Estas elecciones del 2006 son tremendamente importantes para el destino del pueblo y la República del Ecuador. En el futuro inmediato, sobre todo en el período 2007-2011, tenemos un importantísimo dilema: o el pueblo se yergue y lanza a la recuperación plena de su soberanía nacional y derecho a decidir su futuro independiente, o, en forma alternativa, se profundiza la colonización, el saqueo impune y las privatizaciones impulsadas por las castas dominantes aliadas con el imperialismo, las corporaciones transnacionales y los círculos financieros, empeñados todos ellos, además, en dividir y retacear la Patria en autonomías políticas que permitan que la riqueza nacional y reserva social pueda ser engullida en forma de bocados más pequeños para sus apetitos insaciables.
I
ELECCIONES TRASCENDENTALES PARA EL ECUADOR
No puede el pueblo ecuatoriano perder la perspectiva de la trascendencia histórica fundamental de las elecciones de octubre del 2006.
De sus resultados dependen en apreciable medida el destino de la República y las condiciones de vida de varios millones de compatriotas.
De lo que acontezca en este año podría derivarse lo que sucederá en forma casi irreversible con la mayor riqueza nacional concentrada en el petróleo, minería, electricidad, telefonía, agua potable y de riego, puertos, aeropuertos y recursos ictiológicos y pesqueros de la República, cuyo proceso privatizador intensivo lo impuso la mayoría de la Asamblea Nacional Vendepatria de 1998.
Es indispensable y urgente luchar con todas las fuerzas concientes del país para revertir las privatizaciones y depredación poblacional coordinadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID, el gobierno norteamericano y las grandes corporaciones, y ejecutadas por regímenes, partidos y asambleístas de espíritu colonizado.
¡Recuperar y defender la soberanía nacional así como el derecho a autogobernarse y a precautelar el patrimonio del pueblo debe ser la primera de las consignas!
No podemos permanecer impasibles ni indiferentes ante la dantesca tragedia social y nacional. Es tanta la miseria, la necesidad y la desesperación poblacional, que cientos de miles de paisanos abatidos huyen cada año de su propia Patria, tan pletórica de recursos y posibilidades, en espantosas embarcaciones de mala muerte, para no perecer de hambre y angustia segura en el territorio que los vió nacer.
¡Es indispensable pelear en las mejores condiciones posibles, porque la existencia misma de millones de seres humanos está en juego! ¡No podemos permitir que desaparezca la República en pedazos y continúe este genocidio incalificable sobre la tierra de nuestros mayores! ¡Es hora de pelear, para que no nos roben la Patria, el patrimonio social y nacional, y la vida misma de nuestros hermanos!
II
DINERO PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO
En el Ecuador debemos luchar ferozmente para recuperar toda la riqueza nacional, sustento mayor de nuestro desarrollo productivo y fuente para generar trabajo para la juventud que hoy desamparada se lanza por todos los mares y confines del mundo.
Sólo por el 66 por ciento de las reservas petroleras ya entregadas a las grandes corporaciones podríamos perder, si no reaccionamos a tiempo, más de 150.000 millones de dólares.
Súmese a este monto parcial gigantesco de pérdidas (a causa de las privatizaciones) las cantidades inconmensurables de la minería, electricidad, telefonía, agua potable y de riego, así como los demás aspectos más rentables de la riqueza pública acumulada y transferida con las derivaciones de la aplicación delincuencial de los saqueadores y privatizadores artículos 247 y 249 de la Constitución Vendepatria de 1998, aprobados por la partidocracia oligárquica y proimperialista.
No podemos rendirnos, y ni siquiera estar un segundo apacibles, ante el monumental latrocinio de los partidos mafiosos, expresiones visibles de los grupos de presión que actúan tras bastidores.
El dinero incuantificable que perdemos por las privatizaciones y por el pago que ahora se destina a la infame deuda externa jamás auditada DEBEMOS RECUPERARLO en todo lo posible, y destinarlo para impulsar el desarrollo productivo del país en todos los campos, garantizar la autonomía alimentaria y dar trabajo a una población ansiosa por emigrar de manera masiva ante su absoluto desamparo.
Debemos expulsar del poder a la casta apátrida y antipopular que ha destruido la capacidad productiva del país y sólo sabe saquear las arcas fiscales; empecemos con mística, en forma paralela, a solucionar problemas sociales tan graves como la desnutrición, la insalubridad, el analfabetismo, la mortalidad infantil, la insuficiencia de vías, viviendas, escuelas, hospitales, entre otros aspectos.
Es inconcebible que el presupuesto general del Estado sea aprobado de manera previa en Washington por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, como ahora sucede, y donde casi la mitad de egresos se destina a ‘honrar las obligaciones de la deuda externa’ jamás investigada y peor auditada!.
Este presupuesto expoliador en la actualidad no puede ser rechazado ni siquiera por el Congreso Nacional conforme lo limita el Art. 258, inciso segundo, de la actual Constitución, cuando determina que dicha proforma se aprobará en un solo debate hasta el 30 de noviembre en forma obligatoria.
‘Si hasta esa fecha no se aprobare, entrará en vigencia la proforma elaborada por el Ejecutivo’ (y ‘consultada’ al FMI y al Banco Mundial! ¡Ésta es otra de las ‘perlas’ de las ’reformas constitucionales’ impuestas en la Asamblea Nacional de 1998 por los agentes del FMI y el Banco Mundial atrincherados en los partidos de la mafiocracia saqueadora y asaltante de nuestra pobre nación desguarnecida por la indiferencia y desinformación masiva!)
Es indispensable y prioritario para la sobrevivencia misma de la sociedad, desarrollar la capacidad productiva del país dotándole de recursos suficientes y autonomía administrativa a PETROECUADOR (matriz de los mayores ingresos nacionales), para el impulso a sus tareas de prospección así como al empuje vigoroso de una industria petroquímica que en décadas de exportación hidrocarburífera ningún gobierno la ha emprendido porque ¡todo el dinero ha estado destinado al pago colusorio de una deuda externa que nadie se ha atrevido a auditar!
¡El petróleo procesado en esta industria, según estudios internacionales serios, evidencia que puede multiplicar la ganancia en cuando menos el 700 por ciento! ¡Existen países que no producen crudo, y por lo mismo carecen de estos ingresos cuantiosos que se supone nosotros disponemos, pero viven mucho mejor que los compatriotas porque ellos están provistos de industria petroquímica, química y mecánica!
Debemos impulsar el sector agropecuario y agroindustrial, dotándolo de financiamiento barato y asistencia técnica imprescindible, recuperando la capacidad de gestión de lo que fué el ENAC con su red de silos para la comercialización sin intermediarios de los productos del campo, así como de las facilidades para surtir de productos más baratos al consumidor, además que debe intentar recuperarse la Fábrica Nacional de Fertilizantes, FERTISA, que el dúo de Durán Ballén y Dahík Garzozi entregaron al grupo Wong, uno de los más poderosos exportadores de productos agrícolas, o crearse otra, con urgencia, hasta resolver el caso anterior.
Debemos reconstituir con los mejores técnicos del país, hoy cesados, el Instituto Ecuatoriano de Electrificación, INECEL, entidad a la que se pretendió privatizar con desesperación y a toda costa, y que jamás, como ente estatal, tuvo pérdidas, y que construyó las principales y únicas represas hidroeléctricas en funcionamiento como son las de Paute o Guarumales, Daule-Peripa o Marcel Laniado, Agoyán, Pisayambo y otras. Es incomprensible, a la luz de los intereses colectivos, como la oligarquía destruyó con saña, en años precedentes, el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hídricos, INERHI, el Instituto Ecuatoriano de Obras Sanitarias, entre otras entidades de gestión nacional, para que dizqué estas obras sean realizadas por los municipios que deberían autonomizarse! ¡Todo ello de la mano de los ‘consejos’ y ‘recomendaciones’ (léanse órdenes) de los técnicos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el BID, en un supuesto proceso ‘modernizador’ y que no es otra cosa que un meditado plan salvaje de destrucción nacional!
¡Han convertido a nuestro Ecuador en un deplorable y terrible laboratorio de experimentación social!
Debemos, como país, impulsar de manera decidida la creación del Instituto Nacional de Minería, para la explotación minera directa, sin olvidar que Chile, sólo con sus exportaciones de cobre, obtiene el 42 por ciento de su Producto Interno Bruto; riqueza cuprífera que recuperó Salvador Allende de manos de las compañías yanquis Kennecot y Anaconda y que ni el dictador Pinochet se atrevió a reprivatizarlas. ¡Y todava algunos ‘líderes de opinión’ aparecen en la televisión diciendo ‘sigamos el ejemplo de Chile’ mientras hablan de las ventajas de la ‘seguridad jurídica’ aplicada para que las multinacionales se lleven nuestro crudo y recursos mineros! De haber privatizado su cobre Chile ¿no habría perdido ese 42 por ciento de sus ingresos?
¡Precisamente para desenmascarar a todos los pillos y a sus falacias debería servir la campaña electoral así como para evitar el bombardeo ideológico unilateral, y el subsecuente asalto a la conciencia de una masa desprevenida!
¡La campaña electoral debe ser una escuela de lucha ideológica sostenida e incansable contra vendepatrias, atrasapueblos y colonizadores de todos los pelajes!
¿Quién puede negar la existencia de la inmensa y siempre ocultada riqueza minera? ¿Por qué se esconden a los verdaderos concesionarios y sus nexos con los grupos de poder económico y político?
Es también indispensable crear la Flota Pesquera Nacional, que se haga cargo del manejo del atún y otros recursos marinos nacionales, pues resulta inconcebible que una población que padece de hambre progresiva y desnutrición crónica ni siquiera se entere que de las más de 200.000 toneladas métricas de atún que se captura cada año en nuestra Patria (300.000 toneladas métricas según cálculos de los negociadores norteamericanos del TLC), un altísimo porcentaje de esa materia vital se transforme en harina de pescado para que se engorden las aves y animales de varios países desarrollados (EE. UU., Canadá, Europa, Japón) mientras los dos tercios de la población ecuatoriana sólo ingiere 1.750 calorías, esto es lejos de los 2.300 a 2.500 que recomiendan los médicos para permanecer en reposo: todo ello en un país donde el 62 por ciento de los niños de doce años dispone de diversos niveles de desnutrición y sobrelleva estaturas menores a las de su edad cronológica, muchos de ellos con tamaño promedio de niños de ocho años.
¡Es hora de abrir los ojos y dejar la impasibilidad cómplice!
¡Es increíble que mientras cientos de miles de compatriotas padecen la desocupación más angustiante a la vez se necesiten edificar 1’150.000 viviendas, más de 10.700 kilómetros de caminos vecinales, decenas de centrales hidroeléctricas, reservorios de agua, canales de riego, infraestructura turística, desarrollo pecuario, aprovechar más del 60 por ciento de tierra fértil abandonada junto a las principales carreteras, cuando resulta, entre otras muchas obras emergentes, indispensable construir las redes de alcantarillado sanitario y dotación de agua potable para la mayoría de los 220 cantones de la República!
¿Cómo entender que mientras existen miles y miles de escuelas con un sólo maestro para varios grados estén sin laborar muchos miles de profesores?
¿Cómo entender que cuando se requieren decenas de miles de personas que ayuden en el cuidado de menores cuyas madres laboran o anhelan hacerlo, y cuando hace falta reconstruir miles de escuelas destartaladas o edificar cientos de locales educativos, decenas de hospitales e incontables casas de salud, centros de reposo para ancianos y jubilados, tengamos los índices más altos de América en desocupación y subocupación?
¿Cómo explicarnos la gigantesca desocupación cuando reposan en las entrañas de nuestra geografía inmensas riquezas mineras en tanto el dinero petrolero y de los tributos ciudadanos se evaporan en el pago de una deuda externa misteriosa e insaciable?
Hemos abogado desde hace más de un cuarto de siglo que construyamos un sistema eléctrico moderno de ferrocarriles que cruce todas las regiones del país en atención a que el tendido de estas redes de rieles y durmientes es muchísimo más barato, incluso en el desbanque de montañas, en comparación a hacer extensas mesas viales para carreteras de varios carriles que, en forma adicional, todos los años, consumen recursos en dudosas repavimentaciones y en mantenimiento que por lo general no existe; con el tendido de rieles, no sólo que se crearían muchísimos puestos de trabajo sino que se implementaría una infraestructura de apoyo mucho más barato y duradero para servir a millones de pasajeros, para transporte de carga y desarrollo turístico en costa, sierra y oriente.
¿Cómo entender entonces, si no es por sus incuantificables ventajas, que todos los países desarrollados del mundo tienen como primer medio de locomoción masiva a los ferrocarriles y trenes eléctricos?
¡Sacudámonos de tanto conformismo e impasibilidad cómplice; perdamos el recelo a emprender por nuestra cuenta, como pueblo, en las tareas impostergables para el desarrollo de nuestra nación y que nunca las emprendió la oligarquía, trinca y argolla depredadora que sólo ha asolado el país, como gavilla perversa de pirañas humanas desalmadas, por siglos y generaciones!
¿Acaso no se conoce que en el Ecuador se depredan 198.000 hectáreas de bosques al año, y que cerca de la mitad de su área territorial podría ser reforestada? ¿Cuántos conciudadanos podrían laborar en estas tareas? ¿Qué nos dirían las próximas generaciones si permitimos indolentes la destrucción progresiva, y hasta el momento imparable, de nuestra formidable naturaleza nacional indispensable para su sobrevivencia?
¿Cuántos compatriotas podrían contribuir en las bellísimas tareas de la cultura, del arte, de la ciencia, del impulso a la infraestructura del deporte y la recreación pública? ¿Qué nación civilizada no alienta y se enorgullece con merecida jactancia de sus poetas, literatos, músicos, escultores, pintores, científicos, deportistas, artesanos y orfebres? ¡Tomemos conciencia de lo que debemos impulsar de manera masiva y sin tardanza desde la más tierna edad de nuestros compatriotas!
¿Cuántos ecuatorianos mueren por falta de atención profesional y de medicinas elementales mientras se abona por deuda externa, según datos del Banco Central publicados en diario Expreso de Guayaquil del sábado 23 de julio del 2005, 3.142 millones de dólares por cada año de la última década? ¿Cómo podemos permitir la idiotez e infamia gubernamental de haber pagado en la última década 31.425 millones de dólares, esto es el triple del monto total de acreencias de hace diez años y debamos más que antes, mientras a la vez incontables connacionales languidecen y agonizan a lo largo y ancho de la República?
¡Sólo abramos los ojos y perdamos el miedo a ser felices para cortar tanta iniquidad!
Diario El Comercio del 9 de mayo de 2006 titula en su primera página ‘Los suicidios se desbordan’, dando cuenta que entre 1996 y el año 2005 el número de autoeliminados se ha multiplicado por 24,4 veces, esto es en el 2.440 por ciento!
¡Claro, ahora ya no se matan sólo por amor sino sobre todo por la desocupación y la pobreza, por la imposibilidad de curar a los vástagos enfermos y el dolor de las ausencias y los abandonos de tres millones de migrantes de una diáspora provocada por la propia oligarquía vendepatria, privatizadora, saqueadora y delincuente, que pretende seguir mangoneando la Patria de nuestros mayores y de las próximas generaciones!
¿Acaso no resulta conmovedora la presencia indescriptible de niños de toda edad, de día y de noche, haciendo piruetas y malabares, convertidos en tragafuegos y tragaespadas, en las calles de todas las ciudades, a cambio de pocos centavos para comer mientras la pelocunada odiadora de los pobres (que ella misma ha generado con su codicia desaforada) se ha dedicado a la rapiña impune de las arcas fiscales a la vez que se enfurece porque la población desprotegida exige que la Occidental Petroleum Company (OXY) deje de robar más de 1.200 millones de dólares al año al tener en sus manos una explotación hidrocarburífera que no le pertenece, y porque existen voces que exigimos la recuperación y nacionalización de todo nuestro patrimonio social y nacional y que ya no se transfiera un sólo pozo de oro negro a ninguna compañía extranjera?
No es verdad que el Estado sea un mal administrador; malos, pésimos, y asaltantes comprobados, son los que han conducido y manejan el Estado en función de los intereses privados insaciables de sus trincas y argollas asociadas con las multinacionales y los círculos financieros internos e internacionales. Es indispensable desprivatizar el Estado y extirpar del poder a la mayor brevedad posible a la mafiocracia privatizadora, apátrida y colonialista.
¡Como bien se sabe, dejar en manos de los opresores ladrones las arcas públicas es semejante a entregar el banco de sangre al cuidado de Drácula o pretender amarrar a un perro con longanizas!
¿Cómo interpretar de otro modo que un país tan inmensamente rico en recursos tenga seres humanos empobrecidos hasta la consternación?
¿Acaso no se nota que músicos de maravilla subidos por la ansiedad económica de manera cotidiana en los buses de todos los caminos se hayan retirado masivamente porque los pasajeros apenas ajustan los centavos del pasaje?
¿No resulta notorio que en ciertas calles, avenidas y parques de todo el Ecuador se hubiesen multiplicado las personas con discapacidad y que extienden sus manos a todos los transeúntes en ademán que no significa otra cosa que ‘me muero de hambre, ayúdeme por favor’?
¡Todo ello en un país de inconmensurable fortuna petrolera, minera y de todo otro tipo de potencialidades! ¡Es hora de decir basta, de buscar soluciones, de luchar y de vencer!
¡Por ello los miembros del Socialismo Bolivariano levantamos por todo lo alto y profundo de la Patria, en las abrigadas entrañas de este amado Ecuador de nuestros tormentos y desesperanzas, la consigna de pelear ‘Sin miedo para ser felices’! ¡Estamos muriendo de sed cerca de la fuente cuando todo está en nuestras manos!
Como bien lo reconoció el sabio alemán Alejandro Von Humbolt, en 1804, refiriéndose a los habitantes de esta región, somos unos ‘mendigos sentados en un saco de oro’! ¡Es hora de levantarnos, de erguirnos con toda la energía del universo, para tomar nuestro destino como nación soberana, libre e independiente, en nuestras propias manos!
III
HACIA UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
Sin que consideremos que una Asamblea Nacional Constituyente sea la panacea o solución final de todos los males (en 1945 Velasco Ibarra desconoció la Constitución emitida ese año porque afectaba el dominio de la oligarquía a la que representaba), no deja de resultar una importante posibilidad de la hora presente para impulsar nuevas reglas de juego que impidan la consumación del saqueo inmisericorde de nuestra Patria.
Si la Asamblea Nacional de 1998 se la convocó para el robo y el latrocinio más descarado de los bienes patrimoniales más importantes de nuestro país, ahora debemos impulsar otra, pero en la hora presente para recuperar el patrimonio inconmensurable que lo están saqueando impunemente y con el respaldo de una Constitución adulterada y mañosa para consolidar dichas transferencias y latrocinios desvergonzados.
No es ninguna casualidad que los partidos y dirigentes que pedían Asamblea Nacional en 1998 (para impulsar las privatizaciones y el robo), una vez conseguidas las reformas antinacionales para el efecto, incluso publicando artículos indebidamente ‘aprobados’, ahora son sus más encarnizados opositores con argumentos inconsistentes y que esconden su verdadero afán de encubrir el pillaje a la República!
¡Estos mismos bribones privatizadores fueron los que pusieron un ‘candado’ (que establece que para poder discutir una potencial reforma debe transcurrir un año entre los debates) para dificultar cambios jurídicos y poder disponer de mayor tiempo para seguir atracando sin sobresaltos al país! ¡Es el único candado en el mundo elaborado para robar! ¡Esta camada de malandrines debería patentar sus innovadas maneras de piratería social! ¡Ciertamente que oligarca que no roba peca!
Pero una convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente será insuficiente si no existe un Estatuto Político que garantice que todos los ciudadanos, sin excepción alguna, dispongan de igualdad absoluta de derechos, es decir que todos, afiliados o no a los partidos, dispongan de idénticas posibilidades para elegir y ser elegidos así como para acceder de manera equitativa a la realización de propaganda en los medios de comunicación.
Todos los candidatos, en igualdad absoluta ante la ley y la Constitución, deberían presentar igual número de firmas (el 2 por mil de los ciudadanos con derecho a voto de la correspondiente jurisdicción, por ejemplo) y ser elegidos en forma uninominal.
¡No puede ser justo que muchos ciudadanos de méritos cívicos indiscutibles no puedan participar en la política activa (por no arrodillarse ante los dueños de los partidos o de los grupos financieros que los auspician), en tanto los guardaespaldas y agachados de ciertos caciques oligárquicos llenan primero las listas y luego, con exclusividad ‘constitucional’, el recinto parlamentario!
¡La ‘democracia’ en el Ecuador se ha convertido en la posibilidad de ‘elegir’ entre los agachados ya elegidos en forma previa (los llamados candidatos con opciones) por menos de diez dueños de partidos políticos célebres por haber destruido a una nación entera y haberse postrado ante los nuevos césares instalados en Washington!
En el Ecuador existen dos clases de ciudadanos, los que tienen todos los derechos (pueden elegir y ser elegidos, esto es una ínfima minoría) y la inmensa masa de millones de ciudadanos que sólo deben escoger un verdugo de turno precalificado (entre varios similares) de la mafiocracia, arrodillado ante el FMI, el Banco Mundial y el BID!
¡Los ciudadanos, por ser tales, no tenemos ningún derecho a ser elegidos! Por ello planteamos que la nueva Constitución debe romper y fumigar a la partidocracia oligárquica (expresión visible de los círculos de poder plutocrático, cleptocrático y financiero), verdadera mafia organizada para el saqueo impune de la República y para intentar subordinar la Patria al proceso colonizador impulsado por las multinacionales, los círculos financieros más importantes del planeta y el gobierno norteamericano.
IV
UN CAMINO PRECISO A EMPRENDER
Pero ¿cómo convocar al pueblo para que apruebe una Asamblea Nacional Constituyente o reformas indispensables que desplacen del poder a la mafiocracia aliada a los colonizadores?
Existen dos salidas constitucionales:
La primera es que el nuevo Presidente de la República, siempre que se inscriba en la línea del pueblo, convoque a Consulta sin restricciones (Art. 104, num. 2, de la Constitución), por tratarse ‘de cuestiones de trascendental importancia para el país’; y, la segunda, es que el propio Presidente de la República, de modo alternativo, consulte, con conocimiento y aprobación del Congreso Nacional, sobre textos escritos precisos y bien escogidos, según lo indican los Arts. 104, num. 1, en concordancia con el Art. 283 de la misma Constitución, que determinan que ‘se pondrán en consideración del electorado textos concretos de reforma constitucional que, de ser aprobados, se incorporarán inmediatamente a la Constitución’.
En dichos textos, de optarse por esta vía, deben haber propuestas para recuperar la riqueza social mediante la nacionalización y posesión total de los recursos privatizados y en proceso de entrega a manos de las transnacionales y círculos oligárquicos cómplices, así como para suspender el pago injustificado de la deuda externa jamás auditada y abonada con creces, y, para neutralizar cualquier TLC perjudicial, desconociendo la validez jurídica de cualquier disposición legal, tratado o acuerdo internacional que entrañe la posibilidad de afectar, disminuir, destruir o transferir total o parcialmente la riqueza patrimonial de la República, su biodiversidad, su flora y fauna, sus recursos hídricos, o conlleven el riesgo de debilitar o afectar su autonomía y soberanía alimentaria o sus fuerzas productivas, sin excepción alguna. Igual trato sobre patentes sobre el genoma de los seres vivos o biodiversidad existentes en el territorio nacional de la República del Ecuador.
La Constitución debe proclamar que ‘La riqueza biológica, biodiversidad, flora, fauna, recursos hídricos, y aquellos elementos indispensables para precautelar la seguridad, autonomía y soberanía alimentaria del país, surgidos en su espacio territorial, se los declara patrimonio inalienable y exclusivo de la nación ecuatoriana, los mismos que serán protegidos por el Estado y no podrán ser, bajo ningún concepto, motivo de tratado, acuerdo o convenio internacional, excepto para protegerlos. Se los reconoce como bienes patrimoniales intransferibles de esta y de las futuras generaciones y se sancionará penalmente su cesión, pérdida, disminución o contaminación. Los principios bioéticos de su manejo estarán regulados por ley.’ Y también deberá proclamarse que ‘Carecerá de todo valor jurídico toda aquella normatividad que permita el acceso o permanencia, dentro del territorio nacional, de tropas extranjeras, armas biológicas, químicas, radioactivas o nucleares.’
La nueva Constitución deberá consagrar con absoluta justicia la desaparición de los partidos políticos vendepatrias y atrasapueblos cuyos dirigentes en forma directa o por intermedio de personas interpuestas hoy son propietarios, concesionarios, titulares o usufructuarios, del todo o una parte de cualquiera de los bienes patrimoniales más importantes de la República.
¿Para qué puede existir una ‘organización’ que sirve para incrementar caudales de sus mandamases a costo de saquear las arcas públicas merced a su corte de vasallos sumisos, agachados y levantamanos para precautelar las ambiciones de sus amos asociados a las transnacionales?
V
UNA ESTRATEGIA POPULAR INDISPENSABLE
La oligarquía busca a toda costa que el pueblo carezca de candidatos propios y de firmes convicciones patrióticas, como en tantas ocasiones ha acontecido con sus alfiles y abanderados infiltrados, para de ese modo asegurarse derrotas populares y triunfos oligárquicos continuos con el apoyo y votos del propio pueblo mal dirigido y extraviado de manera deliberada, como ha sucedido con Lucio Gutiérrez en Ecuador o Alberto Fujimori en Perú (¡respaldados por sectores de izquierda!), para sólo citar dos ejemplos.
La trinca dominadora pretende siempre manipular de tal modo los procesos que, si no puede imponer sus alfiles infiltrados, y se presenta alguna opción popular libre de su control procura cerrarle el paso a ésta multiplicando alternativas de esa tendencia política para hacer realidad el viejo lema de los Césares de la Roma Imperial: ‘Divide y reinarás’.
Ante esa estrategia previsible deberíamos recordar lo que aconsejaba Napoleón Bonaparte, quien manifestaba que era preciso suponer lo que el enemigo quisiera que consumáramos para nosotros proceder al revés de sus aspiraciones y requerimientos.
En este sentido deberíamos buscar disponer de un sólo candidato, pero que sea idóneo y probado en la lealtad al pueblo y a la soberanía nacional, sin improvisaciones que han sido verdaderos saltos al vacío, para enfrentar con reales posibilidades de éxito a las castas dominantes.
La izquierda legal debe hacer un examen de conciencia y extraer las mejores conclusiones; hasta ahora, a la luz de los acontecimientos, sólo se ha juntado para apoyar a candidatos que no son de izquierda, o para impedir, sobre todo en los últimos lustros, que se presenten alternativas de este carácter!
¿Alguien recuerda quiénes fueron los últimos candidatos de la izquierda para la alcaldía de Quito, la capital de la República?
¿No decía un sector haber ‘ganado’ con Lucio Gutiérrez?
Ciertamente dispone de mucha razón el medieval adagio andaluz: ‘El que da de comer a perro ajeno pierde pan y pierde perro.’
Cuánta razón tiene Albert Einstein cuando escribe: ‘Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.’
Para enfilarnos por este camino popular independiente indispensable, así como para reorganizar todo este sistema político opresivo y antinacional, no sólo para expulsar a la Occidental Petroleum Company (OXY) que ha perjudicado en más de 1.200 millones de dólares al año al Ecuador en el último quinquenio, sino para recuperar todo el petróleo, la minería y los bienes privatizados, suspender el pago de la deuda externa, y destinar los inmensos recursos del país que hoy se están evaporando, a favor de los requerimientos del desarrollo productivo del pueblo, NECESITAMOS GANAR LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, único poder que puede convocar a ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, pero situación que no acontecerá si no existe una sólida UNIDAD y ORGANIZACIÓN POPULAR, para lo cual debe intentarse disponer de un sólo candidato presidencial de las fuerzas genuinamente populares.
Si se organiza la desunión, o se entrega la bandera a personas improvisadas y jamás probadas en la lucha patriótica y de justicia social consecuente contra la oligarquía expoliadora, se galopará al abismo.
Por ello proponemos dos aspectos: elaborar un programa básico, popular, transformador, antimperialista, de soberanía nacional plena, y, luego, elegir de entre todos los precandidatos de esta tendencia un sólo candidato, un ecuatoriano probado en la lucha por un futuro de igualdad y de soberanía nacional, que permita dar una batalla histórica unitaria (con elecciones primarias globales entre todos quienes se inscriban en esta tendencia transformadora, por ejemplo), buscando un binomio con reales posibilidades de triunfo ante la arremetida de los colonizadores, secesionistas disfrazados de autonomistas, privatizadores y saqueadores de todo pelaje que han asolado peor que plaga de langostas bíblicas a nuestra Patria hasta el momento desguarnecida.
VI
’NO TENGAMOS MIEDO A SER FELICES’
Parafraseando a los brasileños nordestinos, los más pobres entre los pobres de América Latina -son tan pero tan pobres que parecen ecuatorianos-, levantemos la consigna de NO TENGAMOS MIEDO A SER FELICES y vayamos a la toma de la dirección del país (primer paso para la toma del poder), porque eso es lo que debió suceder siempre: los pobres y los excluidos somos la inmensa mayoría, pero la oligarquía con el uso engañoso de poderosos medios de comunicación (de propiedad de los más grandes grupos financieros) ha asaltado la mente y la conciencia de los ciudadanos para inducirles a votar por ellos, los verdugos de siempre.
En forma hábil y mañosa la trinca opresora siempre ha pretendido infiltrarse en las filas populares para dividirlas o neutralizarlas; o para con su apoyo y acomodado discurso de ocasión electoral de sus alfiles barnizados con propuestas de izquierda, una vez encaramos en el poder, como ha acontecido tantas veces en el pasado, seguir saqueando a la nación de nuestros tormentos.
No podemos equivocarnos ahora; es vital recuperar al precio que sea el patrimonio social y nacional, indispensable para el desarrollo y vida misma de esta y de las futuras generaciones.
En vez de rogar a cualquier gobierno que no firme el TLC o expulse a la OXY, seamos gobierno nosotros y resolvamos estos aspectos por nuestra propia cuenta sin depender de nadie, de manera soberana, en función de los intereses del pueblo y la nación, sin implorar ni suplicar nada a nadie.
Demostremos que no tenemos miedo a ser felices; para ello derrotemos a los opresores, vayamos sin miedo a la toma del poder político para que la riqueza inmensa de la nación sea recaudada y colocada para hacer menos triste y menos amarga la existencia de los irredentos de siempre, porque nuestra Patria ni se vende ni se rinde! ¡No lo dudemos más! ¡Nuestro destino está en nuestras propias manos!
Nunca olvidemos, en este sentido, el sabio consejo del Libertador de los pueblos y Padre de las naciones, Simón Bolívar, quien advirtió con premonitoria sagacidad: ‘No seamos más la burla de estos miserables que sólo son superiores a nosotros en maldad, en tanto que no nos exceden en valor; si ellos nos parecen grandes es porque estamos arrodillados’ .
Y tengamos presente el anhelo siempre fresco del Prócer de la República Oriental del Uruguay, también de la primera independencia, José Gervasio Artigas, quien proponía construir ‘una Patria para todos o una Patria para nadie’.
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