En un extremo están los 29 países que verán por lo menos duplicarse su población para mediados del siglo XXI, y en el otro extremo, otros 38 que, por el contrario, verán reducirse su población en el mismo lapso.

Los Estados en duplicación están todos en África subsahariana, salvo Irak y Palestina. El país más poblado entre ellos es Nigeria, con 187 millones de habitantes, seguido de República Democrática del Congo (RDC), con 80 millones, y Tanzania, con 55 millones.

En la actualidad, los duplicadores concentran 10 por ciento de la población mundial. Pero por su rápido crecimiento demográfico, para 2050 tendrán 18 por ciento de los 10 mil millones de personas que, según los pronósticos, habitarán el planeta.

Entre los Estados que duplican su población, el que tiene un crecimiento demográfico más acelerado es Níger, cuyos 21 millones de habitantes se duplicarán para 2034, y registrará un aumento de población de 250 por ciento para mediados de siglo, lo que elevará a más del triple su población, que llegará a los 72 millones de habitantes.

Otros países con aumentos significativos del orden de 150 por ciento o más son Zambia, Angola, Uganda y Malí.

Además se pronostica que la población de Nigeria aumentará 112 por ciento llegando casi a 400 millones de personas para 2050, desplazando así a Estados Unidos como el tercer país más poblado del mundo, detrás de India y China.

Asimismo, se pronostica que RDC aumentará 145 por ciento, tendrá unos 116 millones más de habitantes más, con lo que su población llegará a 200 millones para mediados de siglo.

Los Estados en declive, unos 38 países en desarrollo y ricos, experimentarán una disminución de su población para mediados de este siglo, y pasarán a tener 20 por ciento de los habitantes del mundo en 2050, en relación con el 30 por ciento actual.

Los 10 países que más verán reducirse su población en no menos de 15 por ciento están todos en Europa oriental. El que registra una mayor disminución es Bulgaria, con 27 por ciento; seguido de Rumania, con 22 por ciento; Ucrania, con 21 por ciento, y Moldavia, con 20 por ciento.

El país que más verá reducida su población, China, registrará una disminución de más de 2 por ciento para 2050, y el número de habitantes llegará a su máximo en menos de 1 década.

Otros países donde disminuirá la población para mediados de siglo son Japón, con 15 por ciento; Rusia, con 10 por ciento; Alemania, con 8 por ciento, e Italia, con 5 por ciento. De hecho, muchas de estas naciones hace décadas ya que registran un declive en su crecimiento, como Bulgaria, Hungría, Japón, Letonia, Lituania, Rumania, Rusia, Serbia y Ucrania.

Las proyecciones para algunos de los países en declive incluyen el aporte migratorio. Para algunos como Italia, Japón, Alemania, Hungría, España y Rusia, la inmigración atenúa el menor crecimiento esperado.

Por ejemplo, se pronostica que la población italiana crecerá 5 por ciento menos para mediados de siglo con el aporte migratorio, pero sin éste, se reduciría 13 por ciento.

También hay diferencias significativas entre la evolución de la mortalidad y la migración entre ambos grupos de países.

Los Estados que duplican su población tienen una mortalidad notoriamente mayor que aquellos donde se reduce. Además, los duplicadores suelen ser países de emigrantes, a diferencia de los que están en declive, que reciben inmigrantes.

Sin embargo, las grandes diferencias en el futuro crecimiento demográfico tienen que ver principalmente con la tasa de fecundidad, que ronda los 5.3 hijos por mujer entre los 29 duplicadores. En un extremo estaría Kenia con 4.4, y en el otro, Níger, con 7.6.

En cambio, la fecundidad entre los 38 Estados con crecimiento demográfico descendente se ubica por debajo del nivel de reemplazo de dos hijos, con un promedio de 1,5. Los países con una tasa de fecundidad menor son China, Alemania, Hungría, Italia, Japón, Polonia, Rusia y España.

Las diferencias de crecimiento demográfico presentan enormes desafíos y bien distintos entre ambos grupos.

Los Estados duplicadores deberán hacer frente a serios desafíos en materia de desarrollo para cubrir las necesidades básicas de una población joven y en rápido crecimiento. La edad media de sus habitantes es menor a 20 años, y el que tiene menor promedio es Níger, con 15 años, seguido por Uganda, Chad, Angola, Malí y Somalia, con 16.

Muchos países duplicadores, como Angola, RDC, Malí, Níger y Uganda sufren actualmente la escasez de alimentos. En los próximos años, será cada vez más difícil para ellos ofrecer una alimentación suficiente a su población en rápido crecimiento.

Otras dificultades tienen que ver con la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la seguridad personal y la gobernanza, en especial dado que casi la mitad de los duplicadores están entre los estados vulnerables o en alerta máxima de ser fallidos.

Las costosas condiciones de vida que sufren la mayoría de las personas en los países que duplican su población, hace que cada vez más jóvenes traten de emigrar, ya sea de forma legal o ilegal, a naciones más ricas, que tienen una población en declive.

Muchos de los Estados con crecimiento demográfico en declive ya pasaron el punto en que el número de personas mayores de 65 años supera al de los menores de 15. La edad media de su población está apenas por encima de los 40; Japón, Alemania e Italia son los que tienen la mayor edad promedio de su población, con 46 años.

La proporción de adultos mayores aumenta y cada vez viven más, a menudo muchos años después de jubilarse, lo que preocupa a los gobiernos de los países declinantes por el aumento del costo de la seguridad social, las pensiones, la salud y los cuidados que necesita ese sector de la población.

Muy pocos de los países con un crecimiento demográfico en declive están preparados para aceptar a un gran número de inmigrantes, en especial procedentes de los estados en duplicación, como estrategia para hacer frente a la escasez de mano de obra y a los problemas del envejecimiento de su propia población.

Como ya se ha señalado, algunos de los países en declive construyen muros, vallas y barreras para frenar la inmigración no autorizada, mientras otros están definitivamente en contra de que un número considerable de extranjeros se arraigue dentro de sus fronteras.

Muchos de ellos, como China, Alemania, Italia, Japón, Rusia y España, tratan de revertir su tendencia demográfica elevando su baja tasa de fecundidad, con la esperanza de que disminuyan los inmigrantes e, incluso, quizá de acercarse a estabilizar a su población.

Pero avanzar hacia el nivel de reemplazo alentando a las mujeres a tener más hijos les ha resultado difícil y, por lo general, no han tenido éxito.

Hay un dicho que dice que los opuestos se atraen. Quizá en el romance, en la amistad y en las películas, las personas se sientan atraídas por aquellas que consideran diferentes. Pero no parece ser el caso de los países duplicadores y en declive, al menos por ahora.

Y, al contrario, como lo ha demostrado en reiteradas oportunidades la historia de la demografía, las poblaciones en rápido crecimiento no permanecen fácilmente dentro de su territorio y terminan atravesando desiertos, montañas, ríos y mares y dispersándose por todos los continentes.

Traducción
Verónica Firme
Fuente
Contralínea (México)