Un cabecilla envió al ujier ante Odebrecht, ¿o no?

Profusión de vídeos circulan por ahí donde el brasileño Jorge Simoes Barata narra, con pelos y señales, las suculentas coimas que negoció y repartió al 2° gobierno de Alan García, aunque aparecen de a pocos, a cuentagotas. De cuando en cuando.

Jorge Cuba Hidalgo, economista, pese a ser solo viceministro de Comunicaciones, es decir, totalmente ajeno a transportes masivos terrestres, le ofreció a ODEBRECHT la construcción de la Línea 1 y 2 del Metro de Lima, por el pago de coima, que llamó con eufemismo pudoroso "contraprestación". Ergo, el posterior proceso de licitación de la obra fue una pantomima con farsa.

Dicho soborno millonario -superior a US$ 8´300,000.00 millones de dólares- fue pagado impajaritablemente en la banca de Andorra a 3 personas de la organización: Jorge Cuba, Santiago Chau y Edwin Luyo. Un 4° en la colada es Miguel Atala, entre otros muchos más, de los funcionarios alanistas coimeados.

De estos funcionarios, todos subalternos de García, ¿a quiénes fueron o partieron los millones, al ser trasladados de Andorra a Suiza y convertirse en certificados al portador donde no se consigna el nombre del beneficiario y alguien los tiene por ahí y los hace efectivo a su libérrima discreción?

¿Quién envió a Jorge Cuba a ofrecerse a la empresa ODEBRECHT, pese a que no se ocupaba de los transportes masivos de Lima?

Aparece el líder de la asociación-organización.- Lo real es que AG, el verdadero instigador o autor mediato, que para fines penales son lo mismo, expidió varios decretos supremos y decretos de urgencia necesarios, pro ODEBRECHT: es decir, tomaba las decisiones mayores mientras los otros peces menores se ofrecían y cobraban "contraprestaciones". ¡Sin estos decretos nada se habría llevado a cabo o materializado por la a priori escogida empresa ODEBRECHT!

Además, AG posaba sonriente para las fotos con todos estos torcidos personajes: Marcelo Odebrecht, Jorge Barata, Lula da Silva, entre otros; viajaba, comía y bebía con ellos y, como epílogo, celebraba con fruición la inauguración de los tramos en Palacio de Gobierno. ¡en las fotos el ego y la tripa se percibían boyantes!

¿Un modesto viceministro de Comunicaciones -ajeno a la materia-, con la antelación debida, sin el mentor encargo del líder, puede decidir la entrega de una obra millonaria, como era y es el Metro de Lima? Jamás de los jamases.

Todo hace ver que el líder de la Organización Criminal, que el fiscal Castellanos ha advertido, dispone por sí solo quiénes deben negociar con el coimeador, por cuánto, en qué términos y escoge a los que deben recibir, en cuentas off shore, las eufemísticas contraprestaciones, conocidas vulgar o prosaicamente como "sobornos" o "coimas".