El oportunismo y la ambición personal de algunos no pueden prevalecer contra el APRA de Haya de la Torre
Al conocerse públicamente actos delictivos en COFOPRI, que han obligado a la renuncia de Omar Quesada (quien también es secretario general del PAP), a la jefatura de esa dependencia del Poder Ejecutivo, comienza a producirse un hecho insólito. Ahora sí hay crisis…antes no
Resulta que el congresista Mauricio Mulder (actual miembro de la Dirección Nacional de Política del Partido, por designación del presidente Alan García), ex secretario gral. PAP y uno de los principales responsables de la más grave crisis institucional que golpea hoy al Partido de Haya de la Torre, así como autor central de las derrotas del aprismo en Trujillo -otrora nuestro bastión de bastiones-, en Cajamarca, Huánuco, Chimbote e Ica, por la perniciosa práctica de desoír el mandato de las bases, ahora sí reconoce que el APRA está en crisis; ahora, que ya no es dirigente y luego de aferrarse al cargo partidario durante cinco años y medio en los que aplicó una política autoritaria y abusiva de desconocimiento y burla de la voluntad de la militancia en gran parte del país; esta persona, involucrada en una denuncia por falsificar credenciales en el último congreso partidario (con allanamiento practicado por la Fiscalía y la Policía en la oficina del jefe de Informática del Partido, designado por Mulder), aparece rasgándose vestiduras frente a otro caso de grave corrupción en el gobierno que se agrega al que compromete a Jorge Del Castillo.
El oportunismo para aprovechar la situación, y la ambición personal por recuperar el poder partidario es evidente. Se amenaza con más de lo mismo. Para ello, se confía en la mala memoria y se usa el poder mediático vinculado al poder político del gobierno central para hacer creer que los problemas recién comienzan en abril 2010. Como si el “lobbismo” con “Alas Peruanas” y viajes a Grecia y Noruega no hubieran existido. Los apristas deben estar alertas. Decirlo con claridad: esta es la misma crisis, ética, estructural y profunda, que anunciamos hace más de dos años. Y se trata, precisamente, de comprender las claves de la situación que nos golpea como apristas, y nos desprestigia ante el país, pues son hechos que se conectan con prácticas que casi hundieron a la nación en los años 90 con el gobierno más nefasto y corrupto de la historia contemporánea del Perú, con cuyos representantes el APRA debió zanjar y deslindar desde el comienzo del gobierno de Alan García. Ese deslinde nunca se hizo, con un complaciente ex secretario general que hoy nos habla de crisis dentro del APRA y de sentir rabia “porque justos están pagando por pecadores”. Cinismo.
Crisis: el rumbo torcido, la erosión de nuestros valores y negativa a corregir
Se trata, compañeros, de entender la complejidad y, a la vez, la turbidez con que se han manejado las cosas y su conexión con el escenario nacional, sobre una situación que para muchos apristas era previsible desde hace varios años.
Reitero: la crisis estructural y dirigencial del Partido se ha ido profundizando con el paso del tiempo porque no se aplicaron los correctivos necesarios. El desconcierto, malestar y mortificación de miles de css. en todo el país, no es de ahora, como algunos pretenden convenientemente presentar. Lo que ocurre ahora es que algunos casos graves están saliendo a la luz pública, y ello, por lógica contundente, impacta en el sentimiento del pueblo aprista que comprende sus serias implicancias. Pero de allí a decir que la crisis comienza hoy es simplemente insultar la inteligencia de la militancia y de los peruanos en general.
Un dato central para comprender la situación y encontrar un camino de salida es que los tres compañeros, Del Castillo, Quezada y Mulder, son de confianza y del entorno inmediato del c. presidente Alan García, gozando cada uno de ellos, de mayor o menor visibilidad y poder, dependiendo de las circunstancias o conveniencias temporales. Es constatación clara, entonces, que el deterioro de nuestra institución partidaria ha tenido un factor común y debemos tener la valentía de reconocerlo. Así, grave como es la coyuntura, a esta crisis que golpea fuerte al APRA de Haya de la Torre, no podremos encontrarle solución ni camino de salida en los mismos niveles y con las prácticas dañinas, antiestatutarias y de deshonra de la palabra empeñada que comenzaron a crearla hace un número de años.
Irregularidades en el último Congreso partidario
Los resultados ambivalentes del último congreso partidario (marzo 2010), - que no fue ni ideológico, ni doctrinario, ni de rendición de cuentas - confirmaron esa situación. Las denuncias consistentes, numerosas y reiteradas, hechas por muchos css. delegados, sobre prácticas dictatoriales y, por ende, la exigencia de terminar con la dictadura interna que se había instalado soberbiamente bajo la dirigencia de Mulder en el Partido derivaron, en medio del desorden, en la elección - a mano alzada, con una sola lista y sin permitir competencia- de los actuales dirigentes del PAP. Pero esas irregularidades, paradójicamente, fueron gestándose impunemente desde meses antes por la dirigencia de entonces con actos que fueron denunciados en su momento. Aún así, y a pesar de los obstáculos y maniobras subalternas para impedirlo, quien esto escribe, fue reincorporado formal y oficialmente al Partido con todos sus derechos, por la inmensa mayoría de css. delegados en decisión multánime que aprecio y agradezco fraternamente. Pero los css. delegados, verdaderos apristas, saben que ese Congreso distó mucho de lo que esperaba durante años la militancia para enmendar rumbos.
La crisis y el gobierno
Sin embargo, la doble dimensión de la crisis del APRA, que se prolonga años, en su aspecto interno, mencionado líneas arriba, no puede ser entendida si no consideramos su dimensión externa, es decir, si no reevaluamos seria y rigurosamente lo que viene haciéndose en nombre del Partido desde el gobierno mismo. No sólo el acercamiento o pacto con el fujimorismo y la falta de deslinde claro con casos de corrupción. Tan nocivo como lo anterior ha sido la decisión de incumplir - sin mayor explicación - nuestras principales promesas hechas en el 2006: el congelamiento del salario mínimo vital (sigue en 550 soles y uno de los más bajos de América Latina); se ha mantenido el abusivo sistema de “services”; no hemos fortalecido una economía de base nacional que proteja y promocione a la micro, pequeña y mediana empresa; se ha mantenido la constitución fraudulenta extremista de derecha del fujimorismo que sirvió de marco para violar los derechos económicos y sociales y destruir las bases de nuestra incipiente industria nacional en los años 90; el maltrato y desconocimiento del derecho de nuestras poblaciones quechuas y aymaras en la sierra y de nuestros compatriotas en la selva; la entrega inconsulta de nuestros puertos y aeropuertos a consorcios extranjeros sin poner cuidado en la defensa de los intereses nacionales, bajo una ideología dogmática ultraneoliberal desfasada en el mundo - que además origina cuestionamientos por la frecuente falta de transparencia en dichas concesiones -; la falta de políticas consistentes en los sistemas de salud, seguridad social y educación en beneficio de los pueblos del Perú; todo ello va explicando el alejamiento de amplios sectores populares y clases medias del APRA, otrora expresión cabal de lo que para muchos peruanos en tiempos de Haya de la Torre era legítimamente considerado como el “Partido del ¨Pueblo”.
Convocatoria a Congreso extraordinario, democrático y transparente
Por lo anterior, y más allá que los css. Del Castillo y Quesada, deslinden sus responsabilidades, por su propio bien y el del Partido mismo, se trata de replantear sustancialmente un cambio verdadero de rumbo en la conducción del Partido. Será necesario que nuestros css. Secretarios Generales Regionales, Provinciales y Distritales sean convocados por la dirigencia actual, y si no es así, pues ellos deben autoconvocarse a fin de evaluar los pasos a seguir. Planteada la necesidad ineludible de un Congreso nacional extraordinario a fin de determinar quiénes deben dirigir al Partido ello deberá hacerse con un padrón auténtico y sin los cuestionamientos y manipulaciones del padrón que manejó la anterior dirigencia. Nadie, nadie puede pretender imponer un “secretario general de emergencia”. Eso sería absolutamente antidemocrático y agravará la situación.
El nuevo secretario general debe ser elegido mediante el sistema de “un aprista, un voto” a nivel nacional en competencia limpia y leal, con ánforas y absoluta transparencia en el escrutinio de los votos, proscribiendo el uso de la violencia (que caracterizó a la conducción de M. Mulder), que logró impedir que postulen determinados candidatos a la Secretaría General y a otros cargos partidarios. Por allí debemos comenzar para recuperar al Partido que se nos va.
¡Compañeros: la Luz dejó de iluminar al APRA el 2 de agosto de 1,979, sólo la elevación de la conciencia de miles de apristas puede hacer que regrese. Depende de nosotros!
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter