"El presidente de la Comisión de Ética del Congreso, Humberto Lay, anunció este martes que los casos de los legisladores Víctor Grandez, Luciana León y José León están en la última etapa del proceso de indagación.
Al parlamentario Grandez se le investiga por denuncias sobre explotación sexual de menores; a José León, por alquilar una vivienda de su propiedad a un narcotraficante mexicano; mientras que a Luciana León, por un posible desbalance patrimonial.", http://www.rpp.com.pe/2014-11-25-casos-de-luciana-leon-victor-grandez-y-jose-leon-en-ultima-etapa-noticia_745166.html
¿Y cómo andamos con el caso protagonizado por el parlamentario nacionalista andahuaylino que representa a Cusco, Agustín Molina?
La pregunta ¡qué duda cabe! hay que enderezarla al legislador Humberto Lay que sí habla de otros pero, por razón misteriosa, olvida un asunto desagradable que involucra a un empleado fantasma y a un conflicto de interés que aguarda desde mayo que la Comisión de Etica, aunque sea por bondad cristiana, se interese por él.
Lay debiera saber que la cosmética y el afeite apenas si navegan por la epidermis de un vapuleado Congreso cuya característica más notable consiste en ser fautor de escándalos a granel. Ya no sólo abarca el desmadre a los legiferantes ¡también hay empleados a los que despide en estado de gestación o interceptan llamadas telefónicas personales!
¿Qué razón hay para que Etica no investigue, recabe testimonios y ofrezca la oportunidad a Agustín Molina a que haga sus descargos, desde hace meses? Cuando se ingresa electrónicamente a la Comisión no hay más que anuncios y es imposible escudriñar como para conocer en qué estado se encuentra alguna investigación, es decir, si la hay. De repente -y no pude leerlo- lo que se trata en esta Comisión es secreto de Estado.
Hasta donde se sabe Agustín Molina fue cuestionado públicamente por un par de hechos reprobables, ninguno de los cuales, tiene que ver con límites, armamento, declaratoria de guerra o asunto delicado de ese jaez, por tanto, no debiera existir sino la más diáfana información del proceso parlamentario. Pero no, tal como siguen las cosas, las fiestas que se avecinan en pocos días, serán momento placentero para quien no hesitó en contratar a un empleado fantasma y tampoco dudó a la hora de llamar conviviente a su esposa favorecida con una concesión minera. ¿Para eso paga el ciudadano impuestos, para mantener a mediocres y zánganos que se sirven del Estado y con fines inconfesables?
En La República, el 12 de mayo y bajo el título: "Esposa de Agustín Molina tiene concesión minera", apareció la siguiente información:
"ACUSACION. El legislador que preside la Comisión de Energía y Minas estaría involucrado en caso de conflicto de intereses.
El congresista de Gana Perú Agustín Molina enfrenta otra denuncia, esta vez por un presunto conflicto de intereses.
El programa Cuarto Poder reveló que Martha Truyenque Vásquez, conviviente del nacionalista, posee nada menos que una concesión minera metálica de 200 hectáreas, ubicada en el distrito de Chiara, provincia de Andahuaylas.
El hecho no llamaría tanto la atención si no fuera porque el legislador preside la Comisión de Energía y Minas, grupo responsable de elaborar todos los proyectos relacionados con la pequeña y gran minería en el Poder Legislativo, así como de temas energéticos, lo que deja a Molina en un presunto conflicto de intereses.
Como se recuerda, el congresista fue separado la semana pasada por tener a "un trabajador fantasma en el Congreso, que en realidad administraba su hotel en el Cusco. (Esposa de Agustín Molina tiene concesión minera http://www.voltairenet.org/article185890.html?var_mode=recalcul)"
Nadie, comenzando por el propio Agustín Molina, aclara estas feas acusaciones, ni entonces, ni ahora. Cuesta creer que la Comisión de Etica, para estar a la moda, tampoco haga nada. ¿O hay alguna especie de orden o indicación para que así sea?
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