La cuarta ronda de negociaciones sino-estadounidenses se llevaron a cabo en la euforia de nuevas y aparentes concesiones hechas por Pekín: enormes inversiones financieras en los EE.UU. y la reevaluación del yuan frente al dólar, cosa que Washington reclamaba desde hace tiempo. Sin embargo, no hay que equivocarse acerca del significado de estos acontecimientos, señala nuestro colega Alfredo Jalife-Rahme: China no consintió estos sacrificios para someterse a los EE.UU. sino para inhibir su imperialismo. Pekín utilizado sus armas financieras y monetarias para neutralizar la agresividad de Washington mientras entama la construcción de una vasta zona de libre comercio asiática, con países como Japón y Corea del Sur hasta hace poco bajo la influencia de EE.UU.
Quid pro quo (latín: «algo por algo» o «algo a cambio de algo»
La cuarta ronda del Dialogo Estratégico y Económico (DEE) [1] en Pekín entre Estados Unidos y China, la cumbre bilateral más importante del mundo, obtuvo resultados significativos [2], lo cual marca una notable distensión después de su abrupto deterioro.
Los multimedia estatales chinos han dado más vuelo al éxito del DEE que la prensa de Estados Unidos, que ha enmudecido.
Se han escenificado tres sucesos significativos de la reciente distensión:
– 1) el tercer periodo presidencial de Vlady Putin, que la prensa china considera favorable, ya que menguarála presión de Estados Unidos a China [3] , cuando ha llamado la atención la ausencia del zarruso a la cumbre del G-8 que, a mi juicio, es enterrado en su formato inoperante en favor del G-20, más híbridamente multipolar;
– 2) anuncio del plan de un tratado de libre comercio entre las tres mayores potencias geoeconómicas del noreste asiático: China, Japón y Corea del Sur [4], y
– 3) la concomitante y extraña revelación del dalai lama sobre una conspiración para asesinarlo [5]. ¿Será capaz Estados Unidos de vender al dalai lama por un renminbi cuando lo que menos le conviene a China es su homicidio descarado?
En los trueques visibles inmediatos a la cuarta ronda del DEE se gestaron tres concreciones geofinancieras trascendentales:
– 1) revaluación acelerada del renminbi, lo cual valió los elogios del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner;
– 2) permiso de la Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) para la instalación de tres bancos chinos estatales (sic): Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), el más exitoso banco del mundo, que compró 80 por ciento del estadunidense Bank of East Asia –con 13 sucursales en Nueva York y California [6]–, mientras que Banco de China, el tercero en importancia, abre una sucursal en Chicago, y Banco Agrícola de China, el cuarto mayor, coloca una en Nueva York,
– y 3) China recorta de nuevo su tasa de reserva en proporción a sus depósitos bancarios (en 50 puntos base), con el fin de inyectar mayor liquidez al mercado [7].
Más aún: la Fed permitió a una serie de entidades financieras chinas –ICBC, Central Huijin Investment y el fondo soberano de riqueza China Investment Corp– operar como “empresas bancarias holding”.
Nos encontramos lejos de la etapa bushiana, cuando bajo el apotegma fariseo de la soberanía (sic) económica prohibió a la empresa estatal petrolera china CNOOC adquirir Unocal, que acabó siendo digerida con papel chatarra por Chevron.
No hay que minimizar la apertura del sector financiero superestratégico de Estados Unidos al imponente sector bancario chino, aunque sea mínimamente simbólico.
¿Cuándo llegará la banca china a México por órdenes de Washington, más que por voluntad nacional? ¿Asistiremos pronto a la captura de empresas de Estados Unidos por la banca china mediante el esquema defusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés)? ¿Qué otro tipo de trueques geopolíticos se habrán gestado tras bambalinas?
Otro rubro en el que Estados Unidos se abre dramáticamente es el cese del bloqueo de la exportación tecnológica de carácter civil a China.
En contraparte, uno de los cambios políticos más profundos es la decisión de China de permitir la inversión foránea (léase: de Estados Unidos) hasta en 49 por ciento.
El presidente chino Hu Jintao salió feliz de la cuarta ronda, a la que calificó de excelente trabajo, mientras la amazona (y fiestera) secretaria de Estado Hillary Clinton apaciguó los ánimos alterados debido a la política del retorno de Estados Unidos a Asia, al reiterar que Washington está a favor de una China fuerte, próspera y exitosa. ¡Cómo no!
En las oscilaciones sadomasoquistas entre lacompetencia y la cooperación, la cuarta ronda fue tan exitosa que catalizó la primera visita imprevista del ministro de Defensa Liang Guanglie al Pentágono después de nueve años.
En forma coincidente han aparecido apologistas apaciguadores de la cooperación bilateral en detrimento de la competencia limítrofe de la guerra fría, como Jeffrey Bader, anterior consejero de Obama sobre China y Asia en el Consejo de Seguridad Nacional y autor del libro Obama y el ascenso de China: un relato interno de la estrategia de EEUU en Asia [8]
Jeffrey Bader considera que los lazos de Estados Unidos y China giran alrededor de la mesa de negociaciones y no de los campos de batalla, cuando el abordaje de ocho (sic) presidentes de Estados Unidos hacia China, comenzando con Richard Nixon, ha sido similar, con sólo desviaciones (sic) menores [9].
Obama no ha sido la excepción, y Jeffrey Bader sintetiza que su política tiene tres principales fundamentos:
• reconocimiento y respeto del ascenso (sic) de China y sus intereses legítimos;
• insistencia en que su ascenso (sic) se dé dentro de las normas internacionales y la ley;
• y asegurar que el ascenso de China sea estabilizado (¡súper sic!) por el fortalecimiento de alianzas regionales y asociaciones.
A su juicio, la relación bilateral es razonablemente buena, cuando los chinos han cooperado con Estados Unidos en los temas de Norcorea e Irán, mientras Taiwán no ha sido una fuente de tensión. Da a entender queel único (sic) tema en el que en teoría podría darse un conflicto es Taiwán. Hasta cierto punto porque la provocativa venta de armas a Taiwán ha sido factor preponderante de la tensión.
Arguye que el tema irritante de los derechos humanos y el contencioso del Mar del Sur de China no son obstáculo para la cooperación. Los diferentes desafíos provienen del paso acelerado del ascenso (sic) de China en la pasada década y de su mayor rol en el mundo. ¡Los tiene mareados elascenso chino!
Alega que la noción de que China ha suplantado o pronto suplantará a Estados Unidos en su liderazgo mundial no tiene nada que ver con los hechos, ya que existe una brecha muy sustancial (sic) en poder y en el ingreso per cápita.
Aduce que las relaciones militares fueron restauradas con la visita del anterior secretario del Pentágono Robert Gates y desecha la leyenda de la nueva política de contención de Estados Unidos, pero admite el riesgo del dilema de seguridad entre Estados Unidos y China: la noción de que cada uno está destinado a ver los pasos que la otra parte da por razones defensivas como por acción ofensiva.
Razona que el dilema de seguridad y la desconfianza mutua pueden ser superados por el DEE.
Brendan O’Reilly [10] juzga que la estrategia de China está basada en el desarrollo económico y la integración, cuando el comercio bilateral ha alcanzado 450 mil millones de dólares al año, la mayor relación comercial entre dos países en la historia de la humanidad: China emplea una táctica más sutil para contrarrestar en forma eficiente el dominio militar y político de Estados Unidos, mediante la mayor integración de las dos economías.
O’Reilly aduce que China no puede igualar el poder militar de Estados Unidos a mediano plazo, por lo que el gobierno chino desea desarmar (sic) en forma efectiva la ventaja táctica de Estados Unidos, creando una situación de dependencia mutua y económica casi total.
Concluye que China busca crear un nuevo orden mundial, en el que el conflicto militar de las mayores potencias se vuelva obsoleto por la integración económica. ¿Podrá?
[1] U.S.–China Strategic and Economic Dialogue / 中美战略与经济对话
[2] «’Significant’ results gained in China-US dialogue », China Economic Net, 5 de mayo de 2012.
[3] « Putin’s return may ease US pressure on China », Global Times, 13 de mayo de 2012.
[4] « La Chine, le Japon et la République de Corée lanceront les négociations sur une Zone de libre-échange cette année », Xinhua, 13 de mayo de 2012.
[5] « Dalai Lama reveals warning of Chinese plot to kill him » y « Dalai Lama : What do I really fear ? Being eaten by sharks », por Dean Nelson, The Telegraph (UK), 12 y 13 de mayo de 2012. « Dalai Lama’s claims of assassination slammed » por Xu Tianran, Global Times, 14 de mayo de 2012.
[6] « Questions After the First U.S. Bank Takeover by a Chinese State-Controlled Company », por Charles Wolf, Jr., Brian G. Chow, Gregory S. Jones y Scott Harold, Rand Corporation, 15 de mayo de 2012.
[7] « La Chine abaissera le taux de réserves obligatoires de 0,5 point de pourcentage », Xinhua, 12 de mayo de 2012
[8] Obama and China’s Rise : An Insider’s Account of America’s Asia Strategy, Brookings Press, marzo de 2012.
[9] « US-China ties revolve around debating table, not battlegrounds », por Jeffrey A. Bader, Global Times, 13 de mayo de 2012
[10] « Hu oils cogs to lock the US Asia ’pivot’ », por Brendan O’Reilly, Asia Times, 9 de mayo de 2012.
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