Las potencias occidentales califican el conflicto en Ucrania de «guerra» o de «invasión rusa», fórmulas que automáticamente nos dicen que los rusos son agresores y que Kiev tiene la razón.
Por su parte, los rusos aplican al mismo conflicto la denominación de «operación militar especial» y consideran que tienen la responsabilidad de proteger a las víctimas de una guerra civil, aseguran que no están invadiendo Ucrania, que no tienen intenciones de anexar ese país y estiman que sólo están implementando la aplicación de la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU.
En el terreno, dos hechos demuestran que efectivamente se trata de una guerra civil:
– Es absolutamente cierto que Ucrania ha vivido una guerra civil a partir del año 2014. Según el gobierno de Kiev, esa guerra civil ya dejó un saldo de 16 000 muertos. Según la comisión investigadora rusa, la cifra de muertos es de al menos 20 000.
– Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 7 822 309 ucranianos han huido de su país desde el 24 de febrero de 2022 y si bien 4 969 914 han huido hacia Occidente, también es cierto que otros 2 852 395 han buscado refugio en Rusia.
Por supuesto, reconocer esos hechos no basta para dar toda la razón a Rusia. Se puede estimar que Moscú hace una interpretación errónea de la resolución 2202 o que actúa brutalmente en su empeño por proteger las poblaciones cuya defensa asume. Pero ciertamente no sería la primera vez que vemos ese comportamiento de parte de una gran potencia.
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