Tras la reorganización de la base militar estadounidense de Camp Darby –en Italia– se esconde una decisión más importante: la de poner las fuerzas especiales italianas bajo las órdenes de Estados Unidos. Eso ya se hizo en el pasado, y permitió la creación del Gladio, el servicio de acción secreta de la OTAN en Italia. Desde diciembre de 2015, y en virtud del artículo 7 bis de la ley 198, el primer ministro italiano tiene la posibilidad de continuar operaciones militares convirtiéndolas en operaciones “de inteligencia”. Esta noticia es una nueva confirmación de la hipótesis ya emitida por nuestro sitio web hace 2 meses: la OTAN está preparando una ola de atentados en Europa.
Todavía no es oficial pero ya se habla del asunto: a partir de octubre podrá verse la bandera de Italia flotando sobre Camp Darby. ¿Estados Unidos va a cerrar su mayor arsenal fuera del territorio estadounidense? ¿Devolverá a Italia las alrededor de 1 000 hectáreas de territorio italiano que ocupa entre Pisa y Livorno?
Claro que no. Estados Unidos no está cerrando Camp Darby. Sólo está reestructurando su base militar para reforzar sus enlaces con el puerto de Livorno y con el aeropuerto de Pisa.
En esa reestructuración quedaba libre una pequeña parte del área de recreo, 34 hectáreas a penas algo más del 3% del área total que ocupa la base estadounidense. Ese es el pequeño espacio que las fuerzas de Estados Unidos estacionadas en Europa han decidido restituir a Italia, más exactamente al ministerio italiano de Defensa, para que este le dé el mejor uso posible. Así que se ha estipulado un acuerdo que prevé trasladar a esa área el Mando de las fuerzas especiales de ejército italiano (COMFOSE), que actualmente se encuentra en el Cuartel Gamerra, de Pisa, sede del Centro de Entrenamiento de Paracaidistas.
Las fuerzas especiales son cada vez más utilizadas ya que se dedican a la preparación y realización de operaciones secretas: se infiltran de noche en territorio enemigo, descubren el emplazamiento de los objetivos que deben ser liquidados y los eliminan en acciones rápidas, con desembarcos de paracaidistas desde aviones o helicópteros, para retirarse inmediatamente sin dejar a su paso otra cosa que muertos y destrucción.
Italia, que había utilizado esas fuerzas principalmente en Afganistán, dio un paso decisivo para fortalecerlas en 2014, cuando puso en funcionamiento el COMFOSE, que reúne bajo un mando unificado un total de 4 regimientos: el 9º regimiento de asalto (Col Moschin), el 185º regimiento de ubicación de objetivos (Folgore), el 28º regimiento de comunicaciones (Pavia) y el 4º regimiento de paracaidistas (Ranger).
En la ceremonia de inauguración realizada en 2014 se anunció que el COMFOSE mantendría un «enlace permanente con el US Army Special Operations Command» (el Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos), que es el más importante de los mandos estadounidenses de operaciones especiales, con unos 30 000 especialistas desplegados, principalmente en el Medio Oriente.
Según precisó el año pasado el coronel Erik Berdy, comandante del US Army Italy (el Ejército de Estados Unidos en Italia), en Camp Darby ya se desarrollan entrenamientos conjuntos de militares estadounidenses e italianos. El traslado del mando de las fuerzas especiales italianas a un área que pertenecerá formalmente a Italia dentro de la base estadounidense de Camp Darby permitirá integrar por completo esa fuerza italiana a las fuerzas de Estados Unidos… y utilizarla en operaciones secretas bajo las órdenes de militares estadounidenses, todo eso bajo el sello del secreto militar.
Eso hace muy difícil que no venga a nuestra mente el historial de Camp Darby en materia de operaciones secretas. Las investigaciones de los jueces italianos Casson y Mastelloni revelaron que esa base militar de Estados Unidos en Italia fue, a partir de los años 1960, el centro de la red golpista conformada por la CIA estadounidense y por el SIFAR (Servicio de Inteligencia de la Fuerza Armada) italiano en el marco del plan secreto conocido como Gladio [1]. El juez Ferdinando Imposimato, presidente honorario de la Corte Suprema de Casación, escribía que los explosivos utilizados en los atentados de la Piazza Fontana [en 1969], Capaci [mayo de 1992] y Via d’Amelio [julio de 1992] salieron de las bases Estados Unidos/OTAN. En esas bases, señala, «se reunían terroristas de extrema derecha, oficiales de la OTAN, políticos italianos y francmasones la víspera de los atentados».
Pero en el parlamento italiano y en las colectividades locales, nadie se preocupa por las implicaciones del traslado de las fuerzas especiales italianas, que de hecho estarán en la base estadounidense de Camp Darby y bajo el mando de Estados Unidos.
Las autoridades municipales de Pisa y Livorno, ciudades actualmente gobernadas por el Partido Democrático, la Liga del Norte y el Movimiento 5 Estrellas, han seguido promoviendo, al igual que las autoridades de la región de Toscana, «la integración de la base militar estadounidense de Camp Darby con la comunidad a su alrededor».
Hace varios días se decidió integrar los sitios web de las administraciones locales a los de Camp Darby. La red de Camp Darby se extiende cada vez más sobre el territorio.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] «La guerra secreta en Italia» [www.voltairenet.org/article164307.html], por Daniel Ganser, Red Voltaire, 2 de marzo de 2010.
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