El Pentágono confirmó al Wall Street Journal que el avión turco derribado por las fuerzas armadas sirias el 22 de junio de 2012 fue efectivamente alcanzado por una batería antiaérea, no por un misil tierra-aire.
El Departamento de Defensa estadounidense invalida así la versión turca del incidente y confirma la versión siria.
El Pentágono precisó al Wall Street Journal que el limitado radio de acción de una batería antiaérea hace pensar que el avión turco fue efectivamente abatido dentro del espacio aéreo sirio. El Phantom F4 destruido corresponde a una versión generalmente utilizada en misiones de reconocimiento e inteligencia. Además, prosigue el Pentágono, la decisión de disparar con ese tipo de batería es responsabilidad de un comandante local, mientras que el uso de un misil tierra-aire exige una autorización del mando militar nacional.
Basándose únicamente en la versión de Turquía, el Consejo de la alianza atlántica condenó energicamente la acción siria, e incluso denunció el «desprecio de las autoridades sirias por las normas internacionales, la paz y la seguridad y la vida humana». Las revelaciones del Pentágono tienen lugar sólo después de dicha condena. No se ha convocado, sin embargo, ninguna reunión del Consejo de la alianza atlántica destinada a revisar la anterior decisión de la OTAN sobre la base de la nueva información disponible. O sea, a pesar del desmentido oficial, la mentira se mantiene en pie.
“U.S. Contradicts Turkey’s Jet Story”, por Julian E. Barnes, Adam Entous y Joe Parkinson, The Wall Street Journal, 2 de julio de 2012.
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