Turquía se había acercado a China para resolver su propia crisis económica. Pero ahora, basándose en información falsa, Ankara denuncia públicamente una represión china sobre los uigures. Parece como si, después de la liquidación de Daesh en Irak y en Siria, Ankara estuviese reanudando las acciones secretas por cuenta de la CIA, ahora en la región china de Xinjiang.
Hace varias semanas que la prensa turca viene dedicando espacios a hablar de los uigures, población musulmana de lengua turca en la Républica Popular China. Los partidos políticos de la oposición turca, incluyendo a los kemalistas compiten entre sí sobre cuál de ellos denuncia con más fuerza la represión de los han [1] contra esa minoría y contra su religión.
Esta efervescencia aparece en Turquía a raíz de:
– el informe de la Jamestown Foundation sobre los «73 centros secretos de detención chinos» [2];
– la campaña de Radio Free Asia, que ha transmitido numerosas entrevistas de ex prisioneros de los centros chinos y que llegó al extremo de afirmar que China prohibía el Corán (sic) [3];
– la campaña, iniciada el 13 de noviembre de 2018 por Estados Unidos y sus aliados en el Consejo de los Derechos Humanos, en Ginebra, sobre la represión contra el islam en China [4];
– y la audiencia, organizada en Washington el 28 de noviembre de 2018, por el senador republicano Marco Rubio y el representante, también republicano, Chris Smith, ante la Comisión Conjunta del Congreso y del Ejecutivo para China (Congressional-Executive Commission on China – CECC) sobre «La represión del Partido Comunista Chino contra las Religiones» [5]. En esa audiencia se dijo que entre uno y 3 millones de uigures estaban siendo torturados con electricidad en campamentos de reeducación.
Aministía Internacional y Human Rights Watch inmediatamente se hicieron eco de esas acusaciones.
Fue en ese contexto que Hami Aksoy, el vocero del ministerio de Exteriores de Turquía, publicó –el 9 de febrero de 2019– un comunicado que denunciaba oficialmente la voluntad de forzar a «identidades étnicas, religiosas y culturales de los turcos uigures» a que adopten características chinas. Ese comunicado denunciaba igualmente la muerte en prisión del conocido poeta Abdurehim Heyit, quien cumplía «8 años» de reclusión «por una de sus canciones» [6].
Esa actitud de Turquía fue como un trueno en el cielo de las relaciones entre Ankara y Pekín. Desde que el presidente Donald Trump retiró el respaldo estadounidense a la economía turca, Turquía se había vuelto hacia China, en agosto de 2018, y ya no puede vivir sin ella.
En la tarde del día siguiente, China publicaba un video donde el poeta “muerto” declaraba: «Mi nombre es Abdurehim Heyit. Hoy es 10 de febrero de 2019. Estoy bajo investigación como sospechoso de haber violado leyes nacionales. Estoy en buen estado de salud y nunca he sido sometido a ningún abuso.»
Un día después, el 11 de febrero, la portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, criticaba duramente los «errores» y «la irresponsabilidad» de Turquía [7].
Está demostrado que al menos 10 000 uigures implicados en actividades terroristas han sido encarcelados. Pero nada respalda la afirmación sobre la supuesta existencia de entre uno y 3 millones de prisioneros uigures.
El 1º de junio de 2017 y el 13 de diciembre de 2018, el gobierno chino ya había divulgado 2 documentos, uno sobre Los Derechos Humanos en Xinjiang [8] y otro sobre La Protección de la Cultura y el Desarrollo en Xinjiang [9].
Pero el Partido Comunista no sabe cómo lidiar con el islam político. Está abordando este asunto desde su visión de un pasado particular, el de la Revolución Cultural y la ya abrogada prohibición no sólo del islam sino de todas las religiones. Ahora, después de haber establecido una política de libertad en ese aspecto, está viendo resurgir las divisiones de los tiempos de la Guerra Civil, mientras se multiplican los atentados yihadistas [10]. El 1º de febrero de 2018, el Partido Comunista emprendió en materia de religión una nueva política tendiente a asimilar el islam mediante la supresión de ciertas prácticas particulares de esa confesión [11]. Por ejemplo, los miembros del Partido deben dar el ejemplo negándose a consumir alimentos halal [12]. Lo cierto es que, a pesar de la aplicación de esa política, en la región de Xinjiang se mantienen abiertas no menos de 24 000 mezquitas para los 13 millones de musulmanes que viven en esa parte de la República Popular China.
Hace 25 años que organizaciones uigures pretenden crear un Estado independiente. Primero afirmaron que sería un Estado laico, ahora dicen que sería «islámico» (no en el sentido religioso sino en el sentido político que la Hermandad Musulmana atribuye a ese término) y que lo llamarían Turkestán Oriental, que es la apelación medieval de la región de Xinjiang. Esas organizaciones contaron de inmediato con el apoyo de la CIA contra las autoridades de Pekín.
– En 1997 se creó el Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (MITO), cuyos miembros iban a formarse en Afganistán, con los talibanes y con ciertos elementos de al-Qaeda. Es un movimiento surgido del islam político con financiamiento directo de la CIA.
– En septiembre de 2004, Anwar Yusuf Turani fundó en Washington un «gobierno del Turkestán Oriental en el exilio» que reconstituye la alianza del Kuomintang con el Dalai Lama y Taiwan, como en tiempos de la guerra civil china de 1927-1950.
– En noviembre de ese mismo año se crea en Munich un Congreso Mundial Uigur. Rebiya Kadeer se convertirá después en presidente de ese Congreso, que promueve un separatismo étnico.
Tanto el «gobierno del Turkestán Oriental en el exilio» como el Congreso Mundial Uigur son financiados por la National Endowment for Democracy (NED), una agencia de los «Cinco Ojos» [13].
La región de Xinjiang fue teatro de graves desórdenes en febrero de 1997 y en julio de 2009. Los manifestantes abogaban simultáneamente por el separatismo uigur, por el anticomunismo del Kuomintang y el islam político.
Pekín restableció la calma concediendo ciertos privilegios a los uigures, como eximirlos de la política del hijo único, actualmente abandonada para todos los chinos [14].
Hoy en día, la inversión del estadounidense Erik Prince, fundador de la firma seguridad privada Blackwater, en asociación con las autoridades de Xinjiang [15] parece contradecir la campaña de Estados Unidos sobre la represión contra los uigures. Pero Erik Prince, además de ser el principal hombre de negocios especializado en la creación de ejércitos privados, es también el hermano de Betsy DeVos, secretaria de Educación de la administración Trump. Los agentes de seguridad de Prince parecen ser más bien mercenarios que trabajan para la milicia han de Xinjiang, denominada Bingtuan.
En los años 1990, cuando era el jefe de la Milli Gorus y alcalde de Estambul, el actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, garantizaba una base de retaguardia a los movimientos terroristas islamistas, tanto tártaros, como chechenos y uigures [16].
Ahora se plantea la cuestión de saber si la declaración turca contra la represión de los uigures no pasa de ser una simple posición expresada para consumo de la opinión turca –para no quedarse atrás en relación con los partidos de oposición– o si es una nueva política del Estado turco, relacionada con las responsabilidades que antes ocupaba el presidente Erdogan en el dispositivo terrorista de la CIA.
El Movimiento Islámico del Turkestán Oriental estuvo muy activo durante la guerra contra Siria, contando además con el respaldo de los servicios secretos turcos (MIT). Hace muchos meses que 18 000 uigures –entre los que se cuentan al menos 5 000 combatientes yihadistas– viven apartados de otras poblaciones en al-Zambari, ciudad de la gobernación siria de Idlib. Esos uigures se mantienen en al-Zambari, justo en la frontera con Turquía, con el apoyo de fuerzas especiales de Alemania y Francia [17].
Mientras la administración Trump sigue enfrascada en su prueba de fuerza comercial con Pekín, todo parece indicar que ha habido una reconciliación entre la CIA y Turquía, lo cual augura nuevas acciones secretas contra China.
[1] Los han son el grupo étnico y cultural mayoritario en China (más del 90% de la población). Son además el grupo étnico más numeroso del mundo (cerca del 20% de la población mundial). Nota de la Red Voltaire.
[2] “List of government bids related to re-education facilities”, Jamestown Foundation, 15 de mayo de 2017.
[3] «Afirma Washington que Pekín acaba de prohibir el Corán (sic)», Red Voltaire, 5 de octubre de 2017.
[4] «Occidente asume la defensa de los islamistas chinos», Red Voltaire, 16 de noviembre de 2018.
[5] Esa comisión fue creada en 2001 y se compone de 15 miembros: 5 designados por el Senado, 5 designados por la Cámara de Representantes y otros 5 designados por el gobierno federal. La administración no ha designado personalidades para participar en esa comisión.
[6] «La Turquie condamne la Chine», Réseau Voltaire, 9 de febrero de 2019.
[7] “China responds to Turkey”, Voltaire Network, 11 de febrero de 2019.
[8] “Human Rights in Xinjiang – Development and Progress”, Voltaire Network, 1º de junio de 2017.
[9] “Cultural Protection and Development in Xinjiang”, Voltaire Network, 13 de diciembre de 2018.
[10] «Yihadistas que regresan de Siria ya han causado más de 150 muertes en China», Red Voltaire, 3 de noviembre de 2014.
[11] “China revises regulation on religious affairs”, Voltaire Network, 7 de septiembre de 2017.
[12] Se califican como halal los alimentos considerados aptos para el consumo de los devotos del islam, en oposición a los alimentos y prácticas considerados haram, o sea prohibidos.
[13] Los «Cinco Ojos» son una alianza militar creada durante la Segunda Guerra Mundial entre Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Esa alianza controla el sistema de intercepción de las comunicaciones mundiales conocido como Echelon y las acciones de «promoción de la democracia».
[14] «¿Qué pasa en Xinjiang?», por Domenico Losurdo, Red Voltaire, 12 de julio de 2009.
[15] «El fundador de Blackwater invierte en China», Red Voltaire, 7 de febrero de 2019.
[16] A raíz de su alianza con Rusia, el presidente turco Erdogan ha suspendido su dispositivo de apoyo a los islamistas tártaros y chechenos. Ver «Ucrania y Turquía han creado una brigada internacional islámica contra Rusia», por Thierry Meyssan, Televisión Nacional siria, Red Voltaire, 15 de agosto de 2015.
[17] «Los 18 000 uigures de al-Qaeda en Siria», Red Voltaire, 19 de agosto de 2018.
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