La deuda por Pidiregas ya es mayor que la deuda externa presupuestaria, por lo que es necesario que el gobierno federal asuma esos pasivos y libere a Pemex de esa pesada carga financiera.
La deuda por Pidiregas ya es mayor que la deuda externa presupuestaria, por lo que es necesario que el gobierno federal asuma esos pasivos y libere a Pemex de esa pesada carga financiera
De acuerdo con el informe sobre la Situación de la Finanzas Públicas, al cierre de 2006 la deuda neta del sector público ascendió a 3 billones 358 mil 223 millones de pesos. Esta cifra representa aproximadamente el 36.7 por ciento del PIB y significa que de cada peso que se genera en la economía casi 37 centavos se encuentran comprometidos.
Cabe mencionar que la deuda neta total se incremento durante la administración foxista en 1 billón 40 mil millones de pesos, lo que significa que en el año 2000 cada mexicano debía al nacer 23 mil 776.4 pesos, y para diciembre de 2006 la deuda de cada mexicano ascendió a 31 mil 983.1 pesos, por lo que la deuda per capita de los mexicanos se incrementó en 8 mil 206.7
Así, para 2006 y de acuerdo con la SHCP, la deuda directa presupuestaria, es decir la deuda directa “oficialmente reconocida”, interna y externa es de 1 billón 794 mil 737.5 millones de pesos, de los cuales corresponden a la deuda interna 1 billón 327 mil 977.5 millones de pesos, es decir 39.5 por ciento de la deuda total, mientras que la deuda externa directa o presupuestaria ascendió a 466 mil 760 millones de pesos, representando con ello el 13.9 por ciento del total.
La deuda no presupuestaria o “contingente” (Rescate Carretero, IPAB, Pidiregas y la Banca de Desarrollo) ascendió a 1 billón 563 mil 485.9 millones de pesos, de los cuales la deuda contraída por el rescate bancario (701 mil 551.6 millones) y por los Pidiregas (554 mil 265.0 millones) absorben la mayor parte al ser en conjunto de 1 billón 255 mil 816.6 millones de pesos,
El caso de los Pidiregas
Es importante mencionar que la deuda por Pidiregas ha rebasado a la deuda externa directa y representa el 16.5 por cietno de la deuda total de la economía mexicana. Más aún, durante los últimos 6 años la deuda por Pidiregas pasó de 150 mil millones de pesos en diciembre de 2000 a 554 mil 265 millones de pesos en diciembre de 2006.
A lo anterior hay que añadir que de acuerdo con los informes de la SHCP, las amortizaciones de estos proyectos para el 2008, es decir sólo los pagos del saldo principal, ascenderán a poco mas de 38 mil millones de pesos (3 mil 816.8 millones de dólares).
Eso sin contar los intereses que generan los Pidiregas y que para el 2007, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, se estiman en 38 mil 600 millones de pesos, cifra equivalente a los pagos del principal que se realizarán para el próximo año.
Es importante recordar que el año pasado, la SHCP anunció la liquidación anticipada de deuda externa directa haciendo uso de las reservas internacionales, por ello y dado que el saldo actual de las reservas es nuevamente muy alto (76 mil 330 millones de dólares), sería posible que el gobierno federal utilizara parte de las reservas internacionales, aproximadamente 150 mil millones de pesos, para prepagar obligaciones derivadas de los Pidiregas y reducir así la pesada carga financiera que representan para esta empresa estatal.
Por ello, un prepago de las obligaciones derivadas de los Pidiregas le permitiría a Pemex reducir su costo financiero, al mismo tiempo que podría obtener directamente financiamiento en mejores condiciones para llevar a cabo sus proyectos de expansión y de exploración.
Esta alternativa permitiría reoxigenar a la empresa sin la necesidad de requerir inversión privada o la asociación con empresas paraestatales de otros países como Petrobras.
Por lo anterior es muy importante que el Congreso analice todas las opciones técnico-financieras para mejorar la situación de Pemex, ya que éstas existen y son muy diversas,
Este esquema de utilización de reservas para liquidar pasivos de Pemex es sólo una de las opciones que tendría que ser explorada, antes de buscar esquemas de conversión con otros países, pues esta última opción es la menos deseable en términos de las repercusiones que tendría sobre la propia situación de la empresa, ya que cualquier tipo de “privatización velada” definitivamente incidirá sobre la soberanía energética del país.
La deuda total de la economía mexicana
De esta manera, para el 2006, de los 31 mil 983.1 pesos que cada mexicano adeuda, 6 mil 681.4 pesos son por concepto del rescate bancario, 5 mil 278.7 pesos son originados por los Pidiregas, 992.4 pesos son debido al quebranto de la banca de desarrollo, mil 530 obedecen al rescate carretero -que además es un fideicomiso, 407.5 pesos se explican por los programas de apoyo a deudores y 12 mil 647.4 se explican por la deuda interna directa y 4 mil 445.3 por la deuda externa directa.
Qué es la deuda contingente o no presupuestaria:
La Constitución Mexicana en su artículo 73 fracción VIII establece claramente como una facultad exclusiva del Congreso la de sentar las bases sobre las cuales el Ejecutivo puede celebrar emprésitos sobre el crédito de la nación.
El mismo ordenamiento establece que es el Congreso de la Unión el único poder facultado para aprobar la deuda pública, para reconocerla y por lo tanto para mandar pagar la deuda nacional.
De esta manera y con el objeto de regular la aplicación de este mandato constitucional, el 31 de diciembre de 1976 se publicó la Ley General de Deuda Pública, donde entre otros señalamientos se plasma claramente el papel que juega tanto el Congreso como el Ejecutivo en materia de deuda pública.
Sin embargo a pesar de lo anterior el 21 de diciembre de 1995 se llevaron a cabo modificaciones a la Ley General de Deuda Pública, estableciendo un nuevo concepto denominado “deuda contingente” o “pasivos indirectos”, ésta sutil pero significativa modificación ha provocado que el Ejecutivo haya intentado “eludir“ el papel del Congreso en la aprobación del endeudamiento de la nación.
Bajo la modalidad del término de “pasivos contingentes” se han llevado a cabo operaciones que han endeudado a la economía sin estricto apego al cumplimiento del mandato constitucional.
Desafortunadamente la mayoría de este endeudamiento ha sido contraído con el único objeto de rescatar a grandes inversionistas y grandes deudores, como lo fue el rescate bancario, el carretero y el de la banca de desarrollo.
En otra de sus modalidades, el concepto de “pasivos contingentes” han servido para permitir la inversión extranjera en sectores reservados exclusivamente al Estado mexicano, paralelamente al endeudamiento de la nación a través de los multicitados Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas).
De hecho tal parece que el término “contingente” en nuestro país se ha asociado al ocultamiento de información, a la falta de transparencia y a la carencia absoluta de rendición de cuentas.
Este manejo discrecional del endeudamiento público por parte del Ejecutivo ha sido facilitado por el contenido del artículo primero de la Ley General de Deuda Pública, ya que actualmente define como deuda pública a las obligaciones de pasivo, directas o contingentes derivadas de financiamientos y a cargo de las entidades públicas.
Secretario de la Hacienda Pública del Gobierno Legítimo
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