Sí, yo estoy de acuerdo con el presidente García cuando propone metas al 2011 de reducción de la pobreza de manera significativa y más; así como de llegar a los $140 mil millones de PBI y tal vez más ¿por qué no?. En el Perú es posible.
Una premisa fundamental: “hay que cambiar el tipo de crecimiento observado en los últimos años, por un crecimiento con ‘calidad de vida y bienestar extendido’; es decir, con base a un modelo de desarrollo con inclusión”.
No hacerlo y tratar de mantener los indicadores como lo hizo el gobierno de Toledo, calificará al gobierno de García tan mal, como malo fue el gobierno de “Perú imposible”; sí imposible, pues por ese camino, estos dos gobiernos uno luego del otro, estarán dejando pasar el “tren de la historia” para hacer del Perú un país rico en recursos humanos, que sepan manejar sus riquezas naturales en bien de todos los peruanos: no se trata de “redistribución” señores políticos y señores periodistas analistas económicos; se trata de “generación”, pero de una generación productiva incluyente y no casi exclusiva y fundamentalmente “excluyente” como es ahora. Si sigue como está, el presidente García tal vez termine su periodo aplaudido por una minoría decadente formada por los gremios empresariales, como ocurrió con Toledo; y sin duda con el eco de la “prensa libre” que promoverá el regreso de Toledo. Eso si el ALBA no sigue creciendo y penetrando la población y entonces ... ¿qué nos espera?
Nadie puede negar que vivimos en un mundo globalizado, es absurdo negar la necesidad de integrarse a diversos países con tratados de libre comercio, pero con equilibrio entre las partes; de eso se trata una globalización que debe pretenderse sustentable; pero el TLC que se está por concretar con EE.UU. me temo que no tiene esa base fundamental y terminará insertándose en el modelo actual de “desarrollo excluyente” que domina nuestra economía.
El “libre mercado” tiene principios básicos: equilibrio (no “posiciones dominantes de mercado” consecuencia de monopolios naturales y de oligopolios); poder judicial transparente y confiable con base al principio de culpabilidad demostrada (no de inocentes que deben demostrar que no son culpables, como es en el Perú; tampoco del poder económico dominante de la “administración de justicia”); seguridad y fuerzas policiales incorruptibles; medios de prensa legítimamente libres (no dominados por poderes económicos que deciden sobre ellos); promoción y preservación del bien común, principio de subsidiaridad (intervención del Estado, allí donde la sociedad civil no puede ejercer soluciones al bien común); no intervención del Estado, donde la sociedad civil puede actuar para generar bienestar; instituciones reguladoras para controlar el cumplimiento y el derecho de la población usuaria (no para explicar y excusar el incumplimiento) ...
Me pregunto si ese modelo es el que se practica en el Perú; y no se trata de justicia social, ni de igualitarismos; se trata de “libre mercado”.
Para lograr lo que el presidente García se propone para el 2011, se necesita:
1. Voluntad política: su anuncio indica que la tiene.
2. Terminar con los “slogans”; recordemos algunos: el primero y más falaz, “Perú posible”; luego “comisión de la verdad”, “mesa de concertación” ... y muchos otros como el “nadie me puede hablar de pobreza a mí que he sido lustra-botas ...” y el “no se metan con mis pobres” de Toledo (y vaya si los preservó y consolidó en su condición, fue una de sus mayores logros). Uno que subsiste y es reiterativo: “comisión investigadora ...” (investigan, investigan y ...). Más recientemente: “sierra exportadora”, “tolerancia cero”, “agua para todos” ... y ahora “pacto social”; ello sin mencionar el “TLC” que si no sale como debiera, será unos de los slogans más célebres. El problema no es exportar; los productos peruanos serán comprados en el exterior, no tengan duda; el problema es producir más y cada vez mejor; reemplazar importaciones (trigo, maíz amarillo duro, etc ...). Las celebradas setenta mil hectáreas de agro-exportación, son nada en relación al potencial agro-exportable del Perú.
3. Paso a la acción concreta. En el Perú hay recursos naturales de alto valor, más allá de los minerales y los hidrocarburos; hablamos de climas, suelos, aguas, biodiversidad, paisajes, monumentos históricos, etc ..., que pueden ser explotados racional y sustentablemente generando trabajo productivo sostenible a cientos de miles de peruanos; hay dinero, sobra el dinero y hay excedentes enormes en el exterior que, con apropiados sistemas de colateralización, pueden ser atraídos y debidamente apalancados, constituyendo en conjunto los recursos que se requieren para desarrollar al país; ¿por qué no se hace?; ¿incapacidad del gobierno o negación del sistema dominante?.
4. Cambiar el sistema de “inversión extranjera subastadora” que prevalece desde los 90, por un “sistema de inversión extranjera asociada al patrimonio productivo del país”; es decir con “inclusión”, la única forma de mitigar el “riesgo social”.
5. Restituir la acción generadora y productiva de la clase media; el desarrollo del comercio en el cono norte de la capital, con centros comerciales y coliseos donde se divierte la gente y bebe ingentes cantidades de cerveza; el “pleno empleo” de Ica y en algunas zonas de la costa norte peruana, no significan mucho frente al tamaño problema de pobreza que hay en el país, no importa cómo se mida. Tampoco el crecimiento de teléfonos celulares son indicativo de desarrollo, cuando la verdad es que el incremento de tráfico es diminuto frente al mayor número de celulares que hoy pueden obtenerse sin mayor esfuerzo en cualquier parte del país; que es positivo ... nadie lo niega, pero ello no genera desarrollo en la medida que el país lo necesita, ni resuelve la pobreza. Es fundamental generar mecanismos para que el nivel medio de la población, donde se encuentra la mayor reserva humana para propiciar el desarrollo con bienestar extendido, pueda ser fuente de iniciativas generadoras de empleo productivo de calidad que es lo que hace falta; en un concepto: “desarrollo con inclusión”. Con esto se tendrán los recursos necesarios en las regiones para desarrollar al país efectivamente. Nada ganan los gobiernos regionales con dinero, si no hay los mecanismos necesarios para su aplicación eficiente y transparente en beneficio de todos; incluso el tener el dinero y no poder usarlo, implica un riesgo; hasta un engaño y sin duda una irresponsabilidad de quienes tienen la decisión de crear los mecanismos necesarios para que esos dineros se pongan a trabajar en beneficio del Perú y no lo hacen.
6. Instaurar el “libre mercado” en el sistema financiero; es evidente que el sistema financiero peruano no permite el desarrollo; no existe “banca de inversión” en el Perú; los roles de COFIDE y del BN están mediatizados y la “Ley de Instituciones Financieras ...”, en corto la “Ley de Bancos”, consagra y legaliza la “usura” en el Perú, país que tiene el costo de dinero más alto de la región. Hoy es peor que en 1987, tenemos el mismo presidente, pero cuando se habla de ajustar y mejor orientar el sistema financiero, entonces sacan una nota periodística en la “prensa libre” y lo inmovilizan; bloquean cualquier iniciativa en este sentido. Es a través del sistema financiero local, que se ejerce el dominio y la coerción para influir decisiones a través de los “lobbies” en la política y de las “facilidades” cuando una víctima (que el sistema denomina cliente moroso) recurre al poder judicial. Esto no es libre mercado, esto es mercantilismo financiero; “ley del más fuerte”. Se ha establecido un registro supremo llamado “Infocorp” que es el cementerio de la “clase media”; allí los eliminan del sistema, a pesar que la mayoría que cayó en la trampa, ya pagó su deuda, pero le quedó la cola de intereses compuestos moratorios, multas y todo lo que la usurera ley permite a los bancos y la SBS ampara. Con este sistema financiero, el Perú se quedará en la macroeconomía mientras le dure y no se generará nunca el “desarrollo con inclusión”, pues el sistema base, el sistema circulatorio (haciendo un paralelo con el cuerpo humano) –el sistema financiero- es un sistema de exclusión. Esa será la gran responsabilidad histórica del gobierno de Toledo y lo será también de este segundo gobierno de Alan García si termina por dejar pasar el “tren de la historia” que su antecesor no permitió que el Perú aborde.
Estoy de acuerdo con las metas formuladas por el presidente García al 2011; ¿son posibles?, claro que sí; pero si no hace ajustes necesarios e impostergables, con sensatez pero con firmeza, mediante la aplicación de técnicas de la “economía moderna”, no será sino parte de una fanfarria que se sigue enriqueciendo a costa de la postergación del futuro del país. Basta de posiciones dominantes de mercado, eso terminará por traer abajo al Perú en su conjunto. ¿De eso se trata?.
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