En Perú no ha causado sorpresa, indignación, cejas enarcadas o molestia institucional de ninguna clase que uno de sus ministros, el de Defensa, Allan Wagner Tizón, haya viajado a China por cuenta de ese país que le ha pagado hasta el impuesto de salida para que goce de una excursión que está dando por desopilantes resultados convenios, acuerdos de buena voluntad y un turismo más que notable en el titular de una cartera cuyas demostraciones son cada día más, signos de un desconcierto y una desubicación fatales para el Perú. Pero muy convenientes para algunos vecinos que se ríen de las estupideces ridículas en que incurren, sin verguenza alguna, determinados individuos.
Dice la crónica del ministerio de Defensa que Wagner está visitando fábricas y empresas vinculadas al armamento y tecnología relacionada. ¿Desde cuándo el ministro tiene la más mínima idea de esa área especializada? Que se sepa, al señor de marras le hacen decir cualquier cosa. Por ejemplo, no cesa de repetir la gringada de la seguridad cooperativa, monserga creada por el Departamento de Estado luego de setiembre en Nueva York, años atrás. No sólo es una copia servil y un reclutamiento con la potencia unipolar a cuyos intereses está consagrada la línea oficial peruana, sino que distorsiona, violenta y subvierte los conceptos elementales de Defensa, terreno en el cual un diplomático mediocre como el embajador Wagner, depende de intelectuales de ONG, testaferros serviles del imperialismo norteamericano y procuradores descarados de recursos naturales y estados de indefensión perennes. Ciertamente Wagner no puede diferenciar un piano de un tanque ¿cómo pedirle claridad en un ministerio tan delicado y en tan torpes manos y patas?
Las empresas, no sólo las chinas, cuando quieren vender, están atentas a las licitaciones y convocatorias y NO necesitan que un paniaguado, así mida más de 2 mts., les notifique in situ de un asunto que es visto al instante por Internet y en múltiples páginas especializadas. Reiterar aquello es suponer que los peruanos son sumamente estúpidos.
La distorsión escandalosa de la Defensa del Perú no molesta a partidos políticos porque hay un absurdo desinterés en el importante tema, bajo el supuesto errado que en éste deben intervenir sólo los militares. Pero, pandillas muy bien solventadas, se han encargado de promover la desmoralización de las FFAA so pretexto de los yerros o crímenes que algunos de sus integrantes cometieran, hechos que hay que individualizar y castigar severamente. Entonces conviene señalar que el intríngulis pasa por una decantación de temas y una seria autocrítica militante que pulverice a idiotas y mercenarios de los comandos oficiales de carteras importantes y asuma el control nacional en el precarísimo mapa de nuestra ubicación geopolítica tan apetecida por otros países.
En el editorial de la profunda revista peruana Pro-Intellectum, Geoestrategia, Geopolítica, Defensa, Desarrollo, Ed. 3, año 2, encuentro el siguiente texto:
“El Perú, es el Estado que más pérdidas de territorio ha tenido en su historia republicana en Sudamérica, tanto en espacio territorial como en diversidad de Estados involucrados. Estos procesos de “contracción” fronteriza, en la mayoría de casos ha sido violento y se han dado en momentos de pugnas políticas, traiciones y, sobre todo, de flaqueza ante la corrupción.
Las políticas de defensa en nuestro país, luego de los sucesos del 11 de setiembre en los EEUU, se adaptan a las coyunturas de la potencia hegemónica, basándose en la “no existencia de riesgos de conflicto” y que las reales amenazas son el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado. Esta desnaturalización de los criterios de defensa, distrae la planificación de la defensa, sobre lo que verdaderamente constituye una amenaza, y genera un sesgo de apreciación, que de no solucionarse ocasionará sucesos históricos, repetidos por cierto, que engrosarán las estadísticas de errores en nuestra enclenque vida republicana” (Gustavo Ywanaga, Director).
Notables conceptos que no deben ser inadvertidos por constituir aquello un crimen contra el país. La prensa comenta, a favor y en contra, sobre el incidente entre Chávez y el rey Juan Carlos, se rasga las vestiduras, de una u otra forma. Pero NO señala la indigna forma en que ha viajado Allan Wagner a China con todos los gastos pagados. Técnicamente coimeado ¿para qué? Difícil catalogar el rasero con unos que no es el mismo con otros.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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