Francia acogió, del 7 al 9 de diciembre de 2016, la 4ª Cumbre de la Open Government Partnership (Asociación para un Gobierno Abierto), que contó con la participación de 70 países.
La Open Government Partnership surgió de una importante reforma realizada por la administración Obama: la Iniciativa por un Gobierno Abierto (Open Government Initiative), puesta en marcha desde el primer día del primer periodo presidencial de Barack Obama, en 2009.
En aplicación de los principios del filósofo Karl Popper, promovidos por las fundaciones del multimillonario George Soros, los objetivos proclamados de esta iniciativa son:
– velar por la transparencia de los gobiernos democráticos;
– hacer que los ciudadanos participen en la toma de decisiones a través de las ONGs –no a través de los Parlamentos.
Dos nuevos objetivos surgieron en el momento de la creación de la organización intergubernamental:
– luchar contra el soborno, menos en los casos de los cabilderos debidamente registrados;
– generalizar el uso de las nuevas tecnologías.
Quien lanzó la Open Government Partnership en 2011 fue la entonces secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
En aplicación de sus propios principios, esta organización intergubernamental asocia numerosas ONGs tanto a sus debates como a su administración.
La presidencia de la Open Government Partnership está actualmente en manos de Francia y del World Resources Institute. Este último es una asociación estadounidense creada por el Partido Demócrata de Estados Unidos y se promueve el mercado de la ecología, evitando pasar por la ONU. Fue a través de esta ONG que el ex vicepresidente estadounidense Al Gore popularizó la teoría de la actividad humana como causa del cambio climático [1].
La Open Government Partnership está financiada, en primer lugar, por varias fundaciones creadas por empresas (la Open Society, de George Soros; la Omidyar Network, muy implicada en el golpe de Estado ucraniano; The William and Flora Hewlett Foundation; la Ford Foundation, tradicionalmente vinculada a la CIA) y por los países miembros.
Al cabo de 5 años de existencia, ya cualquiera es capaz de darse cuenta de que, contrariamente a las promesas de Barack Obama y a sus decretos presidenciales, Estados Unidos nunca había sido tan poco transparente, corrupto y, en definitiva, cerrado como hoy en día.
Sin embargo, los demás países miembros de la Open Government Partnership han sido obligados a debilitarse –supuestamente por el bien de todos– únicamente en beneficio de las «ONGs» y de las fundaciones de las empresas acreditadas.
[1] «1982-1996: La ecología de mercado», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 25 de abril de 2010.
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