Agradezco a los periodistas por su asistencia masiva, ya que nunca antes habían asistido tantos a una conferencia de prensa.
El año 2005 fue bueno para Rusia, con un crecimiento económico de 6,4%. El Banco Central ruso cuenta ya con importantes reservas, los salarios rusos han aumentado en un 9,8%, el poder adquisitivo en un 8,7% y los subsidios y las pensiones por jubilación en un 13%. Estas cifras se expresan en términos reales y tienen en cuenta la inflación. Estas cifras muestran que, contrariamente a lo que afirman algunos de nuestros adversarios, Rusia tiene un sitio propio en el G8, cuya presidencia garantizamos. Como esta organización tiene una estructura multilateral, hemos optado por definir los grandes temas de trabajo de nuestra presidencia en colaboración con los demás miembros. Este año hemos decidido centrar nuestros esfuerzos en los grandes problemas que enfrenta la humanidad, tales como la seguridad energética mundial, las enfermedades infecciosas y la educación.
Contrariamente a lo que habitualmente se rumora, mis reuniones con el presidente bielorruso, Alexandre Lukatchenko, no significan un apoyo al régimen bielorruso o a un partido político bielorruso. Estamos a favor de la integración económica de nuestros dos países, pero eso no significa que apoyemos específicamente a un político en ese país.
Me complace haber llegado a un acuerdo con Ucrania referente al gas. Kiev por fin ha reconocido que desvía una parte del gas hacia Europa Occidental. Ello muestra también que tenemos razón al querer construir un gasoducto que pase por el Mar del Norte. Con Georgia tenemos más dificultades, ya que hay políticos georgianos que no ven con buenos ojos nuestras relaciones. No obstante, hay ingenieros rusos trabajando a –30° C para hacer que funcione de nuevo el suministro energético a Georgia, mientras que algunos dirigentes georgianos los escupen. Los georgianos deben comprender que esa actitud no mejorará en lo absoluto las cosas. Por nuestra parte, deseamos estrechar nuestros vínculos con Georgia. Contrariamente a lo que se dice, no creo que aplicar los precios del mercado a los ex países soviéticos nos afecte a largo plazo. Nuestra vieja política de precios con respecto a Ucrania costaba a Rusia entre tres y cinco mil millones de dólares anuales. A modo de comparación, la ayuda estadounidense a Ucrania asciende a 174 millones de dólares anuales. Debemos admitir que ya somos países separados y que debemos ante todo pensar en los intereses del pueblo ruso. Asimismo, debemos contar con los medios de ofrecer un suministro de gas que satisfaga a toda Europa. Pero ello no consiste en utilizar el gas como un arma, tal como pretenden algunos. En ese campo, estamos ya bien protegidos. Rusia cuenta con una fuerza de disuasión nuclear eficaz cuyo alcance pude explicar al presidente Jacques Chirac durante una de sus visitas al mostrarle la calidad de nuestros vectores, capaces de portar ojivas nucleares sin ser detectados por los sistemas antimisiles.
Conocemos la situación económica mundial y sabemos que muchos países buscan fuentes de energía alternativa al petróleo, pensando sobre todo en la energía nuclear civil. El problema reside en que la mayoría de las técnicas nucleares civiles pueden tener también un aspecto militar. Es por ello que durante una reunión de la Comunidad Económica Euroasiática propusimos crear una red de centros de enriquecimiento de uranio en Rusia, aprovechando los conocimientos rusos en ese campo, lo cual podría ser útil a todos los que quisieran participar en ello, incluido Irán.
Nuestro apoyo a Uzbekistán después de las revueltas ocurridas en Andizhan no es incompatible con nuestra adhesión a los valores europeos. Sabemos quiénes entrenaron a los revoltosos y no queremos un segundo Afganistán en el Cáucaso. Eso no quiere decir que ignoramos los problemas existentes en Uzbekistán.
Las Organizaciones No Gubernamentales son una parte importante de nuestra sociedad y las apoyamos, pero también queremos que su financiamiento sea transparente. No queremos que esas ONG se conviertan en títeres de los intereses extranjeros. Lamentamos el caso de espionaje con Gran Bretaña y no deseamos reducir nuestra alianza con Londres. Discutiré eso con el Primer Ministro británico.
Pondremos fin a las operaciones de contraterrorismo en Chechenia cuando los órganos de la seguridad chechenos puedan hacer respetar el orden por sí mismos. Cada vez lo están logrando con más eficacia, pero es un problema complicado. En el Ministerio del Interior checheno hubo numerosas personas que hace poco atacaron a las fuerzas federales. No es un asunto fácil, pero integrarlos permite confiar la responsabilidad a personas que conozcan bien Chechenia. No obstante, ello requiere ante todo crear una cultura del estado de derecho, lo que no es fácil.
Todavía no hemos llegado a un acuerdo para ingresar en la Organización Mundial del Comercio. El problema principal es con Estados Unidos, único país que nos impide ingresar en la OMC, pero como George W. Bush está a favor de nuestro ingreso, ese problema debe entonces solucionarse próximamente.
La cooperación chino-rusa es un factor importante de la estabilidad internacional. Queremos continuar nuestro acercamiento y resolver los problemas pendientes en nuestras relaciones, tales como los relacionados con las fronteras. Asimismo, queremos desarrollar nuestras relaciones comerciales. Todos esos puntos serán abordados durante mi próxima visita a China, en la primavera.
Me siento feliz por haber visitado Japón; creo que podemos mejorar nuestras relaciones, pero que Japón no debe solucionar sus problemas internos removiendo las viejas polémicas y jugando a los samurais en las islas Kuriles. Queremos encontrar una solución por medio del debate.
La victoria de Hamas constituye un fuerte golpe para los esfuerzos norteamericanos en el Medio Oriente. Hay que llevar a la negociación a todas las partes allí presentes. Nuestra posición es diferente a la de los europeos y los estadounidenses, pues no consideramos a Hamas como una organización terrorista, aunque eso no significa que aprobemos todo lo que hacen. Creemos, además, que Hamas debería abandonar sus posiciones extremistas y reconocer a Israel su derecho a existir.
«Press Conferences, Meetings with the Press, Press Statements», por Vladimir Putin, servicio de prensa del Kremlin, 31 de enero de 2006. Texto adaptado de una conferencia de prensa de cuatro horas de duración que contó con la presencia de 560 periodistas. Sólo hacemos referencia a los fragmentos que tienen que ver con la política internacional. Para facilitar la lectura, clasificamos los diversos elementos de respuesta de Vladimir Putin según los temas abordados por las preguntas y no en el orden en que fueron tratados.
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