Mariano Rajoy, presidente en funciones en España, fue al G20 y osó denunciar a los populismos de izquierda como enemigos del crecimiento y la estabilidad económica. Si se olvida ahora que habría mucho que hablar de crecimiento y qué crecimiento, sorprende la desfachatez de quien preside uno de los partidos más corrompidos de Europa. Sin entrar en detalles, recordemos casos de corrupción que los medios bautizan como Púnica, tarjetas black, Gürtel, caso Rato, Papeles de Bárcenas, Bankia…
El Partido Popular (PP) afronta este inicio de curso varios procesos judiciales con altos funcionarios del partido como acusados. Seis alcaldes madrileños, presidente de Diputación de León, alto cargo del gobierno de Murcia, exalcalde de Cartagena, casi todos los concejales del ayuntamiento de Valencia… Además está imputado como partido por cobro de dinero negro y presunto financiamiento ilegal de obras de reforma de su sede nacional.
Eso sí desestabiliza. El remate de corrupción fue designar al exministro Soria (dimitido tras descubrirse su vinculación con paraísos fiscales) candidato a director ejecutivo del Banco Mundial. La presión ciudadana hizo retirar esa candidatura. Escandaloso proponer un posible evasor fiscal para el Banco Mundial, uno de cuyos objetivos es combatir la pobreza. Y en la otra cara de la moneda, la austeridad. Manuel Lago analiza con datos oficiales los recortes de gasto público perpetrados de 2009 a 2015. Algunas partidas aumentaron casi 48 mil millones de euros, pero se recortaron casi 80 mil millones de euros en políticas sociales.
Creció el gasto en pensiones, pero por el desbocado aumento de jubilaciones anticipadas. La crisis económica fue perfecta excusa para que muchos empresarios prejubilaran en masa a sus empleados veteranos… para sustituirlos por trabajadores con salarios más bajos y peores condiciones laborales. Pero las empresas no pagaron esas prejubilaciones rentables para sus capitalistas propietarios. Pagó el Estado. Y así aumentó la partida de pensiones, pero no mejoraron los pensionados. Al contrario, las reformas perpetradas por el Partido Socialista Obrero Español, de Zapatero, y el PP, de Rajoy, empobrecen a pensionados actuales y futuros. Otro gasto que crece es el pago de intereses de deuda pública. Del 52 al 99 por ciento del PIB. También aumentaron las ayudas públicas a empresas de energía que crecieron un 469 por ciento. Sí, 469 por ciento.
Pero recortaron el gasto público sin tapujos en transporte, desempleo, vivienda, educación, salud, familia e infancia, apoyo al sector primario y servicios culturales. En lo que beneficia a la gente común se rebajaron casi 80 mil millones. Menos y peores servicios de educación, becas, sanidad, ayuda al desempleo… Recortes que violan los derechos de la gente común, pero benefician a grandes empresas (energía, banca, enseñanza privada, empresas privadas sanitarias).
El resultado de recortes y bajos salarios es más pobreza laboral. Según el Instituto Nacional de Estadística, casi 15 por ciento de trabajadores está en el umbral de la pobreza. Mientras el gobierno del PP cacarea que la economía crece y crea empleo, la tercera parte de la ciudadanía sufre la peor época de su vida. Los desempleados de larga duración, quienes buscan empleo desde hace 3 años o más, aumentan año tras año y el 45 por ciento de desempleados no recibe ayuda alguna por esta condición. Así lo quiere el gobierno del PP que rebajó 15 por ciento la ayuda a desempleados en los presupuestos de 2015, por ejemplo. ¿Sorprende entonces que 700 mil familias en paro no reciban ninguna ayuda pública?
Ha vuelto el hambre a la España que gobierna el PP. En Barcelona, Caritas ha abierto siete nuevos centros para distribuir alimentos que se suman a las docenas de iglesias que reparten comida. La ayuda de Caritas, Cruz Roja y bancos de alimentos más la familiar evitan una vergonzosa hecatombe social.
Este escrito se titula “El saqueo continúa” porque, insatisfecho con los recortes perpetrados, el gobierno del PP insta a cerrar empresas municipales de servicios públicos a pesar de no tener déficit sino superávit (0.5 por ciento de media). Quieren privatizarlas para convertirlas en negocios privados. No olviden que un alto dirigente del PP reconoció hace tiempo (y está publicado) que estaba en política “para forrarse”. Por no olvidar tampoco que el rescate bancario fue indecentemente costoso para la ciudadanía y, para compensar, recortaron educación, sanidad, ayuda al desempleo, cultura, ciencia…
Y siguen los recortes. Lamentablemente, no sólo en España. El capitalismo neoliberal, que tan ferozmente encarnan corporaciones, grandes empresas, banca, mercados de capitales y tratados bilaterales de inversión, recorta, privatiza, vacía la democracia y saquea el mundo de América a Australia, desvalijando de paso Europa, África y Asia. O los frenamos o acaban con nosotros.
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