Militares bielorrusos han creado un nuevo radar para detectar objetivos aéreos. Se trata de una instalación digital móvil de onda métrica destinada a reemplazar los radares de esa misma onda adoptados en 1971, o sea, aún en tiempos de la Unión Soviética.
El radio de vigilancia del novísimo radar Vostok alcanza 360 kilómetros. La detección y seguimiento de los objetivos se efectúan de modo automático. Pueden ser seguidos 120 objetivos a la vez. Así, la distancia de detección con una probabilidad de 0,9 tratándose del bombardero estratégico B-52 a una altura de 10 000 metros sería 255 km; del caza F-16, 133 km; y del avión F-117A, con tecnología furiva o stealth, 72 km.
Este radar se caracteriza por un alto grado de resistencia a las interferencias y un funcionamiento sigiloso gracias al empleo de dispositivos especiales, como el compensador automático de interferencias activas y el sistema de separación de la señal.
La instalación va montada en dos vehículos todoterreno. En uno se encuentran la antena y los aparatos; y en el otro, el sistema de alimentación eléctrica y el puesto de mando.
La dotación consta de 2 personas: es suficiente para poner el radar en modo operacional en los 9 minutos reglamentarios. Una de las unidades de Vostok ha estado entrenándose durante año y medio junto a las tropas. Todas las pruebas deberán concluir a finales de este verano.
Varios países ya muestran interés por el nuevo radar bielorruso. En primer término ello se debe a que en longitudes de onda métrica, la superficie efectiva de la dispersión de los blancos aéreos supera notablemente ese indicador en longitudes de onda centimétrica y decimétrica. Ese aspecto es importante sobre todo en el caso de aviones que utilizan la tecnología furtiva.
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