Poco a poco, el ejército de Italia está integrándose a las fuerzas armadas de Estados Unidos. Hasta ahora, tropas italianas y estadounidenses participaban en operaciones concebidas y planificadas por Estados Unidos, pero lo hacían bajo el mando de oficiales estadounidenses de la OTAN. En lo adelante, gracias a un hábil subterfugio, los militares italianos estarán directamente bajo las órdenes del Pentágono.
Mientras numerosas actividades paralizadas a causa del confinamiento ordenado ante la epidemia de Covid-19 encuentran dificultades para volver a ponerse en marcha, hay algo que nunca llegó a detenerse y que ahora está en plena aceleración: la actividad en la base militar de Camp Darby, el mayor arsenal de Estados Unidos fuera de las fronteras estadounidenses, situado entre las ciudades italianas de Pisa y Livorno. Después de terminar la tala de un millar de árboles en el área natural “protegida” del Parque Regional de San Rossore, ha comenzado ahora la construcción de una vía férrea que conectará la línea Pisa-Livorno a la nueva terminal de carga y descarga cruzando el Canal dei Navicelli a través de un nuevo puente metálico giratorio.
La terminal, con una altura de unos 20 metros, incluirá 4 andenes capaces de recibir 9 vagones cada uno. Al llegar a esa instalación, el armamento será trasladado de los vagones a grandes camiones de carga mientras que el armamento enviado desde allí será sometido a un proceso inverso –de los camiones pasará a los vagones de carga. La terminal permitirá el tránsito de 2 convoyes ferroviarios diarios. Esos trenes, cargados de armas, municiones y explosivos, transitarán entre la base y el puerto de Livorno, atravesando zonas densamente pobladas. Con el incremento del trasiego de armas, el enlace de Camp Darby con el puerto de Livorno y el aeropuerto de Pisa a través del canal y por carretera ya resulta insuficiente. En los 125 almacenes subterráneos de la base, que Estados Unidos aprovisiona constantemente, hay más de un millón de municiones de artillería, bombas para la aviación y misiles así como miles de tanques, vehículos y otros tipos de material de guerra, según estimados aproximativos.
Desde 2017, nuevos grandes navíos, capaces de transportar cada uno más de 6 vehículos y cargamentos sobre ruedas, hacen escala cada mes en Livorno, cargando y descargando armamento que se envía a los puertos de Aqaba (en Jordania), Jeddah (Arabia Saudita) u otros del Medio Oriente para su uso por parte de fuerzas estadounidenses, sauditas u otros aliados de Estados Unidos en las guerras impuestas en Siria, Irak y Yemen.
Mientras se desarrolla el trabajo de expansión de Camp Darby, el mayor arsenal de Estados Unidos fuera de sus fronteras, un diario toscano online publica un trabajo titulado «Érase una vez Camp Darby», donde se explica que «la base ha sido redimensionada debido a los recortes del presupuesto de la Defensa decididos por los gobiernos de Estados Unidos». Y el diario Il Tirreno anuncia: «En Camp Darby sólo ondea la bandera tricolor. La bandera estadounidense ha sido arriada al cabo de casi 70 años». ¿Quiere decir eso que el Pentágono está cerrando la base? ¿Está devolviendo a Italia el territorio que ocupa esa instalación? Nada de eso.
El ejército de Estados Unidos ha “concedido” al ministerio de Defensa italiano una pequeña parte de la base (34 hectáreas, lo que representa alrededor de un 3% de todo el recinto de Camp Darby, que abarca 1 000 hectáreas). Se trata de lo que antes fue un espacio de recreo y allí se instala ahora el Comando de las fuerzas especiales del ejército italiano (COMFOSE), inicialmente albergado en el cuartel Gamerra de Pisa, sede del Centro de Entrenamiento de Paracaidistas [1]. El traslado se realizó silenciosamente, durante el confinamiento decretado a causa de la epidemia de Covid-19, y ahora el COMFOSE anuncia que su cuartel general está en el «nuevo espacio militar», que de hecho depende de Camp Darby, donde se realizan desde hace mucho tiempo entrenamientos conjuntos de militares estadounidenses e italianos.
El traslado del Comando de Fuerzas Especiales del ejército italiano a un área dentro de Camp Darby, formalmente bajo la bandera italiana, es de hecho una manera de integrar las fuerzas especiales italianas a las de Estados Unidos, utilizándolas incluso en operaciones secretas bajo las órdenes de Estados Unidos. Y todo eso se hace bajo el más estricto secreto militar. Al visitar el nuevo cuartel general del COMFOSE, el ministro de Defensa Lorenzo Guerini lo definió como «centro neurálgico» no sólo de las fuerzas especiales sino también de las «unidades PsyOps» (Operaciones Sicológicas) del ejército.
La tarea de esas unidades es «crear el consenso de la población local hacia los contingentes militares utilizados en misiones de paz en el extranjero», o sea deben convencer a la gente de que los invasores son misioneros de la paz. Para terminar, el ministro Guerini afirmó que el nuevo cuartel general sirve de modelo al proyecto «Cuarteles Verdes».
Ese modelo de «bienestar y ecodurabilidad» está encima de un millón de ojivas explosivas.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] «Las fuerzas especiales italianas se mudan a Camp Darby», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 7 de marzo de 2019.
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