La coalición que respalda al gobierno del presidente Hugo Chávez deberá emprender una negociación seria, y pronto, para acordar al menos candidatos comunes para las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales que se realizarán el 16 de noviembre, o correr el riesgo de perder varias gobernaciones y polarizar aún más la situación política en el país, con el riesgo de que se promueve la desestabilización y hasta una intervención extranjera
Aunque se insista una y otra vez en que el proceso bolivariano está sostenido por el pueblo, se debe recordar que los cambios en el país se están realizando por la vía constitucional y que para continuar por ese camino se debe vencer en cada una de las instancias electorales, legales y constitucionales que se presenten.
A riesgo de pecar de alarmista, es necesario insistir en que la unidad de las fuerzas políticas que apoyan el proceso bolivariano está en riesgo. Por lo pronto, hasta ahora, el mayor y casi único factor de consenso es el presidente de la república, Hugo Chávez.
Los tres principales partidos de respaldo al gobierno, El Partido Socialista Unido de Venezuela, en proceso de formación, el Partido Patria para Todos y el Partido Comunista de Venezuela, mantienen definiciones políticas distintas, programas distintos, y por ahora, candidatos distintos.
La derrota del gobierno en el plebiscito constitucional del pasado 2 de diciembre, ha alentado a la oposición que aspira seriamente a ganar algunas gobernaciones y alcaldías importantes. Y decimos derrota del gobierno porque no fue la oposición quién ganó, ya que mantuvo su caudal electoral, mientras el gobierno redujo su votación en casi 3 millones de votos, que pasaron a la abstención. El mismo fenómeno se produce en las gobernaciones y alcaldías que las fuerzas bolivarianas pueden llegar a perder. Malas administraciones, repeticiones de viejos vicios, corrupción, separación de los gobernantes del pueblo, y la permanente campaña de hostigamiento de la oposición a través de los medios de comunicación, han provocado desencanto hacia los gobernantes y políticos “chavistas”.
Habría que añadir también los planes de desestabilización en curso, que incluyen el desabastecimiento de productos de primera necesidad, acciones subversivas a través de la delincuencia común en muchos estados para promocionar la inseguridad y las campañas de aislamiento y presiones internacionales promovidas por el imperialismo norteamericano contra Venezuela pero todo ello era previsible y las fuerzas del proceso no respondieron junto al pueblo como debían.
En la columna política firmada por “Marciano” en el diario “Vea”, el único que apoya aunque sea críticamente al gobierno, se advierte que “si se mantiene la misma votación del 2 de diciembre, Chávez perderá las alcaldías metropolitana de Libertador y Petare, entre las más importantes, y las gobernaciones de Miranda, Carabobo, Anzoátegui, Táchira y Mérida, entre las más importantes”.
El columnista recuerda que si el gobierno vence la abstención, y logra crecer sólo un 20% con respecto a la votación de diciembre, conservaría la situación actual.
Parece un objetivo alcanzable, pero también corto para un proceso de cambio que aspira a construir un nuevo tipo de socialismo.
El columnista señala que es necesario mejorar el trabajo con las masas populares, erradicar la arrogancia y el sectarismo, ejercer la contraloría social para mejorar los servicios públicos, y enfrentar la inseguridad.
La unidad del proceso
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está desarrollando su congreso fundacional sin la presencia orientadora del presidente Chávez, aunque en ocasiones realiza pronunciamientos públicos para orientar a los congresistas.
Sin presencia de la prensa, los debates se desarrollan en un choque permanente entre los delegados electos en las bases y aquellos que fueron designados a dedo por los caudillos locales.
Las dispuestas se filtran a la prensa de la derecha y ésta se empeña en destacar sólo los aspectos conflictivos. También los medios alternativos que respaldan al proceso reflejan esta lucha de tendencias entre lo viejo y lo nuevo que se pretende crear.
Todavía falta ver como concluirá el proceso de formación del PSUV y cuantas instancias de autocríticas, rectificaciones y “saneamientos” serán necesarias para que el partido funcione como una herramienta democrática.
Autoexcluidos algunos sectores de la izquierda venezolana del proceso de formación del partido, es válido pronosticar que se necesitarán otras instancias para unificar en el futuro a las fuerzas revolucionarias.
Mientras tanto, hace ya un mes, el presidente Chávez llamó a conformar un Polo Patriótico para enfrentar en conjunto las nuevas instancias electorales.
En principios, el Partido Comunista (PCV) y el Partido Patria para Todos (PTT) aceptaron participar en esta coalición electoral. Sin embargo, hasta ahora, no se ha avanzado en el tema.
Algunos sectores se preparan a lanzar sus propios candidatos antes de discutir una lista común con la esperanza de ganar espacio en las futuras listas. Otros advierten que el partido del presidente Chávez, el PSUV, está en su congreso fundacional y que es necesario esperar a que decida sus autoridades para iniciar una mesa de diálogo sobre candidaturas comunes.
Lo grave es que también dentro del PSUV ya se han comenzado a presentar precandidatos, antes de que el partido esté formado y se haya resuelto un mecanismo de designación o elección interna de candidatos.
El presidente Chávez advirtió recientemente sobre estas candidaturas anticipadas y amenazó con excluirlos del partido.
El diputado Darío Vivas, miembro de la Comisión de Apoyo del PSUV dijo que el congreso buscará resolver este 9 de febrero “el tema de las candidaturas desbocadas”. “Hay una cantidad de compatriotas que han lanzado candidaturas irrespetando al Congreso Fundacional y a los delegados que fueron electos por la base, ahora se tomarán decisiones para que se respeten los lapsos y las decisiones”.
El ex vicepresidente Jorge Rodríguez, coordinador del PSUV, subrayó que la definición de los mecanismos para designar o elegir candidatos, será discutida en el último punto del Congreso, es decir para marzo. De todas maneras, y aunque no se menciona, es obvio que el presidente Chávez hará oír su opinión en cuanto a candidaturas.
Mientras tanto, el PTT reclama comenzar a negociar o establecer mecanismos de elección de candidatos ahora.
Wilmer Iglesias, diputado del PTT en la Asamblea Nacional reclamó esa instancia de negociación para acordar el Polo Patriótico de cara a las elecciones de noviembre. “No se puede convocar a algo y no propiciar escenario para el debate”, dijo Iglesias.
Aunque se mostró considerado al señalar que el PSUV está en pleno proceso de formación, y que aún no ha definido la forma de elegir candidatos, “nosotros no nos podemos quedar de brazos cruzados”. De esa manera, el PTT ya está presentando sus precandidatos. “No podemos depender de la metodología de otros partidos. El consenso se construye, hay que sentarse a hablar” dijo.
Finalmente exclamó que si no se da una instancia de discusión pronto, “vamos con nuestros candidatos”.
La oposición en tanto, aunque firmó un documento de unidad con algunos sectores que fueron excluidos, tampoco parece preparada para conformar candidaturas únicas.
Es probable que, como en Nicaragua, la embajada norteamericana haga pesar su influencia y recursos para unirlos. También es probable, como en el citado ejemplo, que fracase.
Pese a todas las campañas de desestabilización y de mentiras o exageraciones en la prensa de oposición todavía es mayoritaria la continuidad del proceso bolivariano y su profundización, sigue dependiendo de las fuerzas revolucionarias y del pueblo. Hay que cuidar que no se separen y hacer efectivos los reclamos del presidente Chávez para rectificar y combatir las desviaciones.
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