Muchos analistas afirman que un ataque aéreo preventivo contra las instalaciones nucleares iraníes es imposible; que serían necesarios miles de aviones y que incluso con ese despliegue de fuerzas la operación podría fracasar por lo muy bien ocultas y defendidas que se encuentran las instalaciones. Existen muchas buenas razones para rechazar el uso de la fuerza, pero este argumento no es bueno, pues hay buenas oportunidades de una destrucción exitosa de la infraestructura nuclear iraní mediante un ataque aéreo.

El principal argumento de los escépticos es la comparación con el ataque israelí contra el centro nuclear de Osirak en 1981. Los adversarios de los ataques afirman que no se puede comparar una operación contra Irán con la que se llevó a cabo contra Irak debido a la diferencia de escala entre los programas nucleares. Dado que el programa nuclear iraní es mucho más importante que el de Irak a inicio de los años 80, no sería posible aniquilarlo. Esto es exacto, pero se equivocan en la interpretación de este argumento. En efecto, no debe considerarse un ataque aéreo a las instalaciones nucleares iraníes como un plan de demolición de un inmueble que requiere que no quede nada del anterior para la construcción de uno nuevo. No haría falta la destrucción de todas, sino de algunas de las instalaciones fundamentales para que se perdieran años del programa nuclear iraní. Podría ocurrir que Irán nunca llegara a estar en medida de reconstruir su programa debido a la desconfianza que inspirará a partir de ahora. Basta comprobar que Irán ya está obligado a importar el 35% de su gasolina al no poder desarrollar sus refinerías debido a su aislamiento.

Fuente
Ha’aretz(Israel)
Diario de referencia de la izquierda intelectual israelí. Propiedad de la familia Schocken. Tirada de 75,000 ejemplares.

«It could be done in one night», por Edward N. Luttwak, Ha’aretz, 24 de febrero de 2006.