Ha nacido un concepto: «la herencia de Sharon», concepto que sucede a «la herencia de Rabin» e igualmente separado de la persona real. Ese concepto hace de Sharon un cantor de la paz y de la retirada. Sharon es quizás el dirigente israelí más influyente desde Ben Gurión, pero también ha sido la causa de muchos problemas de seguridad y políticos que debe encarar Israel. El nuevo Sharon, que se ganó la admiración de una parte de los israelíes y del mundo en el ocaso de su vida, sólo corrigió algunos problemas que él mismo había provocado.
Sharon es, en efecto, responsable del proyecto de colonización, del fortalecimiento del Hamas y del surgimiento del Hezbolá como un factor amenazador en el Líbano. Más tarde reconoció algunos de sus errores, pero como permanecía fiel a sus representaciones en cuanto a los árabes, no tenía ninguna oportunidad de hacer la paz con ellos.
El viejo Sharon inició la inútil guerra al Líbano y no quiso ayudar a Jordania. El nuevo Sharon ignoró a los palestinos y no trató de hacer la paz con ellos. La herencia Sharon será la retirada de Gaza, no la operación contra Jenin en 2002 o las incursiones punitivas de 1953. No olvidemos que si bien Sharon intentó reparar algunos daños causados por el colonialismo, marginó a la Autoridad Palestina y, por ende, fortaleció a Hamas. También despertó la amenaza iraní.

Fuente
Ha’aretz(Israel)
Diario de referencia de la izquierda intelectual israelí. Propiedad de la familia Schocken. Tirada de 75,000 ejemplares.

«The blind love of the people», por Gideon Levy, Ha’aretz, 9 de enero de 2006.