La guerra se intensifica en Irak, los muertos iraquíes, militares y civiles, se cuentan por cientos de miles pero el ejército estadounidense se congratula en su balance correspondiente a 2005 por la estabilización de las cifras oficiales con relación a las pérdidas en el seno de su contingente.
De hecho, si leemos las cifras del Pentágono publicadas el domingo 22 de enero de 2006, podemos dudar seriamente, una vez más, de los objetivos manifiestos de la administración Bush con relación a Irak. Nos enteramos de que el número de ataques de la resistencia pasó de 26 496 en 2004 a 34 131 en 2005, o sea, un aumento del 30%. En cuanto a los coches bombas, los ataques se duplicaron para elevarse a 870 el pasado año; la mitad fue reportada como ataques suicidas por el Pentágono y denunciada como provocaciones por parte de la resistencia.
A pesar de este incremento neto de la violencia en el país, el número de soldados estadounidenses oficialmente asesinados se mantuvo estable, es decir 845 (contra 844 en 2004) y el número de heridos habría pasado de 7 990 a 5 939.
El Pentágono se alegra por consiguiente de la disminución de las pérdidas entre las tropas norteamericanas proporcionalmente al aumento de los ataques y lo explica por el hecho de que los 227 000 soldados iraquíes que forman ahora parte de las fuerzas de ocupación son los que sufren la mayoría de las pérdidas. Pero no considera útil contar los muertos iraquíes, civiles o militares. Toda vez que las tropas estadounidenses están más protegidas, las acciones de Exxon, BP y Shell siguen gozando de buena salud gracias a las reservas petroleras iraquíes anexadas y los petroeuros son prohibidos en el país, el resto puede ser considerado como perteneciente a la esfera de los asuntos privados iraquíes.
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