Los artículos de James Petras y Thierry Meyssan publicados por la Red Voltaire, que denunciaban la «revolución verde» en Irán como una manipulación estadounidense tendiente a desestabilizar el país, tuvieron amplia repercusión en el mundo entero y desataron numerosas polémicas. Numerosos medios de prensa se indignaron ante aquellos análisis que, por su «antiamericanismo primario», no eran capaces de apreciar el valor del grandioso levantamiento de los iraníes que luchaban por su libertad. En Estados Unidos, el Departamento de Estado negó tener conocimiento de ningún tipo de injerencia (En la foto, los manifestantes de Teherán portan letreros… en inglés). Basándose en la declaración del Departamento de Estado, la oposición republicana criticó duramente la pasividad de la administración Obama.
Sin embargo, durante una entrevista concedida el 9 de agosto de 2009 a Farred Zacharia, en CNN, la secretaria de Estado Hillary Clinton confirmó lo que sus funcionarios habían negado hasta entonces: Estados Unidos desempeñó un papel muy importante en la supuesta «revolución verde» en Irán y fabricó falsos mensajes de iraníes divulgados a través de Twitter.
Veamos la transcripción de la pregunta y la respuesta de Hillary Clinton:
— Fareed Zakaria: Sobre Irán, como usted sabe, mucha gente dice que el presidente y usted misma han estado lentos en cuanto a condenar lo que parece haber sido unas elecciones fraudulentas; demasiado lentos en ofrecer apoyo a la gente de abajo porque ustedes querían preservar la opción de la negociación con Irán. ¿Pueden ustedes negociar realmente con Irán en esta situación?
Yo entiendo que, en general, se negocie con todo tipo de regímenes. Pero, en la práctica, ahora, con Ahmadinejad entronizado en una atmósfera de mucho conflicto, ¿ustedes no van a legitimarlo negociando con él?
— Hillary Clinton: Déjeme responder a la primera parte de su pregunta sobre nuestra reacción. Había otro aspecto muy importante. Nosotros no queríamos vernos entre las protestas y manifestaciones legítimas del pueblo iraní y el poder. Y sabíamos que si nosotros interveníamos demasiado pronto, demasiado fuerte, la atención hubiera podido desviarse y el poder hubiera tratado de utilizarnos para unificar el país en contra de los que protestaban. Era una decisión difícil de tomar, pero, retrospectivamente, yo creo que salimos bastante bien. Dicho esto, entre bambalinas, nosotros hicimos mucho. Como usted sabe, la juventud…, uno de nuestros jóvenes del Departamento de Estado recibió un Twitter «Continúen», a pesar de que ellos habían planificado una parada técnica. Así que nosotros hicimos mucho por reforzar a los que protestaban sin mostrarnos. Y seguimos hablando con ellos y apoyando a la oposición.
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