo de Hamas en Palestina. El círculo allegado a Bachar Assad espera aún poder abrir el país y reconciliarse con Estados Unidos y Francia, bajo el padrinazgo protector de la Rusia de Putin y de Rafsanyani en Irán. No estamos lejos de un enfrentamiento entre las facciones sirias, y los partidarios de la línea dura podrían muy bien intentar un golpe de Estado contra los reformistas.
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.
«L’équation syrienne», por Alexandre Adler, Le Figaro, 27 de octubre de 2005.
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