Mediante la módica suma de 120 000 dólares, el ejército de la Federación Rusa compró a las fuerzas armadas de Ucrania dos cañones autopropulsados CAESAR (ver foto), presentados como la última innovación de la industria militar francesa.
Esa transacción indica que, después de todo, sí existe un canal de comunicación entre oficiales ucranianos y Moscú.
Como ya han logrado obtener y analizar el material de guerra occidental más corriente, los servicios secretos rusos ahora se interesan sólo por el armamento más avanzado. Y han expresado interés por obtener algunos ejemplares de los lanzacohetes múltiples estadounidenses M142 HIMARS. Se sabe que las negociaciones para ese tipo de transacciones están directamente en manos del SBU, los servicios secretos de Ucrania.
El armamento occidental así adquirido por Rusia es inmediatamente sometido a un proceso de ingeniería reversa, o sea es cuidadosamente desmontado y estudiado por los ingenieros militares rusos.
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