El barril de crudo perdió un 20% de su valor en los mercados europeos y un 30% en los mercados asiáticos después de la reunión realizada en Viena entre los miembros de la OPEP y Rusia, descendiendo a los precios más bajos registrados en 11 años.
Durante la reunión se puso de relieve el desacuerdo entre Arabia Saudita y Rusia en cuanto a la posibilidad de reducir nuevamente la producción de crudo para mantener los precios ante la caída de la demanda provocada por la epidemia de coronavirus.
Arabia Saudita es el principal actor de la OPEP (la Organización de Países Productores de Petróleo) mientras que Rusia es una de los países asociados, los llamados OPEP+.
Al término del encuentro, donde Rusia dio a conocer su intención de limitarse a mantener la reducción de la producción que ya estaba en aplicación desde 2019, Arabia Saudita decidió aumentar su producción de crudo, imponiendo así una drástica caída del precio del barril.
Este brusco desplome de los precios del petróleo amenaza gravemente la estabilidad económica de numerosos productores, que dependen de sus ventas de crudo.
La nueva política de precios de Arabia Saudita ha sido interpretada como un ataque frontal a la estrategia petrolera de Rusia, pero es particularmente peligrosa para la estrategia de la administración Trump en el sector de la energía ya que pone en peligro la industria estadounidense de extracción de petróleo de esquistos, la cual necesita un precio de al menos 45 dólares el barril para mantener su rentabilidad. Por consiguiente, esta actitud del reino saudita puede ser interpretada como una maniobra deliberada contra Estados Unidos tendiente a contrarrestar todo intento estadounidense de desestabilizar Arabia Saudita [1].
La Cera Week de Houston, el principal encuentro de las compañías petroleras a nivel mundial, que estaba prevista para el lunes 9 de marzo, fue anulada después de la reunión de la OPEP.
Debido a sus costos de producción, las compañías petroleras ya están sintiendo los efectos del brusco descenso de los precios en el mercado mundial. La más afectada ha sido BP, cuyas acciones perdieron un 20% de su valor.
[1] «Después de Siria, ¿quién será el nuevo objetivo?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de marzo de 2020.
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