Desde la teoría de la justicia absoluta (de Aristocles, alias Platón), hasta las cientos, por no decir miles, de propuestas de lo que debe ser la justicia penal, económica, social… y hasta la justicia religiosa, otros tantos miles de pensadores y luchadores políticos han estado en la búsqueda desde el ideal hasta el sinnúmero de prácticas justas a través del tiempo en las diferentes sociedades y regímenes ideológicos. Amartya Sen, nacido en la India (1933), pero formado intelectualmente en centros de estudios superiores de la cultura occidental, es investigador y profesor de filosofía y economía en la Universidad de Harvard, y no será el último en pensar y repensar el tema de la justicia.
Es claro que la justicia es una de las tareas infinitas de la humanidad, mientras ésta sobreviva a sus miserias, incluyendo la impartición de la justicia en el capitalismo y sus manifestaciones, desde las más antiguas (europeas, inglesa, estadunidense) hasta la china, con su capitalismo salvaje y autoritario con máscara de un sistema comunista sólo para detentar y controlar el poder público y privado desde el gobierno en la cúpula del Estado.
Amartya Sen, autor de La idea de la justicia, nos ofrece en 18 capítulos (agrupados en “Las exigencias de la justicia”, “Formas de razonamiento”, “Los materiales de la justicia” y “Razón pública y democracia”) reflexiones que llevan el sello de una aproximación-distanciamiento con la obra magna del neokantiano John Rawls, a partir de su obra cumbre Teoría de la justicia, y sus textos sobre Lecciones de la historia de la filosofía moral; Lecciones sobre historia de la filosofía política, y demás ensayos con los que abrió la discusión sobre cómo la justicia, en todos sus fines, ha de ser conquista de la sociedad, implantada en los contenidos democráticos y republicanos de las leyes, en el estado de derecho.
Asido al anterior hilo conductor, el autor reflexiona y va tejiendo su concepción de la justicia (económica, política, social, etcétera) en “función de las vidas y libertades de las personas involucradas en las instituciones… y desde el punto de vista de la razón pública, lo cual conduce a un entendimiento de la democracia como gobierno por discusión”, para mejorar el bienestar individual y colectivo en los actuales Estados-nación. Son, tal vez, demasiadas páginas (casi 500) para exponer la utopía de crear, postular e imponer al mundo una teoría de la justicia. El libro de Amartya Sen no deja de ser otro intento platónico: la justicia absoluta, cuando ni siquiera impera sólo un capitalismo (del estadunidense al chino, hay cientos de ellos… cientos de teorías de la justicia y constituciones con sus leyes reglamentarias, códigos y su concepción de la justicia). Y Sen lo reconoce: “Mi tesis es que en muchas y diferentes partes del mundo se han explorado ideas similares o cercanas sobre justicia, equidad, responsabilidad, deber, bondad y rectitud”. La traducción del inglés se la debemos a Hernando Valencia Villa.
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