Con la ratificación el jueves pasado del TLC por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos se abre definitivamente la puerta grande al ingreso del Perú a la globalización. Una vez que el mismo sea aprobado por el Senado de dicho país, cosa que se da por descontado, el Perú se encontrará en una de las mejores condiciones para su inserción en este proceso mundial. Pero debemos de ser absolutamente concientes que no es sólo con la aprobación que todo va a caer del cielo sino que por el contrario debemos prepararnos en las mejores condiciones para poder ser atractivos pero especialmente competitivos, eficientes y eficaces. Esto no se logra de una mañana a otra, implica todo un proceso no solo productivo y de oportunidades sino también de actitud mental. Debemos impulsar una mentalidad ganadora no reactiva como hasta la fecha venimos mostrando. Se requiere un cambio en nuestra manera de pensar y en especial de ver las cosas. Es verdad que con el TLC se abrirán muchas puertas para ser receptores de inversiones que se traducirán en la llegada de plantas productivas, de negocios y de servicios, pero no olvidemos que los que vienen lo hacen absolutamente preparados y con altas capacidades por lo que es necesario recibirlos no para ver que sacamos de provecho de ellos sino más bien como asociarnos con los mismos y que ambas partes estén contentas. El buen negocio es el que ambas partes quedan satisfechas. Aquí no vale el juega vivo. Por todo lo anterior le sugerimos al gobierno, como director de la orquesta, que inicie un programa claro que enseñe como debemos integrarnos en este proceso y en especial como jugar el partido, es decir explicándose las reglas.
Allan Wagner y la China
Nos complacen sobremanera las declaraciones del Ministro de Defensa en cuanto que China debe ser el principal socio económico del Perú y también en defensa. Esto lo hemos venido repitiendo constantemente en diferentes oportunidades en nuestra columna y nos alegra que aparte del presidente García alguien de su gabinete se haya dado cuenta de ello. China es el mercado más grande que existe. Son 1,400 millones de personas y si calculamos que existe ya unos 300 millones con alta capacidad de adquisición solo resta pensar todo lo que nosotros podemos colocar en dicho mercado, ya no solamente como materias primas, sino como productos terminados. Pensemos un momento en confecciones de calidad. Los pedidos de este tipo que pueden venir de dicho mercado saturarán las posibilidades productivas actuales de nuestra industria. Pensemos, por ejemplo, un pedido de medio millón de polos de calidad, y así para todos los productos que podamos ofertar, más aún cuando se instalen nuevas inversiones para exportar a través del TLC con EEUU en nuestro país nuestra gama de oferta exportable crecerá cuantiosamente. Por ello el TLC con China es de carácter imperativo.
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