La tragedia del 79
Alfonso Bouroncle Carreón, Studium, Lima
60 - Acciones diplomáticas
En el plano diplomático, durante el primer semestre de 1882, Chile trató de asegurar las mayores ventajas, especialmente que el gobierno norteamericano al cambiar de presidente, modificaron la orientación de su política, colocándose en forma incondicional a favor del agresor, por algo el país del sur prodigó generosamente millones de pesos en Europa y Estados Unidos para el logro de sus propósitos, de las riquezas recién adquiridas del Perú y con ello cambiaron la situación a su favor.
García Calderón resistió en prisión, la enorme presión que sobre él ejerció su captor. Al no poder el gobierno de Santiago quebrar la resistencia de su prisionero, procuraron explotar el apoyo que les llegó de Estados Unidos, con el nuevo Secretario de Estado Frelinghuysen, logrando en el mes de febrero de ese año, suscribir el llamado Protocolo de Viña del Mar que consistió en la aceptación por Estados Unidos de las condiciones que estipuló Chile: (179).
1) Anexión de Tarapacá
2) Retención de Tacna y Arica por 10 años o más, al cabo de los cuales se devolverían al Perú, a cambio de un rescate de 20 millones de pesos, entendiéndose que quedarían definitivamente para Chile si el Perú no satisfacía esa condición.
3) Explotación por Chile del guano de la isla de Lobos, obligándose a ceder la mitad de su producto y el de las guaneras de Tarapacá a los acreedores peruanos.
Se aprecia que Chile fue muy respetuoso con los compromisos acordados con sus financiadores, los mercaderes ingleses dueños de los bonos peruanos.
Sobre ese mismo protocolo, Trescot, el ministro norteamericano que lo suscribió a nombre de su país, con absoluta impudicia y de acuerdo a la obra citada de Bulnes, manifestó, al suscribir el protocolo y justificar que Chile se apoderara de Tarapacá: (179)
"No diviso la posibilidad de que el Perú pueda dar garantías eficaces para el futuro a las poblaciones chilenas de Tarapacá".
Seguidamente el autor comenta: (180)
"Pero Washington no quiso aceptar una solución que, además de consultar la entrega de Tarapacá, exigiese el pago de 20 millones de pesos. Entonces Trescot propuso la venta de Tacna y Arica por 6 u 8 millones de pesos. Esa fórmula entraba en la tradición de su historia, porque la guerra de su país con México había terminado con la anexión de una gran sección de territorio mucho más grande por supuesto que la que Chile exigía ahora al Perú. Chile aceptó la modificación propuesta por Estados Unidos".
Trescot, al apreciar la irreductibilidad de García Calderón, para seguir congraciándose con los chilenos, viajó hasta Huaraz a convencer a Montero para que aceptara el Protocolo por él firmado. Al no lograr su propósito, regresó a su país.
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