Tres unidades de superficie de la marina de guerra de Ucrania violaron deliberadamente las aguas territoriales rusas en el estrecho de Kerch, el 25 de noviembre de 2018.
Luego de comprobar la violación de las aguas territoriales rusas y considerándola un acto hostil, la marina de guerra de la Federación Rusa procedió a interceptar y conducir a puerto las lanchas artilladas ucranianas Berdyansk y Nikopol así como el remolcador Yani-Kapou, pertenecientes todos a la marina de guerra de Ucrania.
En Kiev, el Consejo de Seguridad y Defensa ucraniano propuso al presidente de Ucrania, Petro Porochenko, la proclamación de la ley marcial «por 60 días». En Nueva York, el Consejo de Seguridad fue convocado para una reunión urgente a pedido de ambas partes.
Ucrania no reconoce la reincorporación de Crimea a la Federación Rusa, acto resultante del referéndum por la autodeterminación realizado en la península en 2014. Ucrania estima por ende que Crimea y las aguas territoriales de la península siguen siendo ucranianos y, desde la apertura a la circulación del puente construido por Rusia a través del Estrecho de Kerch, la marina de guerra ucraniana ha venido militarizando el Mar de Azov, tratando de desplegar en esas aguas las unidades navales que le quedan.
Por su parte, la Federación Rusa no reconoce el golpe de Estado perpetrado en Kiev, con ayuda de Estados Unidos y en beneficio de varios grupos nazis.
Posteriormente, teniendo en cuenta el hecho que los golpistas tomaron toda una serie medidas contra la minoría rusa en Ucrania –como la supresión del reconocimiento de la lengua rusa como una de las lenguas nacionales–, Rusia aceptó el resultado del referéndum de autodeterminación realizado por la población de Crimea y decidió acogerla nuevamente como parte integrante de la Federación Rusa.
En cambio, Rusia no se ha pronunciado sobre el estatus de la región de Donbass, agredida por el régimen de Kiev, cuya población también solicitó –luego de la realización de un referéndum– la reincorporación de ese territorio a la Federación.
Ante el bloqueo impuesto por las autoridades ucranianas a la península de Crimea, Moscú construyó un puente a través del Estrecho de Kerch. Ante la militarización del Mar de Azov por parte de Ucrania, los servicios de seguridad rusos instauraron un procedimiento de registro para todos los barcos mercantes –ucranianos o rusos– que entran o salen del canal Kerch-Enikal. Dichos registros, realizados generalmente en 3 horas, han llegado en ocasiones a tardar 36 horas, creando dificultades en la actividad tanto de los puertos ucranianos de Berdyansk y Mariupol como en los puertos rusos.
El pasado 21 de noviembre, Rusia había emitido un comunicado oficial de advertencia sobre las acciones ucranianas tendientes a la militarización del Mar de Azov [1].
[1] «Declaración de Rusia sobre el Mar de Azov», Red Voltaire, 21 de noviembre de 2018.
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