Mientras en Nueva York Enrique Peña Nieto recibe de la Asociación de Política Exterior de Estados Unidos el “Premio al Estadista”, en reconocimiento a los cambios estructurales realizados en México (sic que ve cómo el fracaso se convierte en distinción), y luego habla en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) de la necesidad de defender a los migrantes, evitar los muros y tratar de encontrar mecanismos para el asilo de esas personas que huyen de las malas condiciones sociales en sus países o buscan sueños que en ocasiones alcanzan, en México nos damos cuenta que los galardones extranjeros (sic recordando que la revista británica The Banker, en 2014 le otorgó a Luis Videgaray la presea financiero del (d)año- Fernández Vega, dixit) y la palabras vacías ya no le dicen nada a millones de ciudadanos.
Aquí en pocas horas tenemos varios escándalos de grandes proporciones. El dólar cerró el 20 de septiembre a 20.13 pesos. No olvidemos que en el presupuesto inventado por Videgaray y defendido por José Antonio Meade, se ubicó en 18.20 pesos para el siguiente año. Y el vaivén continuará, ya que los hacendarios mexicanos le echan la culpa no a su ineptitud sino, como siempre, a factores externos.
Mientras eso ocurre, nos enteramos que las pensiones de expresidentes son millonarias. A Paloma Cordero, viuda de Miguel de la Madrid, le otorgaron 22 millones de pesos cuando falleció su esposo (La Jornada, 20 de septiembre). Y cinco presidentes vivos tienen un seguro de entre 22 millones y 35 millones de pesos (Silla Rota, 19 septiembre). Eso aparte de lo que erogamos en ese quinteto en salarios, guardaespaldas, vehículos, viajes y un largo etcétera, los cuales dejaron muy malas cuentas a todos los nacionales.
Y gracias a la organización civil Fundar (Haydeé Pérez Garrido, Iván Benumea y Javier Garduño), sabemos que en este sexenio se dejaron de cobrar 188 mil millones de pesos por cancelación de créditos fiscales; o sea, a unos pocos empresarios lejos de recaudarles se les condonaron impuestos porque ¡ay¡ no los encontraron o no tenían bienes para embargárselos.
Eso por parte del Servicio de Administración Tributaria de Hacienda, donde el terrible Aristóteles Sandoval ya no despacha. Pero usted, ciudadano de a pie, si deja de contribuir a fin de año, agárrese porque le quitarán hasta el perico, si todavía cuenta con esos animales parlantes que necesitan comer.
Únicamente a 36 empresas les dejaron en sus cuentas 80 mil millones de pesos. Entre ellas a Casas Geo -motejadas como viviendas Feo, por su horroroso diseño, la repetición en sus modelos y sus habitaciones minúsculas- no les facturaron más de 4 mil 437 millones de pesos. Y algo insólito, a Servicios Financieros no le pudieron quitar 66 millones de pesos. Este consorcio era de Elba Esther Gordillo, el cual hacia préstamos onerosos a maestros. Fuera de serie, ya que por un lado encarcelan a la maestra que fuera poderosa, aunque por otro la premian (Sin Embargo, 20 de septiembre).
En este 2016, cuando ya sabíamos que venía la crisis, 10 personas se beneficiaron de 3 mil 616 millones de pesos que no dieron al fisco, el 85 por ciento del monto total (El Universal, 20 de septiembre).
¿Quiénes fueron esos abusadores, ganadores o amigos de la burocracia hacendaria? No lo sabemos hasta ahora, pero es algo en lo que insisten en averiguar Fundar y otras agrupaciones civiles para evita que vuelva a ocurrir.
Mientras tanto, José Carlos Ramírez Marín, el priista que no entregó ni casas Geo a los damnificados por los huracanes Ingrid y Manuel en Guerrero, dice que el aumento del dólar podría impactar en el presupuesto y en la inflación (Sin Embargo, 20 de septiembre). Lo segundo es evidente y no tiene reversa; lo primero, sugiere que habrá, seguramente, un nuevo recorte que ya previmos en otra colaboración, quizá de 70 mil millones de pesos.
Pocos ganadores y muchos sacrificados por un gobierno que favorece a empresarios, políticos, dueños de medios de difusión y al capital extranjero, como a la muy desprestigiada y fraudulenta Volkswagen.
En tanto, Peña Nieto hace un discurso a favor de los migrantes supuestamente para defender a los mexicanos, quienes envían más de 25 mil millones de dólares al año, y acá, en tierra azteca, se detuvo a casi 200 mil emigrados centroamericanos en 2015, 70 mil más que un año antes (Animal Político, 20 de septiembre). Y de 3 mil 486 visas solicitadas como asilo, únicamente se aprobaron el 35 por ciento (ídem).
Como somos quienes detenemos a los del sur del continente para que no vayan a Estados Unidos, haciendo el trabajo sucio a Obama, Trump y compañía, tenemos un Instituto Nacional de Migración encabezado por el represor Ardelio Vargas Fosado, que derrocha mil 670 millones de pesos para apresar guatemaltecos, hondureños y demás, colaborar con las pandillas extorsionadoras que realizan trata de personas y humillan a los centroamericanos.
¿Lecciones de humanidad a los emigrantes en voz de Peña Nieto? ¿Economía responsable para los ciudadanos? En este último caso leer el más reciente artículo de Paul Krugman: La economía del goteo hacia arriba de Obama (El País, 17 de septiembre)
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