Según informaciones recientes, Bin Laden obtuvo de un religioso saudita mal orientado un edicto que lo autoriza a emplear el arma nuclear contra Estados Unidos. Con ello, ya nada hará retroceder a aquellos que cometieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 si tienen la posibilidad de causar mil veces más muertos. ¡Imaginen el impacto que tendría la explosión de un arma atómica en Nueva York, Londres, París, Sydney o Los Ángeles, o peor, ¡dos o tres! Toda la civilización moderna reposa en bases económicas y tecnológicas que los terroristas quieren destruir. Dos bombas permitieron destruir la industria turística de Bali en 2002. ¿Cuál sería el efecto de un ataque mucho más devastador? Es hora de reconocer el peligro que nos amenaza, un peligro para nuestra propia existencia cuya fuente son el wahabismo y el salafismo.
El Islam es una religión tolerante que algunos fanáticos tratan de pervertir en religión odiosa. Lamentablemente, los musulmanes y los demás creyentes no logran desacreditar a los extremistas. La mejor forma de combatirlos es explicar lo que representa en realidad el Islam a los musulmanes y a los que no lo son. No será tarea fácil ya que nos enfrentamos a una ideología bien financiada y que puede apoyarse en una excelente organización.
La ideología fundamentalista sunita incluye por lo general la restauración de la perfección del Islam de los primeros tiempos, la imposición de una interpretación de la ley islámica, la transformación del Islam en sistema político mundial y la constitución de un califato que se extienda de Marruecos a Filipinas e Indonesia. Para desarrollar este proyecto cuenta con fondos, estructuras, organizaciones caritativas (con frecuencia financiadas por los petrodólares wahabitas) y predicadores formados en Arabia Saudita. Para poder luchar contra estas ventajas necesitamos una campaña global que una a los musulmanes y a los que no lo son. Debemos oponer nuestros principios a los suyos y librar una batalla ideológica. Necesitamos una organización mundial y los musulmanes deben promover el «Islam bueno».

Fuente
Wall Street Journal (Estados Unidos)

«Right Islam vs. Wrong Islam», por Abdurrahman Wahid, Wall Street Journal, 30 de diciembre de 2005.