La National Security Archive acaba de publicar un documento desclasificado del Pentágono que redefine el enfoque de Estados Unidos con relación al contexto mediático mundial.
El principio clave de «La hoja de ruta sobre las operaciones de información», firmada por Donald Rumsfeld en 2003, es que no hay límite en la guerra de información, ya que en lo adelante, «las informaciones destinadas a la propaganda, a las Psyops, son consumidas por el público estadounidense y viceversa».
Así, el plan prevé numerosas actividades militares, desde «la manipulación del pensamiento» del adversario, hasta el ataque a las redes de comunicación del enemigo.
La prioridad fundamental es «combatir Internet», y prepararse para una guerra virtual. El Departamento de Defensa debe, según el documento, elaborar un centro destinado a tal fin.
«Debemos mejorar nuestra capacidad de ataque electromagnética y sobre las redes de comunicación. Para dominar en un combate un centro de información, es cada vez más importante que nuestras fuerzas dominen el espectro electromagnético con capacidad de ataque». (3.Executive Summary - A.Conclusions)
El uso de Psyops, rama militar especializada en las operaciones psicológicas, se menciona con frecuencia:
«Deben realizarse grandes esfuerzos para caracterizar el potencial de audiencia del adversario, y, en especial, el de los que tienen el poder de decidir y sus prioridades. Si no se realizan estos esfuerzos de análisis, no será posible el lanzamiento de los temas y mensajes de las PSYOPS, de modo que sean efectivos para modificar el comportamiento del adversario». (3.Executive Summary - A.Conclusions)
Aunque Estados Unidos siempre haya admitido la propaganda, nunca un gobierno había autorizado la intoxicación mediática de sus propios electores: el documento precisa que «los mensajes de las Psyops se difundirán con frecuencia por los medios de comunicación para mayores audiencias, incluido el público estadounidense».
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