El 4 de marzo de 2016, cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) estaba en total capacidad para marcar los combustibles que se consumen en el país y así combatir el llamado huachicoleo, el Consejo de Administración de la petrolera autorizó a la subsidiaria Pemex Logística cancelar las dos contrataciones para adquirir esa nanotecnología.
Encabezado por el entonces secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell, el órgano rector de la industria tomaba esta decisión absurda argumentando “falta de presupuesto”, consta en el Acuerdo CA-019/2016. Éste, a su vez, se derivaba de la 905 sesión extraordinaria del Consejo –del 26 de febrero de ese año–, en la que se discutió el “ajuste al presupuesto 2016”.
Ello, a pesar de que la Dirección General de Pemex Refinación (ahora Logística) había autorizado recursos presupuestales para la celebración de contratos plurianuales para los ejercicios 2015, 2016 y 2017, por un monto mínimo de 581 millones 857 mil pesos y un máximo de 1 mil 911 millones 323 mil pesos (oficios 2014-PREF-0000000050 y DGPR-2772-2014).
Parte de ese dinero se planeó invertir en la “Estrategia para Combatir el Mercado Ilícito de Combustibles”, a cargo de la Subdirección de Salvaguarda Estratégica. Esta área determinó que el principal proyecto para este fin sería emplear marcadores y designar como prueba piloto las zonas Noreste (Santa Catarina, Cadereyta y Reynosa) y Occidente (El Castillo, Zapopan y Zamora), “por la incidencia de pérdidas por tomas clandestinas en los ductos de esa región”.
Esta marca nanotecnológica habría permitido saber si el origen de las gasolinas y el diésel que venden las estaciones de servicio de todo el país es legal o no, sin afectar la calidad de los combustibles, porque abarcar esas dos zonas era apenas la primera fase de la estrategia.
Con ello, sin duda se habría reducido significativamente el robo de combustibles que, según el gobierno, causa un quebranto al erario por 65 mil millones de pesos anuales.
Los dos contratos, adjudicados directamente, beneficiaron a Química Apollo, SA de CV (4600026725), y a Ethan Gas Oil, Llc (4600026726), involucrada en el presunto fraude contra la petrolera por la fallida adquisición de 700 carrotanques, denunciada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Insertados en el Proyecto para el Servicio de Marcación en Combustible en Seis Terminales de Almacenamiento y Reparto de las Zonas Noreste y Occidente, ambos contratos buscaban contribuir con la reducción de la comercialización ilícita de combustibles en México.
Y es que la marcación es el proceso mediante el cual se integra a la molécula del petrolífero una sustancia distintiva que permite llevar a cabo la trazabilidad del producto.
Pero el acuerdo del Consejo de Administración CA-019/2016 autorizó a Pemex Logística negociar y acordar la modificación, suspensión o terminación anticipada de contratos por el ajuste al presupuesto de ese ejercicio. Para entonces, al frente de la petrolera se encontraba José Antonio González Anaya.
Para el 25 de abril de ese mismo año, mediante el oficio DGPL-147/2016, la Dirección General de Pemex Logística ordenaba a la Dirección Corporativa de Procura y Abastecimiento suspender la adquisición de esta nanotecnología.
La decisión se daba a pesar de los resultados que ya presentaba el proyecto, arrancado en 2015: para entonces ya se había iniciado la marcación de combustibles; se había desarrollado la ingeniería para la construcción de un laboratorio que permitiera identificar con un mecanismo de rastreabilidad del producto marcado; se había comprobado la confiabilidad en el monitoreo y control del inventario del marcador en línea en cada una de las terminales de almacenamiento y despacho; se había diseñado el plan de verificación del sistema de inyectores de cada posición de llenado de AT una vez por día, mediante el sistema de inyector de medidor maestro.
También se tenía un diseño confiable del sistema de control de marcación del combustible, pues se había “blindado” el proceso de adquisición, transporte, almacenamiento, distribución e infraestructura para la inyección y control del marcador, mediante la instrumentación de sus componentes y conectado mediante fibra óptica con elementos de comunicación que permiten la automatización mediante el sistema integral de medición y control de terminales con alarmas y reportes personalizados.
Para entonces, el proceso de marcación y control de calidad de las gasolinas tenía el visto bueno de la Entidad Mexicana de Acreditación, AC.
No obstante lo anterior, Pemex Logística determinó la suspensión temporal de la ejecución de esos servicios, mediante los oficios PXL-SAD-GAGM-ACI-669-2016 y PXL-SAD-GAGM-ACI-668-2016, del 14 de septiembre de 2016, y hasta la fecha la subsidiaria continúa “sin recursos presupuestales y sin confirmación del servicio”.
Los contratos
Pese a los resultados, el proceso de contratación de Química Apollo y Ethan Gas no estuvo a salvo de suspicacias. Antes de su adjudicación directa, la filial “privada” offshore Pemex Procurement International realizó un estudio de mercado que identificó a cuatro prestadores de servicio: además de las contratadas, estaban United Color Manufacturing, Inc, y Authentix.
Pero Pemex Logística (entonces Refinación) decidió eludir el proceso licitatorio: la Subdirección de Almacenamiento y Reparto propuso al Subcomité de Adquisiciones, Arrendamiento, Obras y Servicios emitir dictamen de procedencia para no celebrar licitación pública en la contratación de los servicios de marcación de combustibles.
Esto fue aprobado en la sesión ordinaria 97, del 19 de marzo de 2015, determinándose contratar estos servicios bajo el procedimiento de adjudicación directa. Por ello, el 29 de septiembre de ese mismo año se firmaron los dos contratos.
El de Química Apollo fue por un plazo de 809 días naturales y con un presupuesto mínimo de 28.5 millones de dólares y un máximo 47.6 millones. Este daría cobertura a la zona Noreste.
El de Ethan Oil era por un plazo de 809 días naturales y con un presupuesto mínimo de 25.7 millones de dólares y un máximo de 44.1 millones, para la zona Occidente.
Ambos tenían por objeto brindar el servicio de marcación de gasolinas Pemex Magna y Pemex Premium, así como de Pemex Diésel, comercializados en las terminales a clientes de la petrolera.
Asimismo, los trabajos consistían en la adquisición, transporte, almacenamiento, distribución e infraestructura para la inyección y control del marcador, muestreo y pruebas de ensayo en sitio en autos tanque, monitoreo de calidad en estaciones de servicio, distribuidores y grandes consumidores del área de influencia, así como la custodia de las muestras realizadas.
La nanotecnología
Ambos contratos formaban parte fundamental en la estrategia contra el mercado ilícito de combustibles, pues este sistema de marcación se desarrolla con elementos técnicos de nanotecnología y criterios de control para identificar la calidad de la marca de productos Pemex, así como la trazabilidad de éstos, inhibiendo el robo y capitalizando beneficios en los canales de comercialización final de productos.
Esta nanotecnología no afecta la calidad de los combustibles, por lo que se daba certidumbre a los consumidores finales al cumplir con las especificaciones de calidad de los petrolíferos en cada etapa de la cadena de distribución, y tampoco afectaba al medioambiente, por las emisiones a la atmósfera.
La marca nanotecnológica posibilita la rastreabilidad de los productos en el proceso comercial, por lo cual daba al Estado mexicano medios para identificar y actuar en contra de los canales no formales y del mercado negro que evaden las reglas de control fiscal y económico. Pero Pemex prefirió “ahorrar” unos pesos frente al flagelo del robo de combustibles, que cada día crecía más y dañaba terriblemente las finanzas públicas.
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