El presidente Volodimir Zelenski anunció que el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania decidió, el 1º de diciembre, «prohibir a las organizaciones religiosas afiliadas a centros de influencia de la Federación Rusa operar en Ucrania». Zelenski anunció esa decisión al proceder a la firma del decreto 820/2022 en ese sentido.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los «nacionalistas integristas» ucranianos, colaboradores de los nazis, también prohibieron la iglesia ortodoxa.
El «Servicio Estatal para la Etnopolítica y la Libertad de Conciencia» –linda denominación para un órgano estatal concebido para aplicar decisiones puramente racistas– se encargará de cerrar los edificios de la iglesia ortodoxa vinculados al Patriarcado de Moscú. Para empezar, ya han sido arrestados una decena de popes.
En todo caso, el presidente ucraniano y su equipo estiman que están respetando la libertad de conciencia en concordancia con las normas del Consejo de Europa… dado el hecho que Rusia ya no es miembro de esa instancia continental.
Hace dos semanas, los servicios de seguridad ucranianos (SBU) irrumpieron en un monasterio ortodoxo en Kiev y arrestaron a un sacerdote que se había atrevido a hacer referencia a la «Madre Patria» de Ucrania, o sea a Rusia.
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