Se ha desatado el debate sobre las razones y justificaciones de la pregunta 25 del Censo 2017; las diversas opiniones sobre su “necesidad” y sobre las intenciones de su realización; aquí vamos a analizar alguna de las más importantes, pero antes vamos a comenzar por las que creemos son las de fondo. La más clara a mi criterio es la fuerte presión internacional por el ridículo control que el Estado colonial y criollo ejerce sobre la gran mayoría indígena, una situación tan anacrónica fuerza un trance de censo de sinceramiento o visibilización de la mayoría de la población. Además de la corrupción del Estado criollo, “criollidad” que a propósito no figura en la ficha del Censo, criollidad que debe ser escondida.
Además, la carencia de identidad es la principal razón para que los peruanos no sean fieles ni a sus bolsillos y que la PPKoima y la PPKutra (ja ja…) sean las principales instituciones tutelares del Estado. Tanto brinco para entender que debemos aceptarnos entre todas las naciones de un Perú diverso, y sobre todo respetarnos en concierto de un proceso constituyente que devuelva la dignidad y la verdadera democracia para todos los peruanos.
Y que se expulse para siempre la discriminación y exclusión dentro de una sola patria pero con múltiples y diversas naciones a su interior. Sin embargo mi opinión sobre el mestizaje es una opinión no-racial y no-racista, entonces el "mestizaje" del que podemos hablar, no cae en el análisis zoológico, el mestizaje del que se debe hablar es el del posible "cruce de culturas" y siempre y cuando esas culturas sean compatibles en sus aspectos centrales.
Y sobre todo cualquier mestizaje “racial” o genético a nivel “simbólico” en el Perú, ha sido producto de la violación o “penetración forzada” realizada por “un gallardo conquistador” sobre una “indígena conquistada”, más el cruce, fusión o mestizaje cultural solo puede ser producto del amor, del “encuentro y fusión voluntaria”.
Desgraciadamente para el común de la gente y hasta para algunos profesionales o "letrados", la identidad se lleva en "la pollera", en el “jean”, en las facciones, o en el color de la piel. La hibridación que yo califico de "mulinización" es una provocación. No me queda otra que decirles ¡MULAS!, para que los "mestizos" sometidos o subalternizados por el sistema criollo de colonialismo interno, dejen ya de estar culturalmente atrapados en una situación anómica o de indistinción o des-identidad, que es el mayor síndrome social y político, en que se debate y agoniza el Perú criollo actual. Tenemos en nuestra historia en nuestro ascendiente cultural y civilización ancestral y costumbres, algo tan noble, sabio y bello como esos verdaderos “bunkeres” culturales eternos de Machupicchu, Sacsayhuaman, Karal y tantos otros de nuestra estirpe quechua-inka.
Empero la cultura occidental con la cultura andina son culturas incompatibles, inconciliables, porque allí en donde la cultura occidental se impone no reconoce compañías posibles, no reconoce ni menos acepta otras culturas. Es muy simple ver esto en cerca de 500 años de dominación occidental en este continente y 2017 años de imposición mundial de lo que llaman hoy en día la globalización occidental. El capitalismo (y también el socialismo a secas, lo hace), impone su sistema y al que no entra en su molde cultural, le llama "terrorista" e intenta desaparecerlo.
Esta es mi "lectura de la realidad cultural humana", y demuestra que es necesario conocer en profundidad el pensamiento y filosofía criollo occidental, que es una de las trincheras más fuertes del colonialismo occidental en el Perú. El mestizaje es el proceso de la "mulinización" de la cultura y la identidad peruana. Un “híbrido genético” no tiene capacidad de reproducción de "su" cultura y es incapaz de identificarse, defender y hacer crecer la civilización de su madre andino-amazónica.
El mestizaje “patrilineal” (a diferencia del “matrilineal” que tiene otras características, diferencias que deben de ser estudiadas) es un arma de blanqueamiento y colonización europea-occidental, es como un puente de una sola vía hacia el "blanqueamiento", que es el arma de dominación racista principal del colonialismo occidental. El llamado "mestizaje" patrilineal o “blanco”, se constituye así en el "imaginario simbólico” criollo republicano como el resultado de la gran violación de mujeres indígenas (la popular “gran chingada” en México) con el objetivo de "mejorar la raza" y proveerse de un contingente de semi-esclavos, o "mes-nada".
La mayoría quechua, tiene todo el derecho de defender sus comunidades y territorios. Y lo mejor, que ya se están dando cuenta que "su pacto implícito" de dejar o "consentir" el despotismo político de la minoría criolla, es realmente suicida, el criollo occidental no reconoce "compañías" ni "otros" diferentes que su "conciencia" y su "raza" y está seguro que los "mestizos" y los "cholos power" son solo títeres para seguir imponiendo su colonialismo interno. Lo que hay que tener muy en cuenta, es la necesidad del Estado criollo de terminar de liquidar las comunidades y terminar de entregar los territorios a las compañías mineras y forestales (hay varios proyectos de ley para ello) para usar los resultados del censo y decir que "no hay indígenas en la sierra" sino puros "campesinos" y que los "bosquecinos" de la selva son irrelevantes para la necesidad de “la consulta previa”.
A "nivel cultural" es imprescindible hoy en día profundizar los estudios sobre el racismo “civilizacional” que usa Occidente en su expansión colonialista. El Occidente tiene una cultura cristalizada, blindada, pura en su núcleo central, de lo contrario, no existiría el tan debatido problema de "La Otredad". Se debe entender in extenso, el carácter cristalizado de "el Ser" occidental, como concepto, teoría y doctrina. Desde que Emmanuel Lévinas (1906-1995) rompe con su maestro Martin Heidegger (1889-1976), porque los nazis matan a toda su familia y él, “vivió las dimensiones ontológicas que Heidegger mantenía”. Y es así que comienza su interés por la persona y destierra “el Ser” como objeto de estudio. Lévinas quiere entender el por qué los nazis (Leer más: http://www.monografias.com/trabajos81/etica-filosofica-emmanuel-levinas-obra-totalidad-e-infinito/etica-filosofica-emmanuel-levinas-obra-totalidad-e-infinito2.shtml#ixzz4w9pBhpWl) tienen esta entraña y comportamiento monstruoso, y descubre que hay o debe de haber “un Otro" al tema de ese único cupo existencial único y excluyente, que en Occidente, impone el concepto de "el ser", “cupo o espacio excluyente y exclusivo” que los nazis -arios-, les quisieron disputar a los judíos -semitas- cremándolos a todos en los hornos de Belsec, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Maidanek, Auschwitz, Birkenau y otros. (Tanto como a los judíos -¿sionistas?- se les impone disputar con los palestinos las alturas del Golán y a los “golém” del ISIS marchar sobre Siria).
Toda esta “sospecha académica” obliga a Heidegger, maestro de Lévinas a quitarse la chaqueta nazi y enrolarse en el concepto cambiado de "el Ser" hacia su invención del "Ser ahí" (Da sein en alemán), es decir en el "Siendo" o el "Ser en el tiempo", concepto con el que no logra tampoco resolver el problema del "unitarismo" o “monadismo” occidental, porque Heidegger como buen y común occidental, sufre de una barrera cultural y que es también psíquica, contra la cual luchan también Hussler, Freud, Nietzsche y Marx, (tema que por su extensión no se puede tocar aquí y que guardaremos para otra ocasión), y que yo llamo mono-manía o cos-mono-visión occidental. Tampoco Marx resuelve esta monomanía porque en su famoso método hegeliano "volteado", la dialéctica idealista o hegeliana, muda, muta o cambia de lado y se convierte en la “dialéctica materialista”, empero sigue siendo monomaniaca, es decir la “unidad materia" como plataforma de inicio de "el Ser", es la tesis, pero su antítesis que es "el espíritu" o la "idea", solo es un derivado, creado o "enajenado" o “emanado” de la unidad originante que sería la materia.
Estos conceptos, sí los podemos entender y darnos cuenta porqué la idea de "el Ser" cristaliza o hace “pura" a la cultura occidental en su padrillaje con otras culturas, a las cuales las hibridiza, o las "mulifica", o las hace subalternas según la nomenclatura de la colonialidad del poder y de la colonialidad del Ser. Es decir la humanidad occidental de estar caminando a “saltitos” sobre el pie derecho, hasta Hegel, con Marx, muda de “pie” e inicia su caminar a saltos sobre su pie izquierdo.
Así que, sobre todo a la “izquierda”, le aconsejamos que hay que leer "otros temas” y escapar de ese encapsulamiento “economicista” de "el ser" marxista, que son “orejeras de caballo” materialista o idealista, que también "bastardean" o intentarán "mulificar" a todos los "otros" temas que tocan. (Todo esto, "culturalmente" hablando). Esta es mi "lectura andina de la realidad cultural humana", que la izquierda reduce a ese marxismo jesuítico, que es una de las trincheras más fuertes del colonialismo occidental en el Perú y en el continente.
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