Mi elección puso fin al autoritarismo y al poder único del PRI en México. Hoy nuestra economía es sólida, poderosa, exportadora y generadora de empleo. No deja de haber problemas, pero son conflictos aislados con explicaciones locales. No hay mayores problemas sociales en México.
Mi gobierno, al ser minoritario en el parlamento, no pudo hacer todas las reformas que deseábamos en materia fiscal y energética. Este sistema evita los abusos del presidencialismo, pero deja poco margen al ejecutivo. Será peor para mi sucesor que no tendrá más del 36% de los votos. Deseo una segunda vuelta que dé mayor legitimidad al ganador.
Creo que estamos próximos de un acuerdo con Estados Unidos en materia de inmigración. La cuestión es convencer a la opinión pública norteamericana de que la entrada organizada de mano de obra proveniente de México pondrá fin a las tentativas de entrada ilegal al territorio.
Defiendo vehemente el libre comercio, la globalización, la estabilidad económica y la disciplina presupuestaria. El TLCAN, el acuerdo que tenemos con Canadá y Estados Unidos, es muy positivo para México. Debido a nuestra posición fuimos insultados por Venezuela y desde entonces nuestras relaciones con Caracas están congeladas. Hugo Chávez va contra la lógica mundial de constitución de bloques comerciales. Por el contrario, los vuelve más frágiles. Sin embargo, el populismo no es el destino fatal de América Latina. Numerosos gobiernos centristas se han impuesto recientemente y entre las izquierdas que llegan al poder en la región hay que distinguir la socialdemocracia, que ha dado sus pruebas en Chile, por ejemplo, y el populismo, basado en la mentira.
«Il n’y a pas de problème social majeur au Mexique», por Vicente Fox, Le Monde, 29 de junio de 2006. Texto adaptado a partir de una entrevista.
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