El 25 de julio, Estados Unidos impuso sanciones a cinco personas involucradas en una compleja red de sobornos y lavado de dinero que ha estado robándole al pueblo venezolano por años, así como a cinco personas más y trece entidades relacionadas con estos actores corruptos. Entre las personas implicadas están tres hijastros de Maduro (Walter, Yosser y Yoswal), hijos de la primera dama, Cilia Flores, y un empresario colombiano, Alex Saab, el organizador de la red de corrupción.
Maduro y sus secuaces convirtieron un programa de bienestar social del que los venezolanos están obligados a depender para sobrevivir, en un arma política y mecanismo para enriquecerse ellos mismos. Como indicó la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU en su informe del 5 de julio, la mala asignación de recursos y la corrupción del ex régimen de Maduro han contribuido a la crisis económica y humanitaria en Venezuela. Mientras los hijastros y otros asociados criminales de Maduro utilizan el programa de distribución de alimentos para robar ciento de millones de dólares, muchos venezolanos comen una o a lo más dos veces al día, con pocas proteínas y vitaminas.
Mientras tanto, el presidente interino Juan Guaidó y la Asamblea Nacional están liderando esfuerzos para responder directamente a las necesidades de su pueblo. Desde el 23 de enero, organizaciones y voluntarios han respondido al llamado de Guaidó a través de ferias de salud de fin de semana y campamentos humanitarios en el que han proporcionado atención médica y sanitaria a más de 130.000 venezolanos en los 24 estados del país.
Con nuestros socios democráticos en la región y alrededor del mundo, Estados Unidos continuará apoyando al presidente interino Guaidó, a la Asamblea Nacional y al pueblo de Venezuela.
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